lunes, 27 de junio de 2011

Luchando en Dos Hermanas

Por Arturo.

Esta crónica que hago es bastante atípica, ya que el súper encargado de hacerla siempre no estuvo con nosotros en Dos Hermanas y además, no hay tiempos, ya que mi GPS se jodió y solamente se podía escuchar en todo el camino, la musiquita tan güay que tengo y que a más de uno le mola, ¿verdad Luis?

Nos reunimos en la plaza del ayuntamiento de Dos Hermanas, para disputar la última de las carreras que ofrecía la temporada (aunque algunos la próxima semana corran en el PISA), la V Edición de la Nocturna de Dos Hermanas.

Allí nos presentamos Belén con su family, David, Juanra, Diana y un servidor acompañado también por esposa e hijos. Juanma faltó a la cita por una picadura de avispa en el pie y Luis, Ricardo y Fran, estaban en la boda de este último. Felicidades tío!!!!!

Todos felices y contentos, disfrutando del ambiente que se respiraba, pero sin ser conscientes del calvario que íbamos a pasar. Ni más ni menos que a las 21:15 horas, el termómetro de la plaza marcaba 35º, pero aún así teníamos ganas de correr y quemar calorías. El calentamiento empezó con Paco (marido de Belén) y yo, dando vueltas con los más pequeños, que estaban más animados que nosotros y al menos los míos, bastante asombrados ante la cantidad de corredores allí citados.

Se acercan las 22:00 h., y nos situamos en la meta. El speaker tiene un comentario aparte, sobretodo porque retrasó la salida unos minutillos y todos deseábamos salir. Gritaba y gritaba el tío como si fuera el padre de la niña del exorcista. Nos presentó allí al campeón de España de remo, a su amigo el coleta, al taxista del ayuntamiento, al del kiosco de chucherías, al cajero de su banco y a un sin fin de personajillos dignos de ver. Por un momento recordé aquel momento de la celebración del Mundial, donde Reina nos deleitó, pero ni de coña se parecía.

Por fin empezamos a desfilar. La salida fue muy complicada ya que nada más empezar hay una curva a mano izquierda y otra a mano derecha: Calle estrecha, muchos corredores y yo me quedé muy retrasado, Juanra y Diana salieron muy bien y detrás de ellos David. Belén también se quedo algo rezagada, pero era normal, impresionante la gente por hacerse con los primeros puestos. A los pocos metros me puse a la altura de David y estuvimos juntos un ratito. A Juanra lo veíamos por delante de nosotros pero muy cerca. El primer kilómetro estábamos en 4.20”. Decidí apretar un poco y también me lo pidió David, así lo hice y al momento me puse paralelo a Juanra y Diana. La carrera se presentaba muy bien, todos a un ritmo muy bueno y con ganas, aunque acabase como el Rosario de la Aurora.

Ole,ole, ole. Siempre recordaremos la calle Brasil, y no por esa cancioncita de seguía luego con un : “Tararararararaaaaaaa”, sino por ese chorrito de agua que nos caía del cielo y que nos refrescó, por que ya sentíamos un calor que ni John Wayne en el Oeste peinando a su caballo.

En el Kilómetro 2-3, volvimos a aparecer por el Ayuntamiento y a los pocos metros estaban Paco y mi mujer (Mª del Mar), con todos los pequeños, dándonos ánimos y haciendo que la carrera fuese más llevadera. Llegamos a la calle Isaac Peral, la cual era una bajadita muy buena para coger aire, seguidamente calle Velazquez (Km.4), y otra mojadita. En Managua había una subidita muy chula y luego nos metimos en Jose Luis Prat. El nombre de la calle os dirá poco, pero ahí fue el calvario de más de uno. Era esa Avenida donde se encuentra Carrefour, Factory… Grande y ancha pero conforme avanzábamos se hizo estrecha. Se juntó el calor, los coches a 1 metro de nosotros, los 5 kilómetros que llevábamos y lo larga que es.

Nos pasó mella a todos, por que coincidimos más de uno que el kilómetro 6 (calle Libertad), fue malo, malo. A mí me dio el cuerpo un poco de bajón. En esta calle hay muchísimos bares de Copas y pensé hasta meterme en uno. Lástima que no llevase pasta encima, aunque se me pasó por la cabeza ser un pirata, pedirme algo suculento, bebérmelo y como no, CORRER… Aunque lo pensé mejor cuando todas las puertas estaban custodiadas por unos hombrecillos vestidos de negro, que entre hombro y hombro tienen metro y medio, más o menos.

Subimos y bajamos el puente, y enfilamos los 3 últimos kilometrillos. Qué bueno volver a pasar por la calle Brasil. Otro refrescón y cuando me dí cuenta, letrero de 9 Km.

Recta Final: Ayuntamiento, Nuestra señora de Valme y Plaza del Arenal. El tiempo fue lo de menos, por que acabamos como auténticos campeones, aunque deshidratados. Recogimos nuestras camisetitas, caldo para paella, agua, bocata, refresco, más agua, lata de aceitunas, batido de chocolate, más y más agua, manzanita y ese pedazo de trofeo que nos ganamos.

Buena ocurrencia la de la organización de poner un pikislavis: quesito blanco, choquitos y…………. Perrunillas. Quién tuvo narices de comerse esa sabrosa torta en ese momento. Es como comerte un mantecao en Julio-Agosto en la playa.

Juanra y Diana se largaron rápido y nos quedamos Belén, David y yo, con toda la tropa. Mira que el Spiker era antipático y pesao, pues entre el y una mano inocente, nos hizo dos regalos aunque uno lo recogimos d estrangis. El primero le tocó a Diana pero ya se había marchado, con lo cual nasti de plasti, y el otro lo pillo Belén. ¡¡Qué pedazos de Mizuno!!! Nos lo merecimos. Para disfrutarlos, nos los pondremos cada uno en una carrera, aunque algunos lo tendremos complicado, ya que era un 39. jaja.

Ahora, no sé si David y yo somos capullos o capullos, pero a las 7.30 de la mañana del domingo, nos hicimos 16 kms. Lo que hace el aburrimiento, ¿Verdad?

Para despedirme, quiero saludar a ese corredor del Orippo, que cuando el de ideain nos pasó la pistolita por el dorsal, me dió la mano, un abrazo y felicitó por acabar la carrera. Gracias campeón, eso demuestra el comportamiento de los deportistas.

Clasificación V Carrera Nocturna de Dos Hermanas

lunes, 20 de junio de 2011

Noche de Dragones y Castillos

Por Luisma.

Llegó el día de la Carrera Nocturna de Alcalá de Guadaira. La temporada pasada la cerramos aquí, en esta carrera donde Fran, Ricardo y yo, los "fundadores" estrenábamos nuestra querida equipación y nos salíamos del pellejo solo por eso... Hoy aquí estábamos los tres de nuevo, con las mismas camisetas de tirantas, algo más viejas ya, pero con ganas e ilusión renovadas gracias al buen número de socios y nuevos amigos que nos acompañaban: David, Arturo, Juanra (qué alegría verte corriendo otra vez tío), Belén y Cristian, que aunque aún no sea socio seguro que le falta poco. Estos fuimos los ocho valientes que corrimos la nocturna con mayor número de corredores de la provincia, a excepción de la del Guadalquivir, claro.

Tras los saludos, fotos y reparto y puesta de dorsales, nos fuimos todos a calentar por el recinto ferial de Alcalá, el mismo por el que calentaremos otra vez cuando esté entrando el otoño en la Carrera del Naranjo. A diferencia de hace una semana en Carmona, yo estaba muy animado y veía al resto de socios con ganas de echar un ratito bueno de running. A mí es que Alcalá me pone, quizás sea porque organiza 5 carreras populares cada año (y bien distintas entre ellas) o será el dragón, qué se yo... pero me pone...

Cinco minutos antes de la salida ya estábamos allí apretujados como siempre, en esos momentos de nervios y olor a humanidad tan fantásticos que preceden a todas las salidas. Yo hoy no tenía ninguna espectativa, Alcalá siempre te reserva unas cuestas graciosas y yo me había fijado en el objetivo un par de días antes la Nocturna del PISA (Parque Industrial PISA, donde yo trabajo), que se corre el 1 de julio. Para mí iba a ser la última carrera antes del verano y también en la que tenía que exprimirme con vistas a la clasificación de trabajadores del parque (ya hablaremos de esta carrera más tarde). Nadie más parecía haberse metido "entre ceja y ceja" esta carrera, todo el mundo estaba relajado en quinta o sexta línea. Pero el makinita no, el makinita se puso esta vez en primera o segunda fila, algo debería rondarle por la cabeza o quizás se trataba del subidón de Carmona, que todavía le duraba.

A las 22:01 la moto de la Policía Local avanza unos metros hacia adelante, los organizadores retiran la valla, los músculos se tensan, las miradas van a los cronómetros, se oye algún grito nervioso de ánimo y ¡bang! Salida súper loca, como siempre que salimos por delante. En los primeros metros me separo de David y Fran y me voy a por Richar, que siempre sale rápido. En pocos metros llego a su altura, y con un "¿qué pasa máquina?" al que él no responde nos ponemos a correr juntos los primeros compases de la carrera por la avenida del Tren de los Panaderos. Él no lleva un ritmo muy loco, pero como toda esta calle es de bajada y he salido con la adrenalina a mil, me apetece meterle caña a las piernas, para calentarlas de golpe. Sé que eso es un error, todavía queda un mundo, pero qué más dá, estamos aquí para divertirnos no?. El parcial del km1 es muy divertido desde luego, 3'42" y ahí ya me doy cuenta que se nos está yendo la olla. La verdad es que aquí delante la gente corre muy bien y eso te anima.

Cuando se está terminando la avenida, pasamos junto a un grupo de paisanos del Club Atletismo Camas que le meten buena caña, a los que saludo. Claro, si vas a saludar tienes que adelantar, así que incremento un poco la velocidad y me dice el mamón de Ricardo, "dale tú bajando que ahora te cojo subiendo". Estuve a punto de tirarle un cuchillo que siempre llevo en las calzonas para estos casos, pero me limité a mirarle de reojo, adelantarle y adelantar a mi paisanos de Camas. Pero claro, ahí venía el primer repecho de la carrera, en la Plaza del Perejil y las calles Herrero y Orellana, que desemboca ya en el puente del Dragón. Y claro está, la alegría de esos primeros 1500m había que pagarla, por lo que en cuanto la cuestecita dio la cara, me pasaron mis paisanos y el maquinita. La pendiente de la calle Orellana tiene apenas 300m de subida, pero me costó un montón... de pronto me di con la realidad en las narices: no me importaba en absoluto que Ricardo se fuera para adelante, pero me extrañaba lo quemado que estaba yo de pronto. Recuperé algo cuando la pendiente se puso en positivo hasta llegar al puente. Por lo menos 500m bajando, pero estaba aturdido por lo que me había costado la primera cuestecilla... ¡pero si ahora venía lo peor!

El km2 está justo antes de llegar al puente. Hice un parcial más lógico, 4'25". Ya en el puente me adelantó Cristian, que iba fino. Cuando llegué a la boca abierta de la "Bestia" vi que tanto Ricardo como el coriano debutante estaban ahí mismo, de hecho al cambiar el sentido de la marcha y cruzarme con David y Fran el coriano veterano me gritó "¡dale Luis, que los tienes cerca!". Me hizo gracia este grito: yo estaba peleándome conmigo mismo, era el km2 y estaba perdiendo a los de delante, así que los ánimos del Fran eran un soplo de aire fresco que dentro de mi cabeza sonaban a cachondeo.

Nada más terminar el puente, a subir, ¡así cualquiera se recupera! Tras la rotonda se entra en la calle Alcázar, donde está lo más empinado de la cuesta, pero son solo 200m. Y ahí en la curva el cartel del km3, que hice a 4'41". Lo malo vino al doblar la esquina, se enfilaba la calle Duquesa de Talavera y ahí estaba la novedad en el trazado de este año: la cuestecita mala, que el año pasado podría tener unos 600m, y que ahora tenía más de 1300m de subida constante. Buff, qué mal cuerpo cuando miraba para arriba. En ningún momento era una pendiente para morirse, pero Dios, cómo me costaba meter riñones... Los primeros metros los subí con algo de dignidad, pero enseguida empecé a inclinar el cuerpo hacia adelante y a subir como podía. Me adelantaba mucha gente, demasiada. Tanto que pensé que Arturo u otro del club vendría por detrás y me pasaría. Pero no, nadie llegó a mi altura cuando coroné cerca del cartel del km4, con un parcial en ese mil de 5'27" (y gracias). Enseguida vino el único avituallamiento de la carrera y nos plantábamos en la calle Atilano de Acevedo, que es la continuación de la avenida de la Constitución y adónde el año pasado la carrera no subía ni de coña (aunque el Coria diga que sí, que la cuesta llegaba al mismo sitio).

A partir de entoces todo era bajar, pero eso no lo sabía yo. El año pasado aún quedaban unas cuantas de cuestas matadoras, pero en este nuevo recorrido ya todo era bajada. Así que me puese a bajar todo lo que pude pero no muy a saco. En el km5 marque un parcial de 4'18" y en el km6 de 4'06", un ritmo más bien rácano teniendo en cuenta que todo era cuesta abajo. A estas alturas me adelantó Ecao, el figura éste que corre en chanclas y que ha sido la sensación para algunos de vosotros. Pasábamos ahora por las calles más bonitas del centro de Alcalá y la pendiente se iba suavizando. Por fin pude adelantar a muchos corredores que me dieron caza subiendo, tirar de técnica un poquito y apretar los dientes de verdad, sin cara de sufrimiento ni mayores tragedias. Vaya que empecé a pasarlo un poquito mejor, sin dejar de sufrir eso sí (aún me pregunto cómo podemos decir eso de pasarlo bien sufriendo...).

El km7 (parcial a 04:26) anunciaba que el final estaba cerca, porque volvíamos a correr por la Avenida del Tren de los Panaderos. Ahora en dirección al recinto ferial, la avenida pica hacia arriba, por lo que debí de bajar un poquito el pistón y entonces llegó a mis oídos una musiquilla conocida... era Arturo, con su mp3 sin auriculares, ambientando a todo el que rodaba a su lado. Me saludó y nos pusimos a correr juntos un rato. ¡Cómo mola ir con música, tio! No es lo mismo que llevar cascos, llevas música pero también tienes el ambiente. Es como estar en una terracita de verano, pero sudando como un cerdo y jadeando... vamos, lo mismo.

Arturo me preguntó si ya entrábamos en meta, pero yo le dije que no se fiara, que la carrera prometía 8500 m (que al final fueron 8100) y seguro que nos harían dar una vueltecita por el real antes de meta. Diciendo ésto vino el último repecho, donde estaba la línea de salida, y veo que Arturo se me despega. Vale, vale, vete que ahora te cojo (si es que puedo...). Entonces vino ese recta que se hace en dos sentidos. Cuando llegué al final de la recta, un poco forzado por el ritmo fuerte, hice el giro muy cerrado y me puse a esprintar a saco. Veía a Arturo muy cerca, aún estaba en la parte de asfalto, podía cogerle o entrar en meta con él. Apreté un poco más. Rodaba por debajo de 03:55 cuando en una curva de 90º se acababa el asfalto y empezaba el adoquinado del real de la feria. Y justo ahí, en el primer adoquín de la curva, me doblé el tobillo derecho hasta hacer descansar el hueso contra el suelo. Sonó un crack muy chungo, todavía me da un poco de repelo al acordarme. El pie reaccionó bien, enseguida volvió a su sitio y pude seguir zancadeando, pero ya dolía. Los corredores que venían por detrás debieron de fliparlo, uno me gritó: "no te lesiones ahora, miarma, que ya estamos aquí"... Unos segundos más tarde entré cojeando en meta con un esguince de primer grado recién estrenado.

En todo caso, esta noche tan bonita hemos sido muchos los que hemos sufrido. La temporada se acaba y eso se nota. Creo que es una de las carreras en las que he observado que la mayoría no veníamos en nuestro mejor momento: ni el Coria, ni David que llegó roto, ni Juanra que poco a poco sale de su calvario, ni tampoco Belén ha estado en los tiempos que ella puede hacer. Yo tampoco he ido fino y además he terminado con una lesión. Por eso vuelvo a lanzar por aquí una idea que antes yo decía más a menudo: cuando alguno de nosotros no venga pensando en darlo todo, podríamos pactar antes de la salida el hacer un grupito, un grupito que no se desgaje en el km1, sino que vayamos todos a un ritmo exigente, pero un ritmo que pudiéramos llevar todos los del grupo. No digo que vayamos a hacer un grupo de 10, pero bueno, de 2-4 de nosotros... no sé, dejo la idea en el aire. Cuando se quiera salir a saco o se esté en un pico de forma, pues mola salir a por todas, pero si no es el caso, se hace la carrera en compañía, que también está muy bien.

El pie no me dolía mucho, pero después de ducharme ya se me formó la pelota, y entonces ya supe que la lesión venía para quedarse. En todo caso como no es nada de mucha gravedad, puedo estar contento. Contento porque me he lesionado sí, pero me he lesionado sufriendo, apretando los dientes, ahí, como los valientes... (jeje, la verdad es que es una idiotez, pero algo consuela).

Así que una vez más los Ultimos hemos salido victoriosos de esta tierra de panaderos. Hemos vuelto a vencer al Dragón, aunque alguno se lleva una herida de guerra, eso sí, y hemos conquistado la fortaleza (porque cuando nos marchamos con el coche hice de guía turísitico y subí hasta el castillo a David y a Cristian, ¿o es que os creíais que estaba perdido?). Volveremos a Alcalá en octubre para correr la fantástica Carrera del Naranjo. Pero eso ya es otra historia que escribiremos, con letras de oro, claro, en otro momento.

Clasificación Carrera Nocturna Alcalá de Guadaira

sábado, 11 de junio de 2011

Volando en Carmona

Por Luisma.

Ayer corrimos la primera de las nocturnas de este año, la VI Carrera Solidaria de Carmona. Para todos esta nocturna era novedad y yo creo que se ha quedado grabada ya para el año que viene. Voy a usar esta palabra varias veces: preciosidad, esta carrera es una preciosidad.

Kiko, Juanma, Salva, David, Ricardo y yo nos plantamos en el recinto ferial de Carmona en una tarde estupenda para darle zapatilla al asfalto, como diría nuestro militar del grupo. Un poco de calor mientras el sol estuviera fuera y una brisita estupenda, ya digo, ideal. Buenas condiciones para acostumbrar la maquinaria a competir a estas horas, porque aunque entrenemos por la tarde, lo digo siempre, entrenar no es lo mismo que competir una carrerita buena.

El ambiente de la salida era estupendo. Por la tarde la gente está mucho más espabilada y eso se notaba entre los corredores y entre el buen puñado de carmonenses que asistían de buen ánimo al avento. Nosotros enseguida nos dimos cuenta de que la mayoría de los maquinitas de la provincia estaban allí. Estaban casi todos: el Salas, el Chaparro Luque, el Rodolfo Ribas, el amigo Fernando Chacón al que saludamos, los maquinitas del Orippo, los del Gaia que eran el club anfitrión... La verdad es que eso mola, estar rodeados de corredores de los buenos, pero también apabulla un poco y da algo de bajón, sobre todo para los fatigas como mi colgea Richar, que pretendía coger una de las medallas que entregaban a los 100 primeros y tengo que reconocer que a mí también me metía algo de nervio en el cuerpo. Yo me encontraba raro, estuve todo el rato, desde que me monté en el coche, hasta que se dió la salida, como callado, introspectivo... quería pensar que estaba concentrado para la carrera, pero eso aún suena grande para populares como yo. No sé, realmente había estado esperando durante toda la semana que llegara este momento y a veces el cuerpo reacciona así a la satisfacción de estar haciendo lo que más te apetece.

Nos habían dicho que había bastantes cuestas en el perfil de esta carrera y eso ya se podía comprobar en la misma línea de salida/meta. Y también nos habían dicho que solía ir rápida, por su trazado de 7000m y por la cantidad de maquinitas que iban a disputarla. Lo de los maquinitas lo habíamos comprobado ya y la salida rápida fue solo cuestión de minutos. Unos minutos que se retrasaron de la hora prevista por lo de siempre, porque los pesaos y los máquinas quieren salir los más adelante posible. Normalmente el speaker o alguien de la organización suela arreglar eso y pone a todo el mundo bajo el arco, pero esta vez el del megáfono no se hizo respetar lo más mínimo e inlcuso los Últimos salimos como 100-150 m por delante de la línea de salida. Lamentable.

Bang! y a correr, pero a correr de lo lindo. La recta de salida era la calle central del real de la feria, algo así como 300m en una suave pendiente, pero aquí la pendiente daba igual, la gente salió súper disparada. Toda esa subida entre 03:40 y 04:00 y la terminé con un pico de 03:05. Ojo, en subida. ¡Pero bueno! ¿Esas que velocidades son para empezar una carrera? Intenté seguir a Ricardo al menos durante las primeras calles, pero el mamón, además de que es muy hábil adelantando, cortó en la primera esquina más de 20m (el que nunca dice que corta...) y yo seguí por la calzada, por lo que me olvidé de él antes de llegar al 500. Aproximadamente a esa distancia Juanma llegó a mi altura en la endiablada bajada de la calle Real. Era solo la segunda calle de la carrera y yo iba resoplando al máximo. En ese ritmo frenético noté un par de veces como el tobillo casi se doblaba al coger un bache del empedrado. Era una locura, pero no iba a bajar el ritmo porque luego vendrían buenas cuestas que me lo harían bajar radicalmente. Hicimos el primer km a una media de 03:58. Más o menos por ahí Juanma dijo una frase llena de cordura "vaya inicio de locos". Tenía toda la razón del mundo y creo que él prefirió bajar un poquito su ritmo, pero yo no lo hice. Y me quedé solo ya hasta la línea de meta.

El desnivel ascendente volvía en el Paseo, donde se concentraba un montón de los muchos espectadores que hacían de esta carrera una de las más animadas que hemos corrido en los últimos meses. Tras el Paseo del Estatuto, un pequeño descansillo y otra subidita por las calles San Francisco y Atarazanas y tras ésta volvía a venir una buena bajada donde nos encontrábamos el km2 (parcial de 04:16), curva cerrada y nuevo paso por meta. Hasta ahí la que llamaban la "vuelta pequeña", ahora empezaba la grande, la grande en kms y en cuestacas. Ahora empezaba realmente la carrera, y yo llevaba resoplando desde las primeras zancadas...

Tras la subida del real de la feria volvía la bajada de la calle Real, que ahora hice a un ritmo un poco más moderado. Aquí estaba el km3, que hice a 04:34. Y al llegar al paseo ahora se giraba a la derecha y ahí delante, el imponente Alzázar de la Puerta de Sevilla. Como una horda de conquistadores atravesando la muralla, todos los corredores nos comprimimos ahora al paso por la puerta, donde por cierto casi nos llevamos por delante a unos novios que se hacían sus fotos del álbum... Las calles ahora se estrechaban y todo el paso por el precioso casco histórico era en dos direcciones: a la ida hacia el este, todo el tiempo subiendo y la vuelta, todo en bajada.

La Puerta de Sevilla estaba en el km 3,5 aproximadamente y yo pensaba que la subida del parador se coronaba en el km5, por lo que me quedaba 1,5km de cuesta constante, por calles empedradas y curvas más o menos cerradas. Al ritmo que iba los resoplidos eran ya un rebuzno perfectamente audible y llevaba todo el cuerpo de cintura para arriba inclinado hacia adelante. Qué fatiguita... A mitad de camino, a la altura de la iglesia de San Felipe, el garmin me marcó el km4 con un parcial de 04:43. No era un dato nada malo, casi todo el km era en subida, pero yo ahí es cuando bajé un par de peldaños en mi ritmo. Pensaba que el parador estaba aún lejos y le dí una tregua al motor. El nivel de adelantamientos era dramático, de golpe me puse a rodar a 05:20 o más. Pero no me importaba. Llegué algo más cómodo a la calle Pedro I, donde se ven unas espectaculares vistas de la campiña y ahí, a tiro de piedra, se veían ya los muros del parador. Un grupo de espectadoras bullangueras gritaba que ya se acabó la cuesta, que ahora todo en bajada... pero yo pensaba que eso no era así, que la carrera cogía el muro del parador y seguía hasta la Puerta de Córdoba. Pero no, las marujas tenían razón, antes de darte cuenta se doblaba a la izquierda y la pendiente cambiaba radicalmente. Me alegré mucho, de golpe, el infierno había acabado. Pasamos por detrás de los juzgados, por el Museo, avituallamiento que no utilicé, Santa María, Plaza San Fernando... todo en bajada con pequeñas subiditas. Al salir de la plaza estaba el km5 (parcial de 04:40) y ahora sí que todo bajaba hasta un nuevo paso por el Paseo, ya en la ciudad nueva. Mientras nos acercábamos de nuevo al Alcázar, empecé a arrepentirme de la bajada de ritmo en la subida. Volví a apretar los dientes y le metí más zancada a la bajada, ya no iba a bajar mi ritmo deliberadamente hasta el final.

En el nuevo paso por el Paseo del Estatuto aún había más espectadores animando. Cogí la pequeña subidita con ganas. Ahora ya se trataba de apretar los puños sí o sí. El punto kilométrico 6 estaba saliendo ya de la calle atarazana, en bajada ya hasta meta. Hice ese parcial a 04:27, tampoco gran cosa pero había un par de pendientes (realmente en esta carrera no había ningún km limpio de bajada o de subida, de ahí los parciales tan parecidos). Desde hacía unos minutos corría junto a dos tipos que iban juntos, cuando subíamos me sacaban algunos metros, al bajar los adelantaba sin problemas. Ahora en la recta de la carretera que te metía en el real del feria, los perdí de vista por detrás y aún adelanté a 5-6 corredores que me habían pasado antes. Al cambiar el sentido y coger la calle de adoquines ya del real, apreté un poquito más los puños, alargué la zancada y braceé con fuerza para quitarme a 2 ó 3 corredores más antes de entrar esprintando en meta.

Antes de salir hablamos de bajar de 30 minutos y casi lo consigo. Mi tiempo fue de 30:33, según el tiempo oficial a una media de 4'18"min/km (pero sería algo más, porque nos colamos unos metros en la salida y algo más al cortar alguna curva). Contento, tiempazo, sobre todo teniendo en cuenta las cuestecitas de Carmona. Pero era una carrera rápida y había que correr. Por decir algo malo, me queda el regusto amargo de no haberme exprimido más en la subida al parador, pero bueno, correr con cabeza también es correr bien. Lo malo es no saberse bien el recorrido y actuar como si lo supieras, eso sí fue una torpeza por mi parte.

Pero si mi tiempo no fue malo el que se salió desde luego fue el del maquinita del cerro (o locomotora, como quieras tio, tendrás que decidirte). El perro de Ricardo corrió por primera vez una carrera con una media por debajo de 4 min/km!!! Eso sí, solo un segundo por debajo, a 3'59", pero, qué coño, es un carrerón. Si hubiera parado el crono solo un segundo más tarde ya le subiría la media al 4, pero hubo suerte. No hubo tanta suerte para coger medalla, eso sí, pero solo por 11 posiciones. Para la próxima lo consigues máquina. Felicidades, estás poco a poco entrando en otro nivel. Pero no menos meritoria fue la acutación de los demás socios de este nuestro glorioso club. Juanma paró el crono en 31:29, demostrando que los entrenamientos y el trabajo hacen su efecto bastante pronto (aunque hay que entrenar más para seguir subierndo, eh tio? Este deporte es muy desagradecido, si dejas de entrenar, no tardarás nada en perder tus progresos). Y el que progresa a fuerza de entrenamiento y a fuerza de sufrimiento es David, nuestro benaca, que hizo un tiempo de 32:10. Como sea verdad que te vas a hartar de perder kilos este verano, en otoño nos fulminas, loco. Salva entró en 35:37, demostrando que tiene muuucha trayectoria de mejora. Hay que aprovecharla ahora en estos primeros años, que luego dicen que hay un parón en la forma. Y por fin, que no el último, Kiko hizo 36:22, un tiempo lleno de sacrifico y pundonor porque corrió casi toda esta carrera llena de sube y bajas con una molestia aguda en la rodilla.

Bravo por todos, socios. Como uno más de vosotros, estoy orgulloso de vuestro coraje, de vuestra valentía y de vuestro corazón. Hay que tener huevos para enfrentarse a esta carrera de locos que corrimos ayer y de la forma en que la corrimos. Todos con unas medias más propias de carrera llanita del IMD (aunque bien es cierto que solo eran 7000m, no se me olvida).

Me vais a permitir (y si no también) que termine con unas pabras de Dean Karnazes, un ultramaratoniano yankee que ha sido mi fuente de inspiración esta última semana, porque he estado leyéndome su libro. "Los corredores son personas reales. No corren por dinero o fama, lo hacen por pasión. La mayoría tienen trabajos durante el día para pagar las facturas y correr es un trabajo por amor. (...) Sin disciplina para levantarse antes del amanecer y machacar los kilómetros, nunca se consiguen los objetivos. Si el fuego en tu corazón no es fuerte, no hay razón para intentarlo". Evidentemente se refiere a los ultracorredores, pero esa frase del final también nos vale para los populares sin pretensión alguna. Si no te arde una llama dentro por correr, si corres solo por picarte con otro, por adelgazar, por no aburrirte en casa o cualquier otro motivo de ese estilo, entonces pronto dejarás de hacerlo. O puede que empieces corriendo así y luego se encienda el fuego... ojalá. Quizás la mayoría de los que estáis leyendo ésto os suene a chino, a exagerado, o no enténdais a qué me refiero. Pero sé que alguno que otro si que lo pilla. Ambos tipos de corredores y por partes iguales, sois bienvenidos en el CD Últimos del Aljarafe.

Y ahora vamos a ponernos púos y a hartarnos de cubatas, que no solo de running vive el Último. ;))

Clasificación VI Carrera Solidaria de Carmona

viernes, 3 de junio de 2011

Una fatiguita perdida en la Carrera Liberty de Madrid. 29 de mayo de 2011

Por Belén.

Bochornazo en Madrid. Después de dejar a toda mi familia durmiendo felizmente salgo de casa a la carrera, no es que vaya tarde, es que no sé lo que puedo tardar y cómo estará la cosa para recoger el chip y dejar la mochila en el guardarropa. Llego al andén con mi camiseta de Los ¡¡Últimos!! dispuesta a coger el metro y mis nervios desaparecen al ver a decenas de personas enfundadas en las camisetas azules de la carrera. Entro en el vagón y allí hay aún más corredores, qué bien! empiezo a animarme. Me quedan cuatro paradas, miro a la gente con la que correré , casi todo el mundo va acompañado o ha quedado con alguien. Y claro, acabo pensando cómo se me pasó por la cabeza esto de irme de “loca” a una carrera, … no me importa, soy consciente de que no tengo remedio, lo volvería a hacer cien veces más.

Llegamos a Goya (abstenéossss). La marea azul sale ordenadamente y yo simplemente me dedico a seguirla. Una pasada lo bien organizadito que está todo, así da gusto. Todo el dispositivo se encuentra en la Plaza de Felipe II, junto al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Recojo el chip y dejo la mochila sin tener que esperar. Estiro y troto un poquito y me voy a la salida. Ilusa. Ni de coña llego a ver el arco. Lo mismo que en la nocturna del Guadalquivir, todos paraditos esperando, eso sí mucho más distendidos porque la carrera es con chip así que los tiempos serán los reales. Me subo a un pivotito y lo flipo viendo la calle Goya cortada al tráfico y plagada de corredores. Dan el pistoletazo, seguimos parados, la gente charlando, empezamos a andar, a los dos minutos llegamos al arco y por fin ya empezamos a correr!

Hace un calor tremendo a pesar de los chaparroncillos que han caído, empiezo a mirar por dónde voy y me doy cuenta de que el recorrido es en sentido contrario al que yo pensaba… bajamos Alcalá y tocan los Paseos de Recoletos y Castellana de subida!! No es demasiado duro porque la pendiente es muy suave pero este tramo es de casi 4 kilómetros y apetecería ya una bajadilla. Llego a la señalización del km 4 y miro mi garmin… clavadito!!!! Llego al km 5 y allí está: Avituallamiento!!! Qué bien, nos dan las botellitas de agua ya abiertas, tiro un poco de agua y permanezco con la botella en la mano para beber dentro de un rato pero a los pocos metros me encuentro otro avituallamiento de isotónica, qué estrés! le doy un trago al agua y la cambio por el vasito de gatorade. Estupendo, en unos minutos agradeceré la hidratación porque… llego a mi respetado Bernabéu, giramos a la derecha y ¡ay, madre! Yo no recordaba esa espantosa cuesta de Concha Espina!!! Llegamos a Príncipe de Vergara, me encuentro muy bien, la verdad, disfrutando de la carrerita, observando a la gente, las calles… me doy cuenta de la de años que llevo ya en Sevilla… Pues todo eso pero sin descuidar mucho el ritmo. Sigo alucinando viendo a tanta mujer corredora, de todas las edades, clases e incluso razas y tallajes.. jajajaja. Amparo, eso es bueno, así con tanta competencia una no sabe con quién picarse… ;-)).

De nuevo subida suave, no lo entiendo, el garmin me marca 9 kms y medio y no veo la meta… sigue la subida y ese medio km me empieza a parecer el más largo de mi vida… Por fin veo el arco de llegada!!! Efectivamente, la carrera es algo más, 9 metros de nada..jajaja. Acelero un poco pero sin perderme el ambientillo, el griterío, la diversidad de gentes… eso es lo que tiene venir más sola que la una. Aún así, termino quemando adrenalina entrando en meta con los brazos en alto… vaya una “colgá”... jaja.

Paro el Garmin. Distancia: 10.09 kms. Ritmo de 05:13. Bien! Sudadita, ea! Ya me puedo ir a casa.

Dejo el chip, recibo una botella de agua y otra de Gatorade que me fundo casi al instante. Recojo mi mochila de nuevo sin esperas , me pongo a hacer fotos y le pido a un guiri (lo mismo yo en ese momento era más guiri que él, pero bueno, a las pintas e idioma me remito) que me haga un par de fotillos para mis compis del club (anda que no me acordé de mis fatiguitas y de Montequinto!).

Bueno, llega el momento de irse, la loca se retira. Cojo el metro y me bajo una parada antes para ver cómo va la #acampadasol y hacer unas cuantas fotos para mi indignada amparito. Increíble lo que hay allí montado, y eso que ya muchos levantaron el campamento. Veo un practicable de tv tan bien montadito, al lado del oso y el madroño, que digo “antoño!, vamos para arriba a hacer fotos!”. Pues nada, empezó a llover un chaparrón de esos de bochornazo y acabé corriendo de nuevo. Esta vez para hacer meta en mi casita con mis ositos a los que aún tuve que despertar de su quinto sueño… menos mal que yo me animo sola, que si tengo que contar con esta familia mía… ;-))

jueves, 2 de junio de 2011

Carrera de Montequinto según Kiko

Por Kiko.

El día anterior a la carrera de Montequinto me sentía raro, porque por primera vez, no correría Belén, no la tendría que recoger y tenía un sentimiento gagggo gagggo: “¿y si llego allí y no aparece ni Dios?” ¿Por qué me machacaba ese pensamiento tan funesto? Pero si estos son más jartibles que la leche, puede que falle alguien, pero ¿Cómo no va a aparecer nadie? Anda no seas capullo y vete pa´ la cama, que ya es tarde.

Y suena el despertador, y me duele todo el cuerpo, como si me hubieran dado una paliza, especialmente el lateral derecho. La trompada de ayer con la bici va a tener algo que ver. Mi mujer se gira despacio, con un ojo medio abierto me dice: “¿Dónde vas?”. “A la carrera, donde voy a ir”. Y entonces abre los dos ojos con mucho asombro, se incorpora y me mira y dice “Pero tú no estás bien”. Le veo en los ojos que se va a desbordar y me va a montar el megapollo por ir a correr con la pierna y el brazo como lo tengo, pero se lo piensa mejor, se da la vuelta, se vuelve a acostar y me dice “Paso, es tu cuerpo, tú sabrás”. Y yo pienso, “Más me vale cerrar el pico, y por mucho que me duela, no decir ni pío” Jejejejeje, si es que no pue´ser.

Pues ná, llego a la estación de Condequinto, y todos mis temores se vienen abajo como un castillo de naipes. Ahí están todos, jejeje, claro, como no podía ser de otra manera.

Esta vez, no se ve la masificación de las carreras del IMD, por lo que es más factible echar el último pis, calentar en condiciones, meterse bien en cabeza en la línea de salida. Pero los nervios de la salida son los mismos, jejeje, que sensación tan buena, tan cojonuda. Me encanta sentirme en la línea de salida, rodeado de corricolaris, con los compis del Club a mi alrededor. Dispuestos todos a darle zapatilla al asfalto.

Alguien comenta que el recorrido es un subeybaja continuo, pero que a partir del 7 es todo cuesta abajo. Bueno, pues habrá que reservarse para esos últimos 3 km.

Pues nada, salimos en tropel, cual manada de Ñus cruzando el río Mara, curva a la derecha para coger unos metros de la Avda San José de Calasanz y llegar enseguida a la rotonda para embocar la Avda de Montequinto y la primera, “cuestecilla”, na, una cagarruta de mosca, pero preludio de lo que estaba por llegar. Le damos una vuelta llana a un par de manzanas siguiendo por la Avda. montequinto hasta embocar la Avda. de Europa, primer repecho serio, solo unos metros de desnivel, pero ya rasca en las piernas, ya rasca. Y empieza el tiovivo, el subeybaja, larga bajada para recuperar las pulsaciones y dejarse llevar por la Avda. de los Pinos, hasta llegar al final a la Avda. San José de Calasanz paralela a la Autovía. Vuelta a girar a la derecha para empezar a subir de nuevo, larga cuesta arriba por la Calle de Venecia y larga cuesta abajo por la Avda. de Enríquez de Ribera.

A todo esto, voy jodido, la sal del sudor me hace ver las estrellas en las heridas, en las auténticas quemaduras que llevo en brazo y pierna, el escozor es insoportable y además, cada vez que doy un paso, el peso del cuerpo al caer la pierna derecha me provoca otro dolor tremendo en las dos heridas. Madre mía, y así llevo 4 km, y aun quedan 6, y esto va a peor.

Así llegamos al km 5, y desde ahí al km 7, todo cuesta arriba. Bueno, no es que sea una pendiente tremenda, pq en dos km solo ganamos 40 m de altura, pero bueno, es una cuesta arriba continua durante dos km, con un par de falsos llanos. Entre el 7 y el 8 una pequeña cuesta abajo y luego otra cuestecilla pronunciada antes de llegar al 8, no muy gorda, pero a estas alturas, te toca bastante la moral. Pero bueno, ya desde el 8, una franca cuesta abajo, en la que me olvido (bueno, lo intento) del escozor y del dolor, que es bastante, me dejo llevar por la pendiente, meto la directa y durante dos km meto un ritmillo bastante alegre, para entrar en meta con muy poco resuello, mucho escozor y mucho dolor en el lateral derecho. Pero eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja. Lo malo es que los 57 min me dejan un tanto mal sabor de boca, pero bueno, si lo analizo, entre las 3 cuestas importantes, y las heridas y el dolor, tampoco podía aspirar a hacer marca personal.

Si además, leñes, hemos venido a pasarlo bien y disfrutar. Y eso, es … objetivo conseguido.

Eso sí, al llegar a casa, ni una mueca de dolor, y cuando me pregunten, “No me ha dolido nada de nada” Aunque no pueda ni andar.

Nos vemos en Carmona, corricolaris.