lunes, 28 de noviembre de 2011

Viva La Vida

Por Luisma.

Siempre que hemos seguido un plan de entrenamiento largo, la sensación es que parece que el gran día no llega nunca. Pero siempre llega. El gran día fue ayer, domingo 27 de noviembre, la fecha de la celebración de la 34ª Maratón de San Sebastián.  Y en estos 4 meses han pasado muchas cosas que nos han influido, perjudicado, animado...  porque en 120 días siempre pasan muchas cosas. Y menos mal que la vida es asi. Viva la Vida.

El sábado a las 9:00 am cogíamos el vuelo Sevilla-Bilbao Ricardo, Fran y un servidor, con distintas sensaciones y objetivos pero con la misma ilusión y las mismas ganas (y nervios). Ricardo y yo llegábamos bien de forma y de fisico, pero Fran, nuestro coriano, llevaba dos semanas de infarto por una dichosa lesión en el tendón rotuliano que ya le impidió correr el maratón de Sevilla en febrero. Ricardo y yo veníamos con la intención de hacer en torno a 3h30 o mejor un sub3h30. Fran se estrenaba en la distancia, pero con la lesión a medio recuperar, su participación en la carrera era una incógnita (ha estado el tío toda la semana a doble sesión de fisioterapia para poder venir).


Del viaje y el finde entero no os voy a hablar nada, porque lo pasamos teta y me harían falta dos blogs. Así que lo resumo con un aguuuuuuurrr. Tampoco os creáis que quemamos San Sebastián, somos unos atletas así que el sábado a las 23:30 ya estábamos en la cama. Bueno Ricardo y yo en la cama y Fran en la "putada" jajaja (al pobre le tocó la cama supletoria, es que es el pupas). 



El sábado a las 6 am. ahí estaban ya los tios, levantados y dispuestos para la gesta. Hasta el momento de la salida se puede resumir todo con una sola palabra: nervios. Nervios nada más levantarnos, deayunamos nerviosos, fuimos al baño, nervios, nos vestimos despacito, nervios, miramos por la ventana y hace 5º, nervios, volvemos al baño, nervios... A las 8:20 salimos por fin a la calle muy nerviosos, dejamos una mochila en el guardarropa, nervios, vamos calentando hasta la salida, ataque de nervios y por fin nos situamos en el pelotón junto a la liebre de 3:30 horas... Y ahí, por fin, cuando ya estamos rodeados de corredores, cuando más adrenalina concentrada estamos respirando, me tranquilicé de golpe. De hecho estuvimos todo el fin de semana charlando, riéndonos, hablando de running y de cualquier pollada graciosa (el que conozca al coriano sabe que mucho tiempo en silencio no se puede estar con él) y sin embargo ahí nos mantuvimos los tres un par de minutos casi sin hablar, concentrados, mirando alrededor... Buff se me encoge el estómago al recordarlo: ¡vaya ambiente de running, vaya runners del norte, vaya pelotón de máquinas nos rodeaba! Dicen en la página del maratón que el 90% de corredores acaban por debajo de las 4 horas, gracias al recorrido llano de la carrera. Es verdad, pero se olvidan de otro motivo: la gran mayoría de los inscritos son vascos y aquí hay una afición increíble por el atletismo. Estoy seguro que en el Pais Vasco es donde te encuentras la mayor concentración de máquinas de toda España. Aquí el más tonto te baja de 40' en un 10.000.

Salida puntual a las 9.00 am. con 5º de temperatura, estamos unos metros por delante de la liebre, que lleva durante todo el camino el cartel ¡sujeto a un palo de madera! Poco después de pasar por el km1 la liebre ya nos adelanta y con ella todo el pelotón que va a ir tras ella. Nos metemos en el pelotón pero en un km más nos damos cuenta que se van alejando de nosotros. Bueno, será que en estos primeros metros van regulando y cogiendo la distancia y ya dentro de un rato se pondrán a rodar a 5:00/km, que es el ritmo medio para la marca de 3h30. Pero no, cada vez que mirábamos el gps estábamos en torno a 04:40 y el pelotón se seguía alejando, por lo que ellos rodaban alrededor de 04:30. Antes del km5 ya habíamos comentado esto varias veces. Los corredores de alrededor comentaban lo mismo. Es lógico que la liebre vaya por debajo del ritmo porque es cabeza de pelotón, luego el pelotón irá al ritmo óptimo y la cola de pelotón algo más lenta; pero aquello era demasiado. 

En el km5, (todos menos el primero por debajo de 5:00) volvíamos a enfilar hacia el estadio de Anoeta, rodeo del velódromo y entrábamos en el tartán por una puerta y salíamos por la otra. Ahí ya se arremolinaban bastantes espectadores que animaban con ganas. Empezaba la primera vuelta grande, empezaba lo serio. Nosotros íbamos juntos, bastante concentrados y sé que aún rayados por el hecho de que la liebre estaba cada vez más lejos. La verdad es que Ricardo y Fran asumieron este imprevisto mucho mejor que yo. Decidieron, de forma acertada, que nosotros debíamos llevar el ritmo pactado, 5:00 km, y el pelotón y la liebre que hicieran lo que quisieran. Eso era lo correcto, porque la maratón es un mundo y teníamos más de 3 horas por delante para regular. Pero a mí, al revés de lo que suelo hacer porque soy más bien conservador,  me inquietaba ver el cartel de la liebre cada vez más lejos y a la altura del km7 tiré un poco hacia adelante con intención de engacharnos al pelotón. Ahora pienso que también era cosa de los nervios y de la frescura de piernas que tenía en este momento. La cosa es que éstos dos  pasaron de mí totalmente y sobre el km9 bajé el ritmo y me puse a su altura de nuevo. Enfilábamos el puente y entrábamos en el barrio de Gros, donde estaba instalada uno de los puntos con animación musical, unos tipos que hacían percusión con unos troncos. Interesante. Aquí también había un avituallamiento con pasitas, cogí un buen puñado.

Vuelta al centro y ahora a correr por el Paseo de la Concha (de tu madre). Un gustazo correr en paralelo a esta playa espectacular. Son los kms del 9 al 13 y todos siguen por debajo de 5:00, en torno a 04:45-04:50. Tras el túnel de la Concha se enfila la larga avenida de Tolosa, que luego volveremos a recorrer en el sentido opuesto. Éste es uno de los sitios de este llano recorrido donde hay una pequeña pendiente, muy poco, pero algo pica hacia arriba. Pasábamos por barrios modernos, rodeados de facultades de la universidad, edificios de viviendas, parques y avenidas anchas y como en el resto de la ciudad, todo estaba perfectamente limpio y cuidado. Tras la avenida entramos en la parte más fría del recorrido, pero en la que cambiará mi carrera radicalmente: el polígono industrial Igara. 

(Si no habéis escuchado la canción que os puse al principio, ahora es el momento de darle al play. Enseguida entenderéis por qué esta crónica tiene hilo musical). En torno al km15-17 hay tres rotondas, en la última de ellas la carrera vuelve sobre sus pasos hasta La Concha y el centro de la ciudad. Y en las tres hay unos altavoces con música a todo trapo y están poniendo el tema Viva La Vida, de Coldplay. A mi los Coldplay hace tiempo que es un grupo que ni fú ni fa, me gustaron sus primeros discos pero éste de Viva la Vida no mucho, la verdad. Pero oye, no sé que me pasó que de pronto me dió un subidón con la canción que flipé en colores. Cuando dimos la vuelta en la tercera rotonda ya se me fue la olla. Las piernas iban solas, podía ponerme a 04:00/km sin problemas, iba haciendo gestos con los brazos, se me puso una sonrisa de empastillao que no podía quitarme de la cara, me adelanté de Fran y Ricardo y al minuto volví a su altura para decirles que tiraran más fuerte... No me preguntéis qué me pasó porque no lo sé, pero parecía que iba totalmente puesto. Cuando volví a la altura del Richar le pregunté que cómo iba y me respondió con esa mirada seria que él pone en estos primeros tercios de carrera. "Este es tu momento malo de siempre, así que todo va bien", le dije. Fran comentó ya a estas alturas que notaba molestias en la rodilla  y que seguramente se pararía en la siguiente entrada a Anoeta (lo que ya estaba bien para venir lesionado, eso eran 24 kilometrazos). 

Aunque llevo tiempo intentando cambiar mi táctica de carrera, suelo correr en positivo, esto es, la primera mitad de las carreras mucho más rápido que la segunda. Dicen los que saben de esto que lo suyo es hacerlo al revés, pero bueno, ya iremos aprendiendo... En vista de mi "estado catónico" gracias a los Coldplay y que Ricardo y Fran, como es lógico, pasaban de mí, me puse a darle caña sin pensar en nada más. ¡Joder, qué fácil era correr rápido! Creo que me puse a 4:00 durante un buen rato. Iba disfrutando a tope, con la boca abierta, la sonrisa aún dibujada, adelantando a corredores y alargando zancadas a placer. A veces abría los brazos para sentir el viento fresquito. ¡Qué manera de disfrutar corriendo! En un adelantamiento creo que le dije a un corredor "Viva la Vida" y él con la mirada pareció decirme "viva tu puta madre". En ese mismo momento ya era consciente de que esos excesos los pagaría más adelante. Estaba seguro que la maratón se cobraría este derroche. Pero me daba totalmente igual, no podía pararme. El parcial del km18 me marca 04:40, pero porque no llevaba un ritmo constante. Seguramente estuve muchas veces por debajo de 04:20.

Con esa fiesta llegué sin problemas al pelotón de 3h30, que hacía tiempo que marchaba muy lejos de nosotros. Cerca del túnel que volvía a meternos en el Paseo de la Concha me puse a la altura de la liebre, ahí en cabeza de pelotón, con dos huevos (y ningún cerebro). Ya hacía tiempo que no sonaban los Coldplay, pero mis piernas seguían frescas, la juerga duraría un ratito más.  Por ahí había otro avituallamiento, momento que aproveché para tomarme otro gel, el segundo. En ese momento iba cerca de la liebre y observé que el tío ni cogía agua para beber, igual era casualidad y acababa de avituallarse, pero me llamó la atención. Mientras me tomaba el gel y el vaso de acuarius me descolgué un poquitín del grupo, nada unos metros. Tras la Concha venía la calle San Martín, la zona más céntrica de San Sebastián y ahí se agolpaba ya un buen puñado de espectadores que animaban a saco, ¡cómo mola la afición vasca! Un poco más adelante hicimos el paso por el medio maratón, en 1h44:50, justo la mitad de 3h30. Eso quería decir que la liebre realmente estaba cumpliendo, que iba por delante del tiempo pero no tanto como nosotros pensábamos. En este video tenéis el paso del grupo y el mío (si os fijáis un poco) por el medio maratón.

Y justo después de este ecuador de la carrera veo que por detrás viene otro corredor con la misma equipación de la organización y la marca de 3h30 en la espalda y le coge el relevo a la liebre. Ay mamones, os he pillado el truco! (nada que objetar en todo caso, cosas de la organización de la carerra). Pero claro, el tipo éste viene fresco e incrementa unos segundos el ritmo. Y esto ya sí que sí, hace que termine mi fiesta. Empiezo a notar que el pelotón se separa de mí. En apenas dos kms he dejado de estar a la cola del grupo y corro en tierra de nadie. Me hidrato bien en cada avituallamiento. Me como uno de los dátiles que llevo en el bolsillo... pero nada, el subidón ya hace rato que se pasó y ahora llegan las vacas flacas. Intento pensar en otra cosa, en nada, en todo, en lo que sea... pero en la cabeza solo tengo un concepto: ¡el muro!. Además en el km23???!!! Justo antes de que me entre el pánico me tranquilizo y tomo una decisión que creo que será la acertada: me fijo el 5:00 - 5:05 en el ritmo, meto ahí la cuarta y la dejo puesta todo el tiempo ya hasta la meta (si aguanto). Llega el momento de hacer funcionar el motor diesel, se acabaron los ritmos inferiores a 04:50. Me veo aún bien de fuerzas y no me duele nada, solo que ya no estoy para esos registros. Con el minuto escaso que llevo de renta, igual puedo seguir cumpliendo en meta.

Justo cuando llegamos a Anoeta y estamos bordeando el velódromo oigo una voz conocida "¡ILLO!". Es Ricardo, que está llegando a mi altura junto a un grupito de 2-3 corredores más que han marchado todo el rato juntos. Alegría, ahora toca correr en compañía. Igual llegamos juntos a meta, buena cosa... Le pregunto por Fran y me dice que hace mucho rato que se descolgó. Lo normal es que se quede ya en el estadio, si es que llega, porque segun Ricardo hace mucho que se paró. Volvemos a hacer entrada y salida del estadio y ahí, tras la puerta de salida, ya se arremolina un montón de espectadores que animan con fuerza. Buff, subidón. Pasamos por los kms 25 al 27 y hemos empezado ya la tercera y definitva vuelta. Aquí si que empieza todo, todo lo malo vaya. Seguimos marchando por debajo de 5, pero por poco. 04:55 podría ser la media de estos kms. Estamos por el centro, camino al puente sobre el rio Urumea y veo que Ricardo y el mini grupo va un punto por encima de mis posibilidades. Aún no siento el dolor, ni los calambres que el maratón te tiene siempre reservados como regalo final, pero sí que siento que ya no puedo correr por debajo de 5:00, así que prefiero ser fiel al plan que me tracé hace un rato y le digo a Ricardo que se olvide de mi. No se separa de forma radical, llevamos casi el mismo ritmo, pero me va a tocar verle la espalda un ratín. Poco a poco lo veo alejarse con esa forma de correr tan chula que tiene. Me cruzo con mi colega de Nike+ Luis71 que me llama al grito de "Aljarafe!" (es un tio gallego que conozco de esto del running a través de internet y corría también esta maratón. Un placer conocerte en persona, hermano). 

Cruzamos de nuevo al barrio de Gros. Voy tirando como puedo y noto el primero de los dolores: la nueva forma de atarme las zapatillas hace que se me clave el nudo en el empeine del pie derecho... (para qué tuve yo que cambiar mi clásico lacito de los cordones...). Ahí voy, acordándome del que me enseñó este nudo nuevo ;) cuando veo que un tío sale de entre dos contenedores. Es Ricardo, que se ha tenido que parar a mear, muy a su pesar. Volvemos a correr juntos, pero por poco tiempo. De la rabia de haber tenido que pararse vuelve a incrementar el ritmo un poqutio y yo vuelvo a acertar quedándome a mi ritmo fijo de 5:00. 

Km30 de vuelta en la playa de la Concha. Estoy pasando mis peores momentos de la carrera. Mi muro, si puede llamarse así, me vino mucho antes, cuando perdí contacto con el pelotón de 3h30 y empecé a plantearme cosas. Ahora ya no son sensaciones malas lo que siento, ahora ya es dolor puro y duro. Me paro primera vez para aflojarme los ¡malditos! cordones de la zapatilla derecha. Pienso que igual no tiene la culpa el nudo, sino la pequeña inflamación crónica que se me ha quedado tras el esguince. Cuando reanudo la marcha casi me mareo un poco, (bufff, qué malo es esto de correr maratones...) En el paseo viene un nuevo y completísimo avituallamiento, ahora también con un gel PowerBar. Está asqueroso y es espeso como su xxxxísima madre, pero intento tragármelo entero. De vuelta al túnel con su rotonda en desnivel y a la avenida de Tolosa que pica hacia arriba. 

Voy por el km 33 y me acerco al polígono industrial. Pienso que ojalá esté otra vez la canción de Coldplay, no es que tenga ya piernas para hazañas, pero seguro que me anima volver a escucharla. Pero cuando oigo la música es AC-DC, mola también. A base de rock aumento un poco el ritmo y sobre todo la moral. Pero de pronto llego a la segunda rotonda y empieza Viva la Vida, la banda sonora de mi maratón... Buff, ahora no es subidón lo que me entra, me emociono directamente. Las fuerzas ya flaquean mucho y ahora tenemos el cuerpo mucho más suceptible a cualquier detalle (por eso es tan normal ver a tios grandes como trinquetes llorando en la meta de esta bendita prueba). No llegué a derramar ninguna lágrima, pero los pelos de puntas yo creo que se veían desde Anoeta. Antes de cambiar el sentido de la marcha me cruzo con Ricardo, va apenas 300m por delante y me grita "venga Luis, con dos huevos" (gracias tio, cómo te quiero). Buaghh, pelos de punta y nudo en la garganta, aprieto los puños y me pongo a dar zancadones... Y ya me quedo loco cuando, todavía escuchando los últimos compases de Viva la Vida me veo, a lo lejos, a ¡¡Fran!! ¡¡nuestro coriano!!! Ostia eso ya no es subidón, ahí es que me creo que se me ha presentado la virgen. Y viene animándome desde lejos el tio... ¡Qué grande eres Fran, cabrón! Le digo que qué guay que siga, que es un campeón y él me dice que va a terminar como pueda, que va alternando el caminar con el correr. Bufff, cuando se aleja a mis espaldas llevo el estómago encogido... ¡ostia que subidón! ¡Viva la Vida y viva la madre que nos parío a todos los Últimos! 

Ahora ya sé que terminaré el maratón con fuerza y sé incluso que los tres vamos a terminar el maratón. Toca volver a tranquilizarse y volver a la táctica del ritmo fijo. El empeine del pie me duele ya una barbaridad cuando no lo pienso y tres barbaridades cuando me pongo a pensar en él. Antes del túnel que desemboca por última vez en La Concha (de tu madre) vuelvo a parar para desatarme y atarme de nuevo los cordones. Esta vez reposo el pie en un banco, para no marearme con la subida y bajada y para no hacer trabajar mucho a mis doloridos lumbares y a mis patitas. Túnel, playa, avituallamiento y de nuevo por el corazón de San Sebastián, por la calle San Martín. Es el km 39, ¡esto se acaba! Ahí vuelvo a emocionarme cuando veo a esta increíble afición super entregada. ¡Viva la Vida y viva Donostia! La peña está loca animando, se pone en medio de la calzada y nos hacen correr en fila de a uno (aquí me acordé de ti en la Behobia, benaca). De nuevo se me encoge el corazón y aunque no llego a llorar, si que tuerzo el gesto un par de veces, lo que hace que la gente me anime más al ver que iba emocionado. Ostia puta... es un momento precioso pero también es una faena porque se te encoge el pecho y no podía respirar. Tuve que abrir la boca mucho y coger bocanadas grandes porque me asfixiaba... tuve incluso que correr más lento para reponerme.

Km40 con una cosa y otra he bajado el ritmo en un par de parciales 05:40 y 05:21 en los dos kms anteriores... Aquí en el 40 me vuelvo a concentrar y llego de nuevo al 05:05. Me pongo a calcular cuánto me queda y veo que rozaré las 3h35min... Vale, dentro del objetivo, está de lujo, pero voy a intentar que ese 5 sea un 4... Aprieto un poco a la altura del último avituallamiento. Ya no bebo, ya beberé en el estadio. Km41, veo Anoeta a lo lejos. Creo que voy más rápido pero al pitarme el autolap veo que he hecho 05:34. Simplemente no tengo más fuerzas... hay que terminar esto como sea. Alrededor del estadio la peña ya se ha vuelto loca, animan a saco, gritan tu nombre, te tocan... Ahora ya no me permito emocionarme, aprieto los dientes y le doy la vuelta al velódromo para entrar por última vez (por hoy) en el estadio de Anoeta. 

Como me pasó en Sevilla, no veo el cartel del km42. No hace falta. Al bajar al tartán los espectadores, la megafonia, la música y los ángeles mismos te hacen correr sin darte cuenta. Sin embargo yo hoy voy fundidísimo. Creo que no podría haber corrido ni un km más. En la recta de meta le dedico este triunfo a Mariló y a Natalia, mis mujeres. Un detalle de futbolista hortera, pero muy sentido en estos momentos.

Tras la línea de meta paro el garmin en 3h34:52, lo he logrado, por poco... Sé que no he hecho el 3h30 porque no he corrido con cabeza. Que de haber racionado podría haberlo alcanzado y quién sabe si rebasado. Que solo llevo dos maratones y en este, más que en el primero, he pagado la novatada. Que no he demostrado inteligencia y que me queda mucho por aprender. Pero qué queréis que os diga: aún sabiendo todo esto, yo me siento como el campeón de San Sebastián 2011. 

Ricardo hizo 3h31:59, triunfazo que confirma, por supuesto, que tiene el sub 3h30 en las piernas. Y el pedazo de campeón de Coria del Rio hizo una marca que ya sería increíble para su primer maratón sin estar lesionado: 3h50:01. Ole tus huevos.
La experiencia ha sido increíble. Única. Pero algo sí que ha sido idéntico al maratón anterior. Es una contradición que yo creo que se repitirá cada vez que corra esta bendita carrera: después de sufrir lo indecible, de dolerte hasta sitios que no sabías que tenías y de pensar que eres el peor masoquista hijo de puta de la historia, entras en meta y al rato te estás preguntando para cuándo es el siguiente. 

Nosotros ya lo tenemos claro. La siguiente cita es el 19 de febrero en el Ciudad de Sevilla. Ojalá nos acompañéis muchos de vosotros. Ni que decir tiene que merece la pena.

Clasificación Maratón de San Sebastián 2011

15 comentarios:

  1. SIMPLEMENTE ESPECTACULAR.
    LA EXPERIENCIA HA SIDO INOLVIDABLE, LA GENTE TE LLEVABA EN VOLANDAS.
    UN MARATON ES DIFERENTE A TODO, VIVA FILIPIDES.

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  2. cronica espectacular. san sebastian bien vale una carrera. monstruos!!!. eah, pues aqui ahi uno que se os une a sevilla. enhorabuena, maquinas

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  3. Enhorabuena a todos.... pero he de reconocer que hay que hacerle un monumento al Coriano!!!!!
    Cualquiera no hubiera ido a la prueba o se hubiera retirado antes....

    FELICIDADES!!!!...nos vemos en la de Sevilla
    Dani

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  4. ENHORABUENA A LOS TRES ESPERO VEROS EN SEVILLA EL DIA 19 ESTAIS Q OS SALIS COMO BAJAIS EL TIEMPO DEL AÑO PASDO A ESTE YO ORGANIZANDO LA PRIMERA MEDIA DE SALAMANCA UN ABRAZO MANDARME UN TLF PARA HABLAR CON VOSOTROS

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  5. ESPERO Q ME RECORDEIS SOY TATE EL DEL COMENTARIO ANTERIOR

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  6. ESE TATE MAQUINEROOOOOOO, COMO OLVIDARTE TATE ESO NUNCA. CUENTA CONMIGO PARA LA MEDIA DE SALAMANCA, ¿CUANDO ES?.

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  7. ESE DANIIIIIIIIIIIIIII, MUCHAS GRACIAS TIO. LA VERDAD ES QUE SI EL CORIANO LO PASO REALMENTE MAL, NO OS HACEIS UNA IDEA.
    PARA SEVILLA HAY QUE INTENTAR BAJAR DE 03H15.
    VAMOS A INTENTARLO.

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  8. VIVA FILIPIDES Y VIVA LA MARATON.
    UY, QUE ME VENGO ARRIBA.

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  9. Ricardo......bajar el tiempo de la maraton de 3h 15min es un buen reto.... A ver si cuando retomes los entrenamientos, coincidimos, ok?
    Dani

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  10. HOY HE VUELTO A LOS ENTRENAMIENTOS, DIOS TENGO DOLORES POR TODAS PARTES.
    A VER SI COINCIDIMOS.

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  11. Que pasa tios? Dani, t vi ayer en la media d Camas (eras tu, no?) Ya iremos hablando dl maraton d Sevilla, a ver si entrenamos juntos algún dia. No lr hagas mucho caso a Ricardo, q se viene arriba...
    TATEEEEE tio q alegria saber de ti!!! Llama cuando quieras, mi movil es 630138174. Por aqui estamos para lo q necesites. Un abrazo

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  12. luisma,Ricardo la media de salamanca es el 4 d marzo es la primera edicion teneis q venir el club entero me llevaria una gran ilusion,ya veo q estais a otro nivel pero 3,15 en marathon es un tiempazo pero con cabeza q dos tan seguidos pasan factura un abrazo`para todo club ya te llamare luisma para el fin de semana cazabaches

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  13. OLEEEEEEEEEEE, ESE TATE MAQUINERO.
    A LA MEDIA DE SALAMANCA NO FALTARE.

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  14. Hola Luisma, si estuve en la media de Camas y hoy en los Palacios... cuando querais nos vemos para entrenar, los domingos tenemos tiradas largas. Saludos
    Dani

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