Por Luisma.
El día no estaba para celebraciones, desde luego. Cuando nos levantamos el suelo estaba seco, pero a eso de las 10:45 el cielo decidió no dejar mal al hombre del tiempo y se puso a descargar con fuerza. Aún así este deporte demostró que no está hecho de cobardes, (al contrario de lo que dice el típico cliché "correr es de cobardes", ¿quién inventaría esa idiotez?) y tampoco los organizadores de las carreras lo son, por eso las pruebas infatiles se corrieron puntuales a su hora bajo la manta de agua.
Nosotros fuimos llegando de forma escalonada: Ricardo vino con dos sanluqueños, Salva y Manolo; el benjamín del club que se estrenaba con la equipación (bienvenido crack, en tí ponemos grandes esperanzas); Ana y Belén, que venían juntas con caras de escepticismo y yo, que fui muy bien acompañado con Mariló. Las chicas decían que venían tocadas y que con esa lluvia no correrían, pero yo sabía que una vez que le dieran el dorsal se les iba a olvidar toda excusa... Por suerte la lluvia nos dio una tregua justo media hora antes de la salida y duró hasta que entró el último de nosotros. Una suerte.
En el pelotón de salida nos dividimos: las chicas se pusieron detrás, los dos sanluqueños se pusieron juntos en mitad del pelotón y yo me fui junto a mi compi Ricardo, más por estar en su compañía ese ratito que porque quisiera correr con él (mi amigo maquinita se había puesto el ambicioso objetivo de entrar entre los 100 primeros, algo a lo que yo me había sumado de palabra unos días antes, pero solo de palabra... nunca pensé en ello seriamente. Él sí. Y ahora me alegro orgulloso de que casi lo haya logrado, para la próxima máquina...).
A las 12:15 pistoletazo y a correr. Los primeros adelantamientos me separaron del Richar, que además de rápido es técnico, el perro. Pero lo tuve ahí todo el tiempo, a dos zanacadas , hasta el km2 por lo menos (si lo tuviste ahí, ¿por qué no te pusiste a su lado, loco? ¿...? Preguntas sin respuestas). El primer 500 es de subida, ésta carrera te presenta sus credenciales desde el primer metro. Pero claro, la adrenalina corre por tí los primeros minutos, por eso marqué un optimista 04:25 min/km en el KM1.
Hasta el KM2 siguen los toboganes y el culebreo por Montelar y la parte más alta de San Juan. Ahí en la esquina del bajadón de la calle 28 de febrero veo a Celia, una compi de trabajo que vive ahí y que me anima con todo su arte. Siempre alienta recibir ánimos y también anima bastante que todo un km, mil metrazos, sean de bajada. Eso es del 2 al 3. Por eso el KM3 me marca un rico 03:54. Aún así, ya en esa bajada tan larga no me vi muy inspirado yo, que suelo bajar rápido. Apenas adelanté a nadie... mmm... sensaciones reguleras.
Ya en San Juan Bajo, paseito junto al río y preámbulo de lo que nos espera en el desnivel de la calle Federico García Lorca. Me sigue adelantando gente, ¿por qué? Marco en el KM4 04:42. Y después del cartel, ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo... la cuesta del Monumento. Imagino que los socios fundadores del club tenemos una relación de amor/odio un poco mítica con esta cuesta, porque algunos de vosotros nos dijo al llegar a meta que no era para tanto (recibiendo la consiguiente cara de incredulidad por nuestra parte). Pero eso también mola. Esa cuesta es nuetro bautizo de fuego, nuestro rito de iniciación en el running, y para nosotros siempre será La Cuesta del Monumento, con mayúsculas... La verdad es que luego cuando la subes, bueno, pues muy larga sí, pero ahí se queda, tampoco te mueres. Este año he percibido que lo que te mata más son los dos desniveles que aún te guarda el barrio alto. Así que con tanta cuesta ficho el KM5 a un discreto, pero lógico 05:19.
Por las inclemencias del tiempo suprimieron el recorrido por el parque, por lo que la carrera se vio recortada en casi 700 metros. Así que casi sin darme cuenta ya estaba otra vez bajando la Cuesta. Tampoco me vi muy alegre bajando. En ningún momento de subida aprecié tanto que éste no era mi día, como en las dos bajadas grandes. Yo bajando arriesgo, pero hoy no, simplemente, no. KM7 a 04:26.
La subida a la autovía es la penúltima cuesta de esta putad... perdón, de esta carrera. No muy pronunciada pero de más de 900m de subida continua. Es curioso pero es en este momento cuando más recordé mis sensaciones del año pasado. Será porque eran ya parecidas (el resto de la carrera estaba fuerte, pero ahora ya estaba fundido y así debí estar el año pasado todo el rato). Lo bueno es que Mariló me esperaba ahí con su cámara y su sonrisa, (gracias guapa).
La subida al hotel Alcora ya no quema tanto, más que nada por comparación con las anteriores y ahí ya, pasando el KM8 real (por el recorte de recorrido) estaba el parking del Carrefour. Un tipo iba conmigo desde hacía unos metros. Pero no hicimos parejita, ni hablamos, ni cooperamos, ni nada, solo era un corredor al que has adelantado y te ha adelantado un par de veces. Y en el último km, ese tipo de relación solo desemboca en una cosa: pique. Entramos en el parking a 04:20 y subiendo, y a la altura de la gasolinera me adelanta sin mucho fuelle. Fui cabrón, pero lo dejé tirar delante un buen rato, como 300 metros. Vuelvo a ver a Mariló que me hace otra foto. Y en esas oigo a uno que viene detrás y nos adelanta con fuerza a los dos. No me importa, mi instinto de cazador estaba puesto sobre una sola presa. Cuando el nuevo se ha alejado lo suficiente para no molestarme, cojo mi arma cargada, apunto confiado y ¡ban
He hecho un tiempo bonito, 40:29 (tampoco pa tirar cohetes porque al final el recorrido se ha quedado en 8800m). El Richar se sale tres minutos antes que yo (con ayuda de una entrenadora improvisada); minuto y medio después de mí entra nuestra joven promesa, Manolo y luego llegan Salva, Belén y Ana.
Tras recoger la mejor bolsa de avituallamiento en una carrera gratuita que hayamos conocido, volvió a caer agua con fuerza. Así que tocaba estirar, hacer un par de fotos más y pirarse, sin el coche, que tampoco tuvo su mejor día...
No ha sido mi gran carrera, pero ha estado bien volver a San Juan. Repetiremos. Eso sí, el año que viene yo me llevo un trofeo de cristal como el que se va a llevar el Richar. Eso fijo.
Espero q no penseis q soy un capullo, eso q os contaba del "instinto de cazador" y tal es un recurso estilistico... Q ahora releyendolo me ha parecido un poco d guay...
ResponderEliminarNo te preocupes máquina, tienes alma de guionista ;-)
ResponderEliminarFue un día rarito, pero en Nervión nos vamos a salir, lo sé.
MAGNIFICA CRONICA LUIS, COMO SIEMPRE. LA VERDAD ES QUE FUE UN DIA ESPECIAL, AUNQUE FALTO FRAN (EL MAMON, NO DIO SEÑALES DE VIDA). NOS VEMOS TODOS EN NERVION.
ResponderEliminarGRANDE MIS ULTIMOS.
Si, con nuestra ansias de carrera, hemos sido capaces de hacer que dejase de llover en San Juan... no quiero ni imaginar lo que haremos este domingo en Nervión!!!!
ResponderEliminar