A este último día de la Feria de Abril le llaman Domingo de Farolillos (aunque también he leído por ahí que es el domingo anterior... bueno qué más da), la cosa es que nosotros en el club vamos a tener que ponerle un nombre propio. Un nombre que alude a nuestro constante masoquismo en esto del running. Queda bautizado como Domingo de Sufrimiento, o de Sufridores, o de Masoquistas...
Esta tradición arrancó el año pasado, donde, a pesar de no entrenar en toda la semana y someter al cuerpo al divino castigo de la feria, dos de los tres únicos socios que había entonces, Ricardo y Fran, corrieron y sufrieron la Popular Blas Infante de Coria. !Y cómo sufrieron en ese primer día de calor del bueno! Vaya carita que traían los dos en su entrada a meta. Yo estaba allí, viéndolos desde la barrera, porque me empeñé en no correr ese día y no corrí, es la única carrera que ha asistido alguien del club que me he perdido.
Pues hoy hemos vuelto a ser dos los masoquistas, los sufridores, los valientes que nos hemos ido a Isla Mayor (eso qué es???) a correr, nada más y nada menos que una Media Maratón. Solo con escribirlo ya me entra la risa floja. La distancia en sí no nos mete miedo, el Richar y yo nos hemos hecho un puñado de medias, esa no es la novedad. Lo guapo es que él lleva un mes sin entrenar, yo en ese tiempo he entrenado poco y mal, llevamos más de tres meses sin correr más de 18km y por supuesto, ya lo sabéis, haciendo carreras de 10.000 y metiéndole caña a la velocidad y casi nada al fondo. Si a todo ello le sumas el calor que ha hecho hoy y que estamos en domingo de farolillos y ambos nos hemos castigado el hígado y otras partes del cuerpo durante esta feria... pues ahí tienes el resultado de la ecuación: dolor, muerte y sufrimiento (sin exagerar, eh).
Yo llegaba tarde a la cita en Coria debido a un problemilla que tengo en un dedo del pie, que parece sacado de una película gore: 3 ampollas una encima de la otra, bueno, con la de hoy 4. Cuando nos asomamos por la salida de la carrera a eso de las 10:30 comprobamos que, efectivamente, solo había 100 dorsales. Si a eso le restas los 10-12 que no habrán asistido, pues ahí tenéis la pachanga de 80-90 runners que nos íbamos a meter los 21kms entre pecho y espalda hoy. Nosotros solo hacíamos mirar a la peña, a ver si había más "maquinitas" o más "papas fritas". De las dos cosas había, nos quedamos más tranquilos. Nos pusimos a calentar un poquito (nada, 5 min nos os creáis). Terminé ya con sensaciones reguleras y al llegar al coche a cambiarnos le ofrecí al Richar meternos pa dentro, arrancar y pirarnos a por un desayuno de 2 horas en algún lugar civilizado. "Nadie se tiene que enterar" le dije. Por la cara que me puso, pensó que no era mala opción. Pero no hombre, habíamos llegado hasta este país de arrozales y mosquitos para algo, para demostrar la clase de runners que somos los Últimos... y lo íbamos a demostrar.
En la línea de salida, un tanto "artesanal" por cierto, alguien del club que organizaba la carrera nos hizo una foto de grupo a todos los corredores. Una foto de grupo! Cabíamos todos en una foto! Jeje, allí estábamos posando, en dos o tres filas, no más. A ver si encuentro esa imagen y la pongo aquí. En esta edición de la carrera se estrenaban los corredores a pie. Hasta este año era una media reservada a atletas en silla de ruedas y handbikes. Estos dos grupos salieron dos minutos antes y después salimos los runnes de a pie. Bang! Empezaba el jaleo (qué bonito momento).
El día antes de la carrera Ricardo y yo fantaseamos con hacer hoy mejor marca personal en media. ¡Cuánta tontería se puede hablar por el whatsapp! Ya sobre el terreno, conscientes de la incógnita de nuestro estado de forma, pactamos salir a un ritmo lento, entre 04:50 y 05:00. Ya veríamos cómo rodábamos a esa velocidad y según sensaciones, ya tiraríamos más adelante. La carrera no salió muy loca, la verdad y enseguida nos encontramos con un grupo de tres corredores del Atletismo Coria que decían que irían a 04:40. Ricardo me dijo "éste es el grupo", a mí me pareció bien e incluso se lo dije a ellos. Pero Ricardo enseguida desistió, la carrera era muy larga, todavía no era plan de meternos en estrategias y ritmos... Y tenía razón, hicimos bien en descolgarnos de ellos en el km2. Exceptuando el típico dolorcillo de cuádriceps que no han entrado en calor, teníamos buenas sensaciones. Hicimos los primeros tres kms entre 04:32 y 04:50. Eso debía de ser señal de que íbamos bien. A ese ritmo quizás era verdad que hoy pillábamos MMP (mejor marca personal) de alguno de los dos... o de los dos. Vaya triunfo!
Entre los kms 3 y 6, en algún momento imposible de recordar en esta lineal y monótona carrera, llegaron por detrás dos hermanos, más jóvenes que nosotros, no sé si con intención de adelantarnos o hacer grupeto. En las rectas interminables del corredor verde (precioso paisaje de marismas) siempre había viento, a veces de cara, lateral, de espaldas... Entonces nosotros nos pusimos un km o menos a la espalda de los dos hermanos, para que nos taparan, pero enseguida comenzamos a cooperar y a charlar con ellos. Gracias (o por culpa!) de esta compañía seguimos manteniendo nuestro cachondo ritmito y nuestro correr alegre. De 04:44 a 04:50 hasta el km 10, de ahí no bajábamos. En esos momentos felices, volvimos a comentar un par de veces eso de que igual hacíamos MMP.
Ese fue nuestro gran error. Todo esos condicionantes negativos que traíamos a esta carrera tenían que dar la cara en algún momento. Máxime al tratarse de una Media. Esto no es igual que una carrera corta, si hay algún punto de tu forma que flaquee, algo de la ropa que te moleste o alguna otra cosa que pueda ser un problema, en 21km va a dar la cara seguro.
En el km 10,5 estaba el tercer avituallamiento y la carrera volvía por sus mismos pasos, por la misma larga, recta y desesperante carretera. Además al darnos la vuelta el viento de cara dejaba de soplar y, simplemente, dejamos de oir y sentir el viento. Esto que en principio parece positivo, a las doce de la mañana y con 25 graditos o más a pleno solazo, se tornó en un problema, al menos para mí. De pronto empecé a notar un calor insoportable. De momento nuestro ritmo no bajaba. Hicimos 04:53 en el km11 y 04:44 en el km12 y 13. Aquí tuve una primera desconcentración que me hizo separarme del grupeto de cuatro que llevábamos. El mayor de los hermanos se descolgó conmigo. Y cuando tenía ya al Richar y al otro tipo a 40-50 metros metí un acelerón para volver junto a ellos. "Qué fácil, ¿no?" me dijo el makinita, pero qué va, nada de eso, con ese arreón se me encendió la luz de la reserva. A partir de aquí todo fue cuesta abajo.
En el siguiente avituallamiento me eché todo el agua por el cuerpo. Me moría de calor. También bebí bastante, lo necesitaba. Corría el km14 y ya sí que sí, dejé que Ricardo y el pequeño de los hermanos se fueran definitivamente. Un km más tarde me descolgué también del otro de los hermanos. Y es que estaba empezando el infierno y la cabeza, que siempre juega un papel importante para bien o para mal, me decía que esto era solo el principio. Este primer km infernal caí hasta 05:03.
En la primera mitad de la carerra pensé que ojalá no rozara los 5' de ritmo, pero ya veis que sí, y tanto. De hecho ya no bajaría a 4' y algo hasta la meta. De vez en cuando me mentalizaba, "venga, km14 eso son dos tercios de carrera hechos"... pero con lo fundido que iba y lo rápido que había caído en este pozo, los 7km restantes parecían un mundo. De lejos veía todo el rato a Ricardo y a los dos hermanos, que se unieron pronto. E incluso adelanté a un par de corredores que iban fundidísimos, peor que yo (si es que eso era posible). Las rectas eternas de la marismas y el solazo me estaban machacando, pero yo todo el rato me repetía que tenía que acabarla como fuera. Lo malo es que después de pensar eso, pensaba en mil maneras de abandonar: me siento y espero a la ambulancia, paro a una de las motos de la Guardia Civil que estaban todo el rato para arriba y para abajo, en el próximo avituallamiento me paro que hay una sombrilla... En estos momentos terribles no le ves ni puta gracia a esto que estás viviendo, pero luego al terminar y ahora al recordarlo, me gusta haber sufrido así, es una lección de running de las buenas. Y estamos tan locos que ahora pienso incluso, que me gusta sufrir así...
En el km15 mi ritmo era de 05:02, todavía no era muy malo, pero me dio rabia volver a ver ese 5' en el Garmin. Qué iluso. En el km16 me cayó un 05:10 y el km17 05:13... Último avituallamiento. Bebo media botella y me echo la otra media sobre el cuerpo. La camiseta y las mallas están empapadas. Corre algo de viento que me refresca. La carretera hace una curva y ya 3,5 kms de recta hasta el pueblo, que se ve al fondo. Ricardo se ha separado ya mucho de mí, unos 400m, pero desde hace tiempo no veo que se aleje más. Debe estar sufriendo de lo lindo también. Ahora ya siento que la reserva se ha agotado, no me queda gasolina. Y cuando a un coche no le queda gasolina, se para. Pero un runner aún tiene un corazón y un orgullo (y una gilipollez) que le hace correr por inercia. Cuando se corre por inercia se pierde todo: la técnica, la velocidad, ¿la dignidad? y hasta la noción del tiempo y la distancia. En el km18 empecé a correr por inercia, sin pensar en correr, solo poniendo un pie delante del otro. Lógicamente el ritmo tenía que ser nefasto, un 05:24 que realmente no reflejaba lo mal que iba. En el km19 intenté meterle psicología al asunto. Me adelantaron tres veteranos del Palaciego en intenté pegarme a ellos lo que pude, apenas 400m. Con una cosa y otra subí ligeramente a 05:18.
El calor era insoportable y por mucho que pasaran los metros y los minutos el pueblo seguía ahí, lejísimos, parecía un espejismo. Todos los corredores iban sufriendo de lo lindo. Uno de los tres corredores del Palaciego que acababan de adelantarme se puso a caminar tambaleante. No podía poner un pie delante del otro. Llegué enseguida a su altura y le pregunté si estaba bien. Me dijo que sí, que él no corría más y que tirara. Si sus compis se habían ido no me iba a quedar yo... Como pude llegué al km20, venga apenas un km más... Imposible aumentar ritmo. Hice este penúltimo mil a 05:28.
Tras pasar junto a una finca, se abría ante nosotros la primera calle del pueblo. A la ida me pareció que enseguida salíamos al campo, pero ahora esta calle era eterna! Había que llegar a una única curva a la derecha y 100m más adelante ya estaba la meta. De fondo y quizás ¡cada vez más cerca! seguían corriendo juntos los dos hermanos y aún podía ver a Ricardo más lejos. No se habían separado definitivamente de mí, eso es que también iban fatal. No me consolaba, pero bueno, al menos me sentía acompañado en el infierno. Cuando miro el garmin veo que la distancia real ya es de 21km, ¡coño, al final la carrera tiene un poco más de media maratón! Pues eso es lo que me hacía falta mí, ¡300m de regalo! 05:29 en este último mil y aún gracias que no he llegado a cinco y medio en ningún momento.
Curva a la izquierda y uno de los momentos más bonitos de la carrera: la meta. ¡Por fin! Además del gustazo de que se acabe el infierno, estuvo bien el grupito de gente del pueblo que se agolpó en meta y no dejaba de aplaudir. Con ellos estaban los miembros del club BTT Isla Mayor, que fueron voluntarios en bici a lo largo de toda la carrera. Y como había muy pocos corredores y yo entré totalmente solo, los aplausos eran solo para mí... Unos ánimos que se agradecen y emocionan. 1h 46:28, el tiempo es lo de menos, desde luego. Es uno de mis peores tiempos en media maratón, pero no el peor. Nuestro error fue hacer una primera parte de carrera como si estuviéramos en plena forma. La próxima media que me tome en serio haré la primera mitad igual que ésta para mantenerlo o incluso apretar al final. Entonces ya hablaremos de MMP.
Dejé de correr de golpe, no podía más. Cogí una botella de agua y me fui hasta el interior del pabellón buscando una sombra como fuera. Allí, nada más entrar, sentado en una escalera, me esperaba Ricardo sonriendo, con una de esas miradas cómplices que dicen tanto sin necesidad de palabras. Me tiré al suelo y nos reímos un rato antes de contarnos los pormenores de la batalla. Nos reíamos de nosotros mismos, nos reíamos del rato de sufrimiento agudo que habíamos pasado y nos reíamos del masoquismo que nos había traído hasta aquí. Pero nos reíamos del mundo también. El sufrimiento es una enseñanza más. Y paradójicamente el sufrimiento es placer también, es placer... cuando termina. Por eso en ese momento éramos dos tíos felices.
Al final va a ser verdad: sufrir mola...
Esta tradición arrancó el año pasado, donde, a pesar de no entrenar en toda la semana y someter al cuerpo al divino castigo de la feria, dos de los tres únicos socios que había entonces, Ricardo y Fran, corrieron y sufrieron la Popular Blas Infante de Coria. !Y cómo sufrieron en ese primer día de calor del bueno! Vaya carita que traían los dos en su entrada a meta. Yo estaba allí, viéndolos desde la barrera, porque me empeñé en no correr ese día y no corrí, es la única carrera que ha asistido alguien del club que me he perdido.
Yo llegaba tarde a la cita en Coria debido a un problemilla que tengo en un dedo del pie, que parece sacado de una película gore: 3 ampollas una encima de la otra, bueno, con la de hoy 4. Cuando nos asomamos por la salida de la carrera a eso de las 10:30 comprobamos que, efectivamente, solo había 100 dorsales. Si a eso le restas los 10-12 que no habrán asistido, pues ahí tenéis la pachanga de 80-90 runners que nos íbamos a meter los 21kms entre pecho y espalda hoy. Nosotros solo hacíamos mirar a la peña, a ver si había más "maquinitas" o más "papas fritas". De las dos cosas había, nos quedamos más tranquilos. Nos pusimos a calentar un poquito (nada, 5 min nos os creáis). Terminé ya con sensaciones reguleras y al llegar al coche a cambiarnos le ofrecí al Richar meternos pa dentro, arrancar y pirarnos a por un desayuno de 2 horas en algún lugar civilizado. "Nadie se tiene que enterar" le dije. Por la cara que me puso, pensó que no era mala opción. Pero no hombre, habíamos llegado hasta este país de arrozales y mosquitos para algo, para demostrar la clase de runners que somos los Últimos... y lo íbamos a demostrar.
El día antes de la carrera Ricardo y yo fantaseamos con hacer hoy mejor marca personal en media. ¡Cuánta tontería se puede hablar por el whatsapp! Ya sobre el terreno, conscientes de la incógnita de nuestro estado de forma, pactamos salir a un ritmo lento, entre 04:50 y 05:00. Ya veríamos cómo rodábamos a esa velocidad y según sensaciones, ya tiraríamos más adelante. La carrera no salió muy loca, la verdad y enseguida nos encontramos con un grupo de tres corredores del Atletismo Coria que decían que irían a 04:40. Ricardo me dijo "éste es el grupo", a mí me pareció bien e incluso se lo dije a ellos. Pero Ricardo enseguida desistió, la carrera era muy larga, todavía no era plan de meternos en estrategias y ritmos... Y tenía razón, hicimos bien en descolgarnos de ellos en el km2. Exceptuando el típico dolorcillo de cuádriceps que no han entrado en calor, teníamos buenas sensaciones. Hicimos los primeros tres kms entre 04:32 y 04:50. Eso debía de ser señal de que íbamos bien. A ese ritmo quizás era verdad que hoy pillábamos MMP (mejor marca personal) de alguno de los dos... o de los dos. Vaya triunfo!
Entre los kms 3 y 6, en algún momento imposible de recordar en esta lineal y monótona carrera, llegaron por detrás dos hermanos, más jóvenes que nosotros, no sé si con intención de adelantarnos o hacer grupeto. En las rectas interminables del corredor verde (precioso paisaje de marismas) siempre había viento, a veces de cara, lateral, de espaldas... Entonces nosotros nos pusimos un km o menos a la espalda de los dos hermanos, para que nos taparan, pero enseguida comenzamos a cooperar y a charlar con ellos. Gracias (o por culpa!) de esta compañía seguimos manteniendo nuestro cachondo ritmito y nuestro correr alegre. De 04:44 a 04:50 hasta el km 10, de ahí no bajábamos. En esos momentos felices, volvimos a comentar un par de veces eso de que igual hacíamos MMP.
Ese fue nuestro gran error. Todo esos condicionantes negativos que traíamos a esta carrera tenían que dar la cara en algún momento. Máxime al tratarse de una Media. Esto no es igual que una carrera corta, si hay algún punto de tu forma que flaquee, algo de la ropa que te moleste o alguna otra cosa que pueda ser un problema, en 21km va a dar la cara seguro.
En el km 10,5 estaba el tercer avituallamiento y la carrera volvía por sus mismos pasos, por la misma larga, recta y desesperante carretera. Además al darnos la vuelta el viento de cara dejaba de soplar y, simplemente, dejamos de oir y sentir el viento. Esto que en principio parece positivo, a las doce de la mañana y con 25 graditos o más a pleno solazo, se tornó en un problema, al menos para mí. De pronto empecé a notar un calor insoportable. De momento nuestro ritmo no bajaba. Hicimos 04:53 en el km11 y 04:44 en el km12 y 13. Aquí tuve una primera desconcentración que me hizo separarme del grupeto de cuatro que llevábamos. El mayor de los hermanos se descolgó conmigo. Y cuando tenía ya al Richar y al otro tipo a 40-50 metros metí un acelerón para volver junto a ellos. "Qué fácil, ¿no?" me dijo el makinita, pero qué va, nada de eso, con ese arreón se me encendió la luz de la reserva. A partir de aquí todo fue cuesta abajo.
En el siguiente avituallamiento me eché todo el agua por el cuerpo. Me moría de calor. También bebí bastante, lo necesitaba. Corría el km14 y ya sí que sí, dejé que Ricardo y el pequeño de los hermanos se fueran definitivamente. Un km más tarde me descolgué también del otro de los hermanos. Y es que estaba empezando el infierno y la cabeza, que siempre juega un papel importante para bien o para mal, me decía que esto era solo el principio. Este primer km infernal caí hasta 05:03.
En la primera mitad de la carerra pensé que ojalá no rozara los 5' de ritmo, pero ya veis que sí, y tanto. De hecho ya no bajaría a 4' y algo hasta la meta. De vez en cuando me mentalizaba, "venga, km14 eso son dos tercios de carrera hechos"... pero con lo fundido que iba y lo rápido que había caído en este pozo, los 7km restantes parecían un mundo. De lejos veía todo el rato a Ricardo y a los dos hermanos, que se unieron pronto. E incluso adelanté a un par de corredores que iban fundidísimos, peor que yo (si es que eso era posible). Las rectas eternas de la marismas y el solazo me estaban machacando, pero yo todo el rato me repetía que tenía que acabarla como fuera. Lo malo es que después de pensar eso, pensaba en mil maneras de abandonar: me siento y espero a la ambulancia, paro a una de las motos de la Guardia Civil que estaban todo el rato para arriba y para abajo, en el próximo avituallamiento me paro que hay una sombrilla... En estos momentos terribles no le ves ni puta gracia a esto que estás viviendo, pero luego al terminar y ahora al recordarlo, me gusta haber sufrido así, es una lección de running de las buenas. Y estamos tan locos que ahora pienso incluso, que me gusta sufrir así...
En el km15 mi ritmo era de 05:02, todavía no era muy malo, pero me dio rabia volver a ver ese 5' en el Garmin. Qué iluso. En el km16 me cayó un 05:10 y el km17 05:13... Último avituallamiento. Bebo media botella y me echo la otra media sobre el cuerpo. La camiseta y las mallas están empapadas. Corre algo de viento que me refresca. La carretera hace una curva y ya 3,5 kms de recta hasta el pueblo, que se ve al fondo. Ricardo se ha separado ya mucho de mí, unos 400m, pero desde hace tiempo no veo que se aleje más. Debe estar sufriendo de lo lindo también. Ahora ya siento que la reserva se ha agotado, no me queda gasolina. Y cuando a un coche no le queda gasolina, se para. Pero un runner aún tiene un corazón y un orgullo (y una gilipollez) que le hace correr por inercia. Cuando se corre por inercia se pierde todo: la técnica, la velocidad, ¿la dignidad? y hasta la noción del tiempo y la distancia. En el km18 empecé a correr por inercia, sin pensar en correr, solo poniendo un pie delante del otro. Lógicamente el ritmo tenía que ser nefasto, un 05:24 que realmente no reflejaba lo mal que iba. En el km19 intenté meterle psicología al asunto. Me adelantaron tres veteranos del Palaciego en intenté pegarme a ellos lo que pude, apenas 400m. Con una cosa y otra subí ligeramente a 05:18.
El calor era insoportable y por mucho que pasaran los metros y los minutos el pueblo seguía ahí, lejísimos, parecía un espejismo. Todos los corredores iban sufriendo de lo lindo. Uno de los tres corredores del Palaciego que acababan de adelantarme se puso a caminar tambaleante. No podía poner un pie delante del otro. Llegué enseguida a su altura y le pregunté si estaba bien. Me dijo que sí, que él no corría más y que tirara. Si sus compis se habían ido no me iba a quedar yo... Como pude llegué al km20, venga apenas un km más... Imposible aumentar ritmo. Hice este penúltimo mil a 05:28.
Tras pasar junto a una finca, se abría ante nosotros la primera calle del pueblo. A la ida me pareció que enseguida salíamos al campo, pero ahora esta calle era eterna! Había que llegar a una única curva a la derecha y 100m más adelante ya estaba la meta. De fondo y quizás ¡cada vez más cerca! seguían corriendo juntos los dos hermanos y aún podía ver a Ricardo más lejos. No se habían separado definitivamente de mí, eso es que también iban fatal. No me consolaba, pero bueno, al menos me sentía acompañado en el infierno. Cuando miro el garmin veo que la distancia real ya es de 21km, ¡coño, al final la carrera tiene un poco más de media maratón! Pues eso es lo que me hacía falta mí, ¡300m de regalo! 05:29 en este último mil y aún gracias que no he llegado a cinco y medio en ningún momento.
Curva a la izquierda y uno de los momentos más bonitos de la carrera: la meta. ¡Por fin! Además del gustazo de que se acabe el infierno, estuvo bien el grupito de gente del pueblo que se agolpó en meta y no dejaba de aplaudir. Con ellos estaban los miembros del club BTT Isla Mayor, que fueron voluntarios en bici a lo largo de toda la carrera. Y como había muy pocos corredores y yo entré totalmente solo, los aplausos eran solo para mí... Unos ánimos que se agradecen y emocionan. 1h 46:28, el tiempo es lo de menos, desde luego. Es uno de mis peores tiempos en media maratón, pero no el peor. Nuestro error fue hacer una primera parte de carrera como si estuviéramos en plena forma. La próxima media que me tome en serio haré la primera mitad igual que ésta para mantenerlo o incluso apretar al final. Entonces ya hablaremos de MMP.
Al final va a ser verdad: sufrir mola...
¡Madreeeeee!!! Que dolor, no?? Pues si, si que lo pasasteis mal..., pero yo no creo que sea una derrota, sino todo un triunfo, lo fácil hubiera sido tirar la toalla, pararse, y no lo hicisteis, así que enhorabuena campeones.
ResponderEliminarhacia tiempo que no lo pasaba tan mal.
ResponderEliminarLas Medias Maratones son distancias muy muy muy serias. Para pensar en MMP,s tiene que haber habido una preparación específica previa de al menos dos meses. Si no, lo mejor es correrla en plan conservador, para disfrutarla, sin pensar en marcas, pq si no, "el muro" es implacable, te das contra él y te tumba, y te las hace pasar más putas que cain.
ResponderEliminarPero lo vuestro es para quitarse el sombrero, domingo de feria y tirarse al monte a por una media maratón, eso si que son webos, no los de Espartero.
Además, sufristéis, ¿verdad?, pero ¿y que? lo que no te mata te hace más fuerte, y esto no os ha matado, así que ....
Enhorabuena campeones, y seguid dandole zapatilla al asfalto como se merece.
Buenos días antes de nada, daros la enhorabuena por la carrera.
ResponderEliminarSoy de Isla Mayor y bueno, deciros que pertenezco al club Btt Isla Mayor y que este año quizás, por ser el primer año que se hace así, no lo teniamos todo previsto, salió un día muy caluroso y eso aquí en la isla, sin sombras ninguna ya visteis como fue.
Espero que al menos os llevarais una buena sensación del pueblo, y sus paellas y del ambiente y eso, y ya sabemos el año que viene que tenemos que perpararnos mejor en cuanto a organización, saliendo un par de horitas antes, para evitar tanto calor, y provisionando los avituallamientos con algo de sólidos. Os esperamos para el 2012, saludos.
os dejo el enlace de la página de facebook del C.D Handbike Isla mayor
http://www.facebook.com/media/set/?set=a.113510108732580.26846.100002207756998#!/photo.php?fbid=10150198397482649&set=a.10150198394657649.326698.211344712648&type=1&theater