lunes, 28 de noviembre de 2011

Viva La Vida

Por Luisma.

Siempre que hemos seguido un plan de entrenamiento largo, la sensación es que parece que el gran día no llega nunca. Pero siempre llega. El gran día fue ayer, domingo 27 de noviembre, la fecha de la celebración de la 34ª Maratón de San Sebastián.  Y en estos 4 meses han pasado muchas cosas que nos han influido, perjudicado, animado...  porque en 120 días siempre pasan muchas cosas. Y menos mal que la vida es asi. Viva la Vida.

El sábado a las 9:00 am cogíamos el vuelo Sevilla-Bilbao Ricardo, Fran y un servidor, con distintas sensaciones y objetivos pero con la misma ilusión y las mismas ganas (y nervios). Ricardo y yo llegábamos bien de forma y de fisico, pero Fran, nuestro coriano, llevaba dos semanas de infarto por una dichosa lesión en el tendón rotuliano que ya le impidió correr el maratón de Sevilla en febrero. Ricardo y yo veníamos con la intención de hacer en torno a 3h30 o mejor un sub3h30. Fran se estrenaba en la distancia, pero con la lesión a medio recuperar, su participación en la carrera era una incógnita (ha estado el tío toda la semana a doble sesión de fisioterapia para poder venir).


Del viaje y el finde entero no os voy a hablar nada, porque lo pasamos teta y me harían falta dos blogs. Así que lo resumo con un aguuuuuuurrr. Tampoco os creáis que quemamos San Sebastián, somos unos atletas así que el sábado a las 23:30 ya estábamos en la cama. Bueno Ricardo y yo en la cama y Fran en la "putada" jajaja (al pobre le tocó la cama supletoria, es que es el pupas). 



El sábado a las 6 am. ahí estaban ya los tios, levantados y dispuestos para la gesta. Hasta el momento de la salida se puede resumir todo con una sola palabra: nervios. Nervios nada más levantarnos, deayunamos nerviosos, fuimos al baño, nervios, nos vestimos despacito, nervios, miramos por la ventana y hace 5º, nervios, volvemos al baño, nervios... A las 8:20 salimos por fin a la calle muy nerviosos, dejamos una mochila en el guardarropa, nervios, vamos calentando hasta la salida, ataque de nervios y por fin nos situamos en el pelotón junto a la liebre de 3:30 horas... Y ahí, por fin, cuando ya estamos rodeados de corredores, cuando más adrenalina concentrada estamos respirando, me tranquilicé de golpe. De hecho estuvimos todo el fin de semana charlando, riéndonos, hablando de running y de cualquier pollada graciosa (el que conozca al coriano sabe que mucho tiempo en silencio no se puede estar con él) y sin embargo ahí nos mantuvimos los tres un par de minutos casi sin hablar, concentrados, mirando alrededor... Buff se me encoge el estómago al recordarlo: ¡vaya ambiente de running, vaya runners del norte, vaya pelotón de máquinas nos rodeaba! Dicen en la página del maratón que el 90% de corredores acaban por debajo de las 4 horas, gracias al recorrido llano de la carrera. Es verdad, pero se olvidan de otro motivo: la gran mayoría de los inscritos son vascos y aquí hay una afición increíble por el atletismo. Estoy seguro que en el Pais Vasco es donde te encuentras la mayor concentración de máquinas de toda España. Aquí el más tonto te baja de 40' en un 10.000.

Salida puntual a las 9.00 am. con 5º de temperatura, estamos unos metros por delante de la liebre, que lleva durante todo el camino el cartel ¡sujeto a un palo de madera! Poco después de pasar por el km1 la liebre ya nos adelanta y con ella todo el pelotón que va a ir tras ella. Nos metemos en el pelotón pero en un km más nos damos cuenta que se van alejando de nosotros. Bueno, será que en estos primeros metros van regulando y cogiendo la distancia y ya dentro de un rato se pondrán a rodar a 5:00/km, que es el ritmo medio para la marca de 3h30. Pero no, cada vez que mirábamos el gps estábamos en torno a 04:40 y el pelotón se seguía alejando, por lo que ellos rodaban alrededor de 04:30. Antes del km5 ya habíamos comentado esto varias veces. Los corredores de alrededor comentaban lo mismo. Es lógico que la liebre vaya por debajo del ritmo porque es cabeza de pelotón, luego el pelotón irá al ritmo óptimo y la cola de pelotón algo más lenta; pero aquello era demasiado. 

En el km5, (todos menos el primero por debajo de 5:00) volvíamos a enfilar hacia el estadio de Anoeta, rodeo del velódromo y entrábamos en el tartán por una puerta y salíamos por la otra. Ahí ya se arremolinaban bastantes espectadores que animaban con ganas. Empezaba la primera vuelta grande, empezaba lo serio. Nosotros íbamos juntos, bastante concentrados y sé que aún rayados por el hecho de que la liebre estaba cada vez más lejos. La verdad es que Ricardo y Fran asumieron este imprevisto mucho mejor que yo. Decidieron, de forma acertada, que nosotros debíamos llevar el ritmo pactado, 5:00 km, y el pelotón y la liebre que hicieran lo que quisieran. Eso era lo correcto, porque la maratón es un mundo y teníamos más de 3 horas por delante para regular. Pero a mí, al revés de lo que suelo hacer porque soy más bien conservador,  me inquietaba ver el cartel de la liebre cada vez más lejos y a la altura del km7 tiré un poco hacia adelante con intención de engacharnos al pelotón. Ahora pienso que también era cosa de los nervios y de la frescura de piernas que tenía en este momento. La cosa es que éstos dos  pasaron de mí totalmente y sobre el km9 bajé el ritmo y me puse a su altura de nuevo. Enfilábamos el puente y entrábamos en el barrio de Gros, donde estaba instalada uno de los puntos con animación musical, unos tipos que hacían percusión con unos troncos. Interesante. Aquí también había un avituallamiento con pasitas, cogí un buen puñado.

Vuelta al centro y ahora a correr por el Paseo de la Concha (de tu madre). Un gustazo correr en paralelo a esta playa espectacular. Son los kms del 9 al 13 y todos siguen por debajo de 5:00, en torno a 04:45-04:50. Tras el túnel de la Concha se enfila la larga avenida de Tolosa, que luego volveremos a recorrer en el sentido opuesto. Éste es uno de los sitios de este llano recorrido donde hay una pequeña pendiente, muy poco, pero algo pica hacia arriba. Pasábamos por barrios modernos, rodeados de facultades de la universidad, edificios de viviendas, parques y avenidas anchas y como en el resto de la ciudad, todo estaba perfectamente limpio y cuidado. Tras la avenida entramos en la parte más fría del recorrido, pero en la que cambiará mi carrera radicalmente: el polígono industrial Igara. 

(Si no habéis escuchado la canción que os puse al principio, ahora es el momento de darle al play. Enseguida entenderéis por qué esta crónica tiene hilo musical). En torno al km15-17 hay tres rotondas, en la última de ellas la carrera vuelve sobre sus pasos hasta La Concha y el centro de la ciudad. Y en las tres hay unos altavoces con música a todo trapo y están poniendo el tema Viva La Vida, de Coldplay. A mi los Coldplay hace tiempo que es un grupo que ni fú ni fa, me gustaron sus primeros discos pero éste de Viva la Vida no mucho, la verdad. Pero oye, no sé que me pasó que de pronto me dió un subidón con la canción que flipé en colores. Cuando dimos la vuelta en la tercera rotonda ya se me fue la olla. Las piernas iban solas, podía ponerme a 04:00/km sin problemas, iba haciendo gestos con los brazos, se me puso una sonrisa de empastillao que no podía quitarme de la cara, me adelanté de Fran y Ricardo y al minuto volví a su altura para decirles que tiraran más fuerte... No me preguntéis qué me pasó porque no lo sé, pero parecía que iba totalmente puesto. Cuando volví a la altura del Richar le pregunté que cómo iba y me respondió con esa mirada seria que él pone en estos primeros tercios de carrera. "Este es tu momento malo de siempre, así que todo va bien", le dije. Fran comentó ya a estas alturas que notaba molestias en la rodilla  y que seguramente se pararía en la siguiente entrada a Anoeta (lo que ya estaba bien para venir lesionado, eso eran 24 kilometrazos). 

Aunque llevo tiempo intentando cambiar mi táctica de carrera, suelo correr en positivo, esto es, la primera mitad de las carreras mucho más rápido que la segunda. Dicen los que saben de esto que lo suyo es hacerlo al revés, pero bueno, ya iremos aprendiendo... En vista de mi "estado catónico" gracias a los Coldplay y que Ricardo y Fran, como es lógico, pasaban de mí, me puse a darle caña sin pensar en nada más. ¡Joder, qué fácil era correr rápido! Creo que me puse a 4:00 durante un buen rato. Iba disfrutando a tope, con la boca abierta, la sonrisa aún dibujada, adelantando a corredores y alargando zancadas a placer. A veces abría los brazos para sentir el viento fresquito. ¡Qué manera de disfrutar corriendo! En un adelantamiento creo que le dije a un corredor "Viva la Vida" y él con la mirada pareció decirme "viva tu puta madre". En ese mismo momento ya era consciente de que esos excesos los pagaría más adelante. Estaba seguro que la maratón se cobraría este derroche. Pero me daba totalmente igual, no podía pararme. El parcial del km18 me marca 04:40, pero porque no llevaba un ritmo constante. Seguramente estuve muchas veces por debajo de 04:20.

Con esa fiesta llegué sin problemas al pelotón de 3h30, que hacía tiempo que marchaba muy lejos de nosotros. Cerca del túnel que volvía a meternos en el Paseo de la Concha me puse a la altura de la liebre, ahí en cabeza de pelotón, con dos huevos (y ningún cerebro). Ya hacía tiempo que no sonaban los Coldplay, pero mis piernas seguían frescas, la juerga duraría un ratito más.  Por ahí había otro avituallamiento, momento que aproveché para tomarme otro gel, el segundo. En ese momento iba cerca de la liebre y observé que el tío ni cogía agua para beber, igual era casualidad y acababa de avituallarse, pero me llamó la atención. Mientras me tomaba el gel y el vaso de acuarius me descolgué un poquitín del grupo, nada unos metros. Tras la Concha venía la calle San Martín, la zona más céntrica de San Sebastián y ahí se agolpaba ya un buen puñado de espectadores que animaban a saco, ¡cómo mola la afición vasca! Un poco más adelante hicimos el paso por el medio maratón, en 1h44:50, justo la mitad de 3h30. Eso quería decir que la liebre realmente estaba cumpliendo, que iba por delante del tiempo pero no tanto como nosotros pensábamos. En este video tenéis el paso del grupo y el mío (si os fijáis un poco) por el medio maratón.

Y justo después de este ecuador de la carrera veo que por detrás viene otro corredor con la misma equipación de la organización y la marca de 3h30 en la espalda y le coge el relevo a la liebre. Ay mamones, os he pillado el truco! (nada que objetar en todo caso, cosas de la organización de la carerra). Pero claro, el tipo éste viene fresco e incrementa unos segundos el ritmo. Y esto ya sí que sí, hace que termine mi fiesta. Empiezo a notar que el pelotón se separa de mí. En apenas dos kms he dejado de estar a la cola del grupo y corro en tierra de nadie. Me hidrato bien en cada avituallamiento. Me como uno de los dátiles que llevo en el bolsillo... pero nada, el subidón ya hace rato que se pasó y ahora llegan las vacas flacas. Intento pensar en otra cosa, en nada, en todo, en lo que sea... pero en la cabeza solo tengo un concepto: ¡el muro!. Además en el km23???!!! Justo antes de que me entre el pánico me tranquilizo y tomo una decisión que creo que será la acertada: me fijo el 5:00 - 5:05 en el ritmo, meto ahí la cuarta y la dejo puesta todo el tiempo ya hasta la meta (si aguanto). Llega el momento de hacer funcionar el motor diesel, se acabaron los ritmos inferiores a 04:50. Me veo aún bien de fuerzas y no me duele nada, solo que ya no estoy para esos registros. Con el minuto escaso que llevo de renta, igual puedo seguir cumpliendo en meta.

Justo cuando llegamos a Anoeta y estamos bordeando el velódromo oigo una voz conocida "¡ILLO!". Es Ricardo, que está llegando a mi altura junto a un grupito de 2-3 corredores más que han marchado todo el rato juntos. Alegría, ahora toca correr en compañía. Igual llegamos juntos a meta, buena cosa... Le pregunto por Fran y me dice que hace mucho rato que se descolgó. Lo normal es que se quede ya en el estadio, si es que llega, porque segun Ricardo hace mucho que se paró. Volvemos a hacer entrada y salida del estadio y ahí, tras la puerta de salida, ya se arremolina un montón de espectadores que animan con fuerza. Buff, subidón. Pasamos por los kms 25 al 27 y hemos empezado ya la tercera y definitva vuelta. Aquí si que empieza todo, todo lo malo vaya. Seguimos marchando por debajo de 5, pero por poco. 04:55 podría ser la media de estos kms. Estamos por el centro, camino al puente sobre el rio Urumea y veo que Ricardo y el mini grupo va un punto por encima de mis posibilidades. Aún no siento el dolor, ni los calambres que el maratón te tiene siempre reservados como regalo final, pero sí que siento que ya no puedo correr por debajo de 5:00, así que prefiero ser fiel al plan que me tracé hace un rato y le digo a Ricardo que se olvide de mi. No se separa de forma radical, llevamos casi el mismo ritmo, pero me va a tocar verle la espalda un ratín. Poco a poco lo veo alejarse con esa forma de correr tan chula que tiene. Me cruzo con mi colega de Nike+ Luis71 que me llama al grito de "Aljarafe!" (es un tio gallego que conozco de esto del running a través de internet y corría también esta maratón. Un placer conocerte en persona, hermano). 

Cruzamos de nuevo al barrio de Gros. Voy tirando como puedo y noto el primero de los dolores: la nueva forma de atarme las zapatillas hace que se me clave el nudo en el empeine del pie derecho... (para qué tuve yo que cambiar mi clásico lacito de los cordones...). Ahí voy, acordándome del que me enseñó este nudo nuevo ;) cuando veo que un tío sale de entre dos contenedores. Es Ricardo, que se ha tenido que parar a mear, muy a su pesar. Volvemos a correr juntos, pero por poco tiempo. De la rabia de haber tenido que pararse vuelve a incrementar el ritmo un poqutio y yo vuelvo a acertar quedándome a mi ritmo fijo de 5:00. 

Km30 de vuelta en la playa de la Concha. Estoy pasando mis peores momentos de la carrera. Mi muro, si puede llamarse así, me vino mucho antes, cuando perdí contacto con el pelotón de 3h30 y empecé a plantearme cosas. Ahora ya no son sensaciones malas lo que siento, ahora ya es dolor puro y duro. Me paro primera vez para aflojarme los ¡malditos! cordones de la zapatilla derecha. Pienso que igual no tiene la culpa el nudo, sino la pequeña inflamación crónica que se me ha quedado tras el esguince. Cuando reanudo la marcha casi me mareo un poco, (bufff, qué malo es esto de correr maratones...) En el paseo viene un nuevo y completísimo avituallamiento, ahora también con un gel PowerBar. Está asqueroso y es espeso como su xxxxísima madre, pero intento tragármelo entero. De vuelta al túnel con su rotonda en desnivel y a la avenida de Tolosa que pica hacia arriba. 

Voy por el km 33 y me acerco al polígono industrial. Pienso que ojalá esté otra vez la canción de Coldplay, no es que tenga ya piernas para hazañas, pero seguro que me anima volver a escucharla. Pero cuando oigo la música es AC-DC, mola también. A base de rock aumento un poco el ritmo y sobre todo la moral. Pero de pronto llego a la segunda rotonda y empieza Viva la Vida, la banda sonora de mi maratón... Buff, ahora no es subidón lo que me entra, me emociono directamente. Las fuerzas ya flaquean mucho y ahora tenemos el cuerpo mucho más suceptible a cualquier detalle (por eso es tan normal ver a tios grandes como trinquetes llorando en la meta de esta bendita prueba). No llegué a derramar ninguna lágrima, pero los pelos de puntas yo creo que se veían desde Anoeta. Antes de cambiar el sentido de la marcha me cruzo con Ricardo, va apenas 300m por delante y me grita "venga Luis, con dos huevos" (gracias tio, cómo te quiero). Buaghh, pelos de punta y nudo en la garganta, aprieto los puños y me pongo a dar zancadones... Y ya me quedo loco cuando, todavía escuchando los últimos compases de Viva la Vida me veo, a lo lejos, a ¡¡Fran!! ¡¡nuestro coriano!!! Ostia eso ya no es subidón, ahí es que me creo que se me ha presentado la virgen. Y viene animándome desde lejos el tio... ¡Qué grande eres Fran, cabrón! Le digo que qué guay que siga, que es un campeón y él me dice que va a terminar como pueda, que va alternando el caminar con el correr. Bufff, cuando se aleja a mis espaldas llevo el estómago encogido... ¡ostia que subidón! ¡Viva la Vida y viva la madre que nos parío a todos los Últimos! 

Ahora ya sé que terminaré el maratón con fuerza y sé incluso que los tres vamos a terminar el maratón. Toca volver a tranquilizarse y volver a la táctica del ritmo fijo. El empeine del pie me duele ya una barbaridad cuando no lo pienso y tres barbaridades cuando me pongo a pensar en él. Antes del túnel que desemboca por última vez en La Concha (de tu madre) vuelvo a parar para desatarme y atarme de nuevo los cordones. Esta vez reposo el pie en un banco, para no marearme con la subida y bajada y para no hacer trabajar mucho a mis doloridos lumbares y a mis patitas. Túnel, playa, avituallamiento y de nuevo por el corazón de San Sebastián, por la calle San Martín. Es el km 39, ¡esto se acaba! Ahí vuelvo a emocionarme cuando veo a esta increíble afición super entregada. ¡Viva la Vida y viva Donostia! La peña está loca animando, se pone en medio de la calzada y nos hacen correr en fila de a uno (aquí me acordé de ti en la Behobia, benaca). De nuevo se me encoge el corazón y aunque no llego a llorar, si que tuerzo el gesto un par de veces, lo que hace que la gente me anime más al ver que iba emocionado. Ostia puta... es un momento precioso pero también es una faena porque se te encoge el pecho y no podía respirar. Tuve que abrir la boca mucho y coger bocanadas grandes porque me asfixiaba... tuve incluso que correr más lento para reponerme.

Km40 con una cosa y otra he bajado el ritmo en un par de parciales 05:40 y 05:21 en los dos kms anteriores... Aquí en el 40 me vuelvo a concentrar y llego de nuevo al 05:05. Me pongo a calcular cuánto me queda y veo que rozaré las 3h35min... Vale, dentro del objetivo, está de lujo, pero voy a intentar que ese 5 sea un 4... Aprieto un poco a la altura del último avituallamiento. Ya no bebo, ya beberé en el estadio. Km41, veo Anoeta a lo lejos. Creo que voy más rápido pero al pitarme el autolap veo que he hecho 05:34. Simplemente no tengo más fuerzas... hay que terminar esto como sea. Alrededor del estadio la peña ya se ha vuelto loca, animan a saco, gritan tu nombre, te tocan... Ahora ya no me permito emocionarme, aprieto los dientes y le doy la vuelta al velódromo para entrar por última vez (por hoy) en el estadio de Anoeta. 

Como me pasó en Sevilla, no veo el cartel del km42. No hace falta. Al bajar al tartán los espectadores, la megafonia, la música y los ángeles mismos te hacen correr sin darte cuenta. Sin embargo yo hoy voy fundidísimo. Creo que no podría haber corrido ni un km más. En la recta de meta le dedico este triunfo a Mariló y a Natalia, mis mujeres. Un detalle de futbolista hortera, pero muy sentido en estos momentos.

Tras la línea de meta paro el garmin en 3h34:52, lo he logrado, por poco... Sé que no he hecho el 3h30 porque no he corrido con cabeza. Que de haber racionado podría haberlo alcanzado y quién sabe si rebasado. Que solo llevo dos maratones y en este, más que en el primero, he pagado la novatada. Que no he demostrado inteligencia y que me queda mucho por aprender. Pero qué queréis que os diga: aún sabiendo todo esto, yo me siento como el campeón de San Sebastián 2011. 

Ricardo hizo 3h31:59, triunfazo que confirma, por supuesto, que tiene el sub 3h30 en las piernas. Y el pedazo de campeón de Coria del Rio hizo una marca que ya sería increíble para su primer maratón sin estar lesionado: 3h50:01. Ole tus huevos.
La experiencia ha sido increíble. Única. Pero algo sí que ha sido idéntico al maratón anterior. Es una contradición que yo creo que se repitirá cada vez que corra esta bendita carrera: después de sufrir lo indecible, de dolerte hasta sitios que no sabías que tenías y de pensar que eres el peor masoquista hijo de puta de la historia, entras en meta y al rato te estás preguntando para cuándo es el siguiente. 

Nosotros ya lo tenemos claro. La siguiente cita es el 19 de febrero en el Ciudad de Sevilla. Ojalá nos acompañéis muchos de vosotros. Ni que decir tiene que merece la pena.

Clasificación Maratón de San Sebastián 2011

jueves, 17 de noviembre de 2011

47 Edición Behobia – San Sebastián


Por David er Benaca

Os cuento lo que fue la carrera en sí, porque el fin de semana que he pasado es bastante largo y con tantos detalles que no seria capaz de plasmarlos en esta página y además, para mí se queda, jejeje.

Ha sido una experiencia imposible de olvidar porque, seguramente, no viviré jamás un ambiente de running como éste. Hablando con un madrileño que corre la san silvestre, dice que no tiene ni punto de comparación con esta. La organización cuidada hasta el útimo detalle, el corredor mimado hasta no poder mas, y posiblemente las carreras mas importantes del mundo no sean tan perfectas como esta: enhorabuena al club FORTUNA, organizador de este macroevento. Que aprendan los de la nocturna del guadalquivir.

Me presento en el restaurante del hotel a las 7:30 de la mañana para pegarme un buen desayuno y primer subidón: todo el salon lleno de corredores pegandose unos desayunos bestiales y una mesa con un monton de “negritos”, entre los que se encontraba ¡¡¡el futuro ganador de la prueba!!!. Me senté en una mesa con tres corredores del club de atletismo de Rentería, otros tres del club de atletismo de Olot, y cuatro de la Rioja (no me acuerdo del nombre del Club). El único que se estrenaba en esta prueba era yo, el resto llevaban, el que menos cinco ediciones y todos cincidieron en lo mismo: repetirás, seguro. Empezaron a darme pequeños consejos: hidrátate constantemente, pues es muy alta la humedad y va a hacer mucha calor y mantén la cabeza fría, pues el gentio te anima tanto y te dá tal subidón que es muy probable que corras por encima de tus posibilidades y lo acabes pagando.
           
Después de un desayuno que no olvidaré nos fuimos al Hall del hotel donde a las 8:30 nos recogía un autobus que nos llevaria al pueblo de Behobia (Irún) que lo divide de Francia el Puente Internacional que se encuentra sobre el rio Bidasoa. A las 9:30 llegamos a Behobia, donde al bajarnos del autobus empieza un cosquilleo que no desapareció hasta que no entre en meta. Había dorsales de varios colores: Los primeros rojos, verdes, azules, naranjas y finalizando en blancos. Yo estaba en los de color azul. La salida de los primeros fue a las once y los de color azul, que estabamos divividos en tres grupos salimos a las 11:18, 11:24 (en ese grupo salí yo) y 11:30. A las 10:30 de la mañana no cabía un alfiler en aquella avenida impresionante. Antes a las 10:15 salieron los discapacitados y a las 10:45 los rollers (patinadores). A las 11:20 nos plantamos en la linea de salida el grupo donde estaba yo (corredores desde el dorsal 12.301 al 15.000, el mio era el 13.641).

Pistoletazo de salida y a correr. Enfilamos la Avda. de Navarra, junto al Río Bidasoa en Irun, donde no se puede ni correr por la cantidad de público que hay. Antes de llegar al km. 2 empieza la primera subida de unos 300 metros al 8% que nos lleva hasta Ventas de Irun. Toboganes constantemente hasta el km. 4 donde hay una pequeña bajada para dejar ya atrás Irún. Llaneamos, e incluso bajamos hasta el km. 6 donde empieza el infierno, el Puerto de GAINTXURIZKETA Los primeros 5kms. lo hago a 5 minutos clavados. Una subida de dos kilómetros (hasta el km. 8) donde se empiezan a ver los primeros síntomas de que la carrera iba a ser tremendamente dura: vómitos, pajaras tremendas e incluso tropezones por levantar poco los pies, que parecen que se pegaban al asfalto. Me recordaba este puerto a los del tour de francia donde la cantidad de gente que había estrechando la carretera, hasta tal punto que a los corredores nos obligaban a ponernos en fila india. Me lleve todo el puerto con unas ganas de llorar por la emoción que hasta se me escaparon unas lágrimas. Creo que las piernas iban solas.

Al coronar empieza para mi la peor parte de la carrera. Desde el km. 8 hasta el kilometro 12 constantes toboganes donde empiezo a tener los primeros calambres, aunque logro mantener el ritmo a 4:50 el km. En estos 4kms. Pasamos por la localidad de Lezo, en dirección al Puerto de Pasajes. Desde el kilómetro 12 al 15 la carrera discurre por el Puerto pesquero de Pasajes y, es despues del esfuerzo del puerto de  GAINTXURIZKETA y los 3 kms. de constantes toboganes cuando empiezan a verse los primeros dramas que ponen la piel de gallina: corredores tirados en la carretera vomitando, uno convulsionando, y ambulancias sin parar de recoger a gente (hay 3 personas en la UVI y mas de 200 atenciones médicas durante la carrera, todo ello debido a lo exigente del recorrido, a la alta temperatura y a la humedad reinante ese día (mas del 80%). A partir del km. 16 empieza otra parte inolvidable de la carrera.

Dejando atrás mis calambres y fisicamente crecido por la cantidad tan impresionante de gente que ya no nos dejaria hasta meta, empezamos a subir el puerto de MIRACRUZ en el barrio de Trintxerpe. Le llaman la pared de San Sebastián. Un puerto de 1km. Corto pero muy, muy exigente, donde se me llega a pasar por la cabeza incluso parar, pero no podía, pues las piernas se me iban solas con los ánimos de los aficionados. Al coronar el puerto, justo enfrente del restaurante de Arzak, empezamos una bajada hacia el barrio de GROS donde la gente parecia estar poseída, fuera de sí, animando de una forma como seguramente no veré jamas.

Enfilamos los 2 últimos kilómetros a la altura de la playa de la Zurriola. El kilómetro 19 y 20 transcurre por avda. de la Zurriola, Palacio de Congreso del Kursaal, Puente del Kursaal y Alameda del Boulevard, lugar de la meta a la altura del ayuntamiento y de la Playa de la Concha. Me hago los 2 últimos kms. A ¡¡¡4:03 y 4:02!!! y clavo el tiempo en 1h38m10s. ¡¡¡Ostias que de gente!!!. los avituallamientos de la carrera, todos, me costaban trabajo de digerir por la emoción constante. Toda la carrera con un nudo en la garganta. Fijarse como de bien cuidada esta la organización y el trato al corredor que al llegar hay una fila de voluntarios en horizontal sentados en unos bancos con una especie de poyete donde tu apoyabas el pie y te quitaban el chip para que no te tuvieres ni que agachar. Una medalla, cantidad y variedad de fruta (platanos, peras, manzanas, naranjas en cantidades para hartar a cada corredor), igualmente con los líquidos (agua, coca-cola, gatorade, zumos), barritas energéticas.... Sufrimiento para reventar, pero de verdad, creo que hubiera sido capaz de correr otros 10kms más, solamente para no dejar de ver tal espectaculo.

Ricardo, Luis, Fran, dicen los corredores que han corrido medias por toda europa (hable con uno de Madrid y otro de Palencia que han corrido una docenas de medias y maratones por toda europa, entre ellas las de Berlin, Praga, Viena y Estocolmo entre otras) que no hay nada que se asemeje a la Behobia, pero yo os digo que si la maratón cuenta con público igual de entusiasta y entregado que el de esta carrera, seguro que se os escapa mas de una lágrima y por supuesto vais a dar un poco mas de lo máximo, ese poco más que no sabemos que tenemos y que yo he sacado en esta ocasión. No os puedo dar mas detalles porqué esta experiencia ha sido inenarrable. Os invito a realizar alguna vez esta prueba porque no creo que experimenteis unas sensaciones como las que yo he experimentado. Yo si no hay causa de fuerza mayor, no me la pienso perder mientras mi cuerpo siga corriendo. Seguro que se me quedan montones de detalles en el tintero pero todavia no logro asimilar dicha experiencia para plasmarlos todos en el papel: INOLVIDABLE

lunes, 14 de noviembre de 2011

Si quieres, puedes

Por Ricardo.

Hola a todos, se acerca un nuevo reto, un nuevo maratón. Quién nos lo iba a decir hace ya casi un año, cuando corríamos nuestro primer maratón. En este tiempo han pasado muuuuuchas cosas.

Aunque quisiera empezar por agradecer y por supuesto felicitar a todos los miembros del club, por su implicación y dedicación al mismo.  Todos tenemos familias y obligaciones que atender y aun así  vuestra implicación es digna de elogio.

Como ya todos sabéis en unos días Fran, Luis y un servidor (Ricardo), partiremos para tierras vascas para intentar, no tengo ninguna duda de que lo conseguiremos, machacar el cronometro y derrotar a esos 42 kms en menos de 03:30 horas. La ilusión que nos acompañara a San Sebastián, os podéis imaginar como es, aunque de todas formas os lo digo yo, NO TIENE LÍMITES. Somos conscientes de que va a ser muy duro, pero las ganas y la fuerza que nos acompañaran, sin duda, podrán con el temible monstruo de 42.000 metros.

Hemos entrenado duro para conseguirlo, y creo que estamos preparados para el asalto. Atrás quedan los días de agosto y septiembre, entrenando a 35º e incluso algo más. Atrás quedan las noches sin dormir pensando en la tirada larga del día siguiente. Atrás quedan esos días de series tan y tan sufridas que parecían interminables y atrás quedan también esas lesiones que te hacían dudar hasta de ti mismo, cuando las hemos sufrido en silencio.

Todo eso ya ha pasado a la historia, y ahora viene el presente. Un presente cuya meta es ni más ni menos que el estadio de Anoeta sobre el mediodía del domingo 27 de noviembre. Sin duda, allí estarán tres Últimos del Aljarafe. Tres locos que con mucho sufrimiento, esfuerzo  e ilusión  cruzaran la meta de tan ansiado maratón.

Por eso quiero deciros, socios, que ninguna meta es inalcanzable y que como bien decía en el título, si quieres, puedes. Solo tienes que ponerte a ello.

Nada más socios, me despido de vosotros. Simplemente diciendo, que la fe en uno mismo puede con todo. Y que nunca pares hasta conseguir lo que quieres, por eso nosotros no pararemos y conseguiremos bajar la marca que nos hemos propuesto. Y ¿sabéis por qué? pues porque somos Últimos del Aljarafe y contra eso, nada ni nadie puede. Somos una especie elegida por el dios Filípides, una especie que sufre y resiste hasta límites que hay gente que no puede o no alcanza a entender.

En definitiva. Somos maratonianos. No hay límites.
Auauauauauauauauauauauauauauauauau……………



Una Experiencia distinta y fascinante


Por Juanma.

Este Sábado Manolo y yo corrimos la primera prueba del Circuito Provincial de Sevilla de Campo a Través 2011/2012 en Villamanrique de la Condesa.  Y antes de contar nada más, lo primero es recomendaros a todos los miembros del club, que si queréis disfrutar, asistáis a la próxima jornada el Sábado 26 en Guillena, porque lo pasamos realmente bien. Es una experiencia totalmente distinta a la de las carreras por asfalto en las que competimos normalmente, una distancia más corta que unida a la velocidad con la que sale la gente y a los “aliños” que tenía el circuito que después detallaré, hacen que no exista tiempo para pensar sino sólo para correr y disfrutar. 

Nos acompañaron nuestro amigo Pedro, que ya ha corrido también con nosotros en Villalba, en la Nocturna y en Olivares y David, no el Benaca, sino un compañero mío de clase. Como siempre llegamos con el tiempo justo y esta vez más justo que nunca, porque tuvimos que ir corriendo desde el coche a recoger los dorsales, volver corriendo al coche para cambiarnos y de nuevo correr hasta la línea de salida, aunque en esta vorágine nos dio tiempo a apreciar el buen ambiente que se vivía con gran cantidad de clubes y una ingente cantidad de niños de todas las edades y a que nos entrara el canguelo de hacer el ridículo puesto que sólo se veían maquinitas, aunque después corriendo vimos que también había muchos “humanos”. 

Llegamos a la salida con la lengua fuera y sin tiempo para más sonaba el disparo. Manolo y yo decidimos salir juntos y si nos encontrábamos con fuerza apretar en la segunda mitad, pero la adrenalina de la salida y lo rápida que iba la carrera nos hizo salir más rápido de lo planeado, cosa que después pagaríamos puesto que el circuito tenía su miga. Pero no voy a hablar de tiempos ni de ritmo sino de lo bien que lo pasamos corriendo por el circuito preparado para la ocasión. El circuito de algo más de un kilómetro y medio, con hierba alta todo el tiempo y piso bastante blandito pero con algunas irregularidades que te podían jugar una mala pasada, como he dicho antes, venía aliñado… Al poco de salir te encontrabas con los primeros troncos que al estar en un tramo que formaba parte del circuito por el que después correrían los niños se podían saltar bien, pero más adelante aparecían otros de casi el doble de grosor que para superarlos había que apoyar un pie encima y después saltar, un gesto que después de varias vueltas (eran 4 en total) pasaba factura en los cuádriceps. Seguimos avanzando y aparecía un paso elevado (unos 5m) con una fuerte pendiente de subida y de bajada, tras el que venía un puente de madera con su subidita. Sin que fuera suficiente con esto después venía el obstáculo estrella del circuito, donde al menos yo disfruté como un enano o como un cochino, no lo sé muy bien. Era un foso con un charco de agua  y barro en el que todo intento de saltarlo y salir impoluto caía en saco roto, era imposible no mojarse y llenarse de barro, ya que con el paso de las vueltas el charco se extendía y el barrizal aumentaba, a lo que hay que añadir el salpicoteo de los corredores de alrededor. Podéis ver la charca en el minuto 2:50 de este video de la página de los Jartibles. Si tenéis tiempo ver el video completo porque queda muy bien recogido lo que se vivió en la mañana del sábado, y dicen que una imagen vale más que mil palabras.

Yo terminé la carrera con un tiempo de 31:02, y Manolo entró algo más de un minuto después de mí y después Pedro y David, pero como ya he dicho lo pasamos genial, y nos fuimos con la intención de entrenar algo más durante estas dos semanas, ya que últimamente ninguno de los dos (Manolo y yo) hemos sido muy constantes en las últimas semanas, y correr en la próxima a tope desde el principio hasta el final para intentar disfrutar aún más. La carrera se disputaba separada por categorías y después de estirar un poco, nos fuimos a la charca para ver las mil formas que ingeniaron las mujeres para pasar por allí en los dos vueltas que en su caso daban al circuito. Después corrieron los Junior masculinos, también dos vueltas. Manolo debería haber participado en esta carrera pero prefirió correr con el dorsal de Ricardo en la carrera absoluta, por correr juntos y por miedo a quedar muy a atrás en una carrera en la que competían un alto porcentaje de federados buscando clasificarse para el campeonato de Andalucía de cross. Pero después de ver la carrera y el tiempo que realizaron, salió motivado para competir con ellos en la próxima.

Espero que la descripción del circuito no os haya asustado, puesto que ni mucho menos era una prueba tipo militar de estas que de vez en cuando salen al final del telediario, sino que tenía unos ingredientes que la hacían mucho más divertida. Además la distancia es relativamente cómoda 7Km los hombres y 4 Km las mujeres para pasar un muy buen rato. Bueno socios espero que en la próxima seamos más miembros del club y podamos puntuar para la clasificación por clubes, para lo que hace falta un mínimo de 4 atletas.

sábado, 12 de noviembre de 2011

XXIX CARRERA DEL ALJARAFE


Por David er Benaca.

Bueno socios, me estreno en esto de las crónicas, a ver que os parece.

Este Domingo nos presentamos en Gines Belén y un servidor. El resto del club (no muchos por cierto), es decir, Luis, Fran, el maquinita, y el sorprendente Juanma, decidieron hacer la Media de Dos Hermanas. Yo no es que tuviera miedo a esta “media”, lo que pasa es que me estoy reservando un poco para el GRAN FIN DE SEMANA que me espera: BEHOBIA-SAN SEBASTIAN. 

Bueno, a lo que ibamos, que me emociono y me pierdo, jejeje. Quede con Belén, que actuó de anfitriona en la gasolinera de la entrada de Gines a las 9:15, a solo 45 minutos del inicio de la carrera, pues ella habia recogido los dorsales el sábado y no teniamos necesidad de quedar tan temprano. No se por qué, me daba la sensación de que iba a hacer una gran carrera, y eso me tenia un poco nervioso y desconcertado, y para mas inri, eran las 9:30 y Belén no llegaba. De repente al otro lado de la carretera, veo a una chica saludando muy efusivamente, y era Belén con la alegria y energia que le caracterizan. La recojo y me cuenta no se que trola de que el cancelín,........, todo ello para justificar su tardanza, jijiji. Callejeamos por Gines y aparcamos en el polideportivo donde era la meta, pues la salida era en la plaza del Ayuntamiento, hasta la cual llegamos calentando. Llegamos a las 9:50 y nos encontramos con el cuñado de Belén, Carlos, pedazo de tio, por cierto, y no nos da lugar nada mas que de saludarnos y poco mas. Le comento un poco en plan de coña que iba a batir el registro de Ricardo y Fran el año pasado que estaba en torno a la hora y siete minutos, a lo que me responde el cuñado de Belén que él con terminarla se da por satisfecho.

Casi sin darnos cuenta, Pumm!!!, pistoletazo de salida. Les deseo suerte y me voy pa´lante (pensarian que qué se ha creido este tio), pues, aunque un poco en broma, iba a intentar batir vuestros registros ¡¡¡mamones!!!. Aunque no tengo pulsómetro, llevaba mas o menos un control del kilometraje y paso el km.1 a 4:40. Ya no miré más el reloj hasta que no pasé por el kilómetro 4 y al llevar 18 minutos justos de carrera me hice unos cálculos rapidos y ¡¡¡sorpresa!!!, sale a una media de 4´30´´ el kilómetro, y lo que mas me da el subidón es que voy de puta madre. Intento no emocionarme, pues yo soy de esos y al final lo acabo pagando, por lo que intento mantener la cabeza fría y controlando. Cual es mi sorpresa cuando en el kilómetro 10 (que fue cuando volví a mirar el reloj) clavo el tiempo en 45´06´´, a una media de 4´30´´ el kilómetro.

Estoy flipando, y digo pa mis adentros: ¡¡¡mamones!!! (en referencia a Luis, Fran y Ricardo), que voy a hacer mejor tiempo que ustedes el año pasado, jejeje. En el kilómetro 13´5, subiendo la última cuestecita (su puta madre) y con el ritmo clavado en 4´31´´ el kilómetro, escucho a un hombre decir: “anda que también van esta gente ligera, hará na más un rato que llegó el primero!!!”, ME CAGO EN SU PUTA MADRE!!!, será CAPULLO, que corra él. 

Al llegar a meta, que estaba situado en medio del campo, en el pabellón de la Fasa-Renault, paro mi reloj en una hora, siete minutos, cuarenta y seis segundos, a 4´31´´ segundos de media el kilómetro. No sé que tiempo saldrá en la clasificación final, pues el caos a la llegada, con hombres de sesenta y pico de años apuntando en papel el número de dorsal, no sé si será de mucho fiar, pero mi reloj, os juro que lo clavé en el tiempo que os he mencionado anteriormente. 

Me dirijo a beber agua, la cual la estaban echando en vasos de plásticos con una ¡¡¡manguera!!!, y a recoger la bolsa con la camiseta y cambiárrmela por la mojada, pues el sudor en una mañana tan fresquita me podía sentar mal de cara a la gran cita que se avecina (que tio mas pesao, pensaran ustedes pero es que ya estoy a nada de la gran cita, tomen nota: BEHOBIA-SAN SEBASTIAN, el día 13 DE NOVIEMBRE DE 2011, A LAS 11:00 DE LA MAÑANA, jejeje). Cuando me cambio me voy a unos 200 metros de la meta para ver si veo a Belén o a su cuñaoooooo. Y a lo lejos la veo venir. Me pongo a su altura, y corro con ella los últimos 200 metros, dándole ánimos y me comenta que se comió un cacho de tazón de cereales que le había pasado factura durante la carrera. Y menos mal que le pasó factura, porque si no, quien sabe... ojo al tiempo, para ser la primera vez que corre mas de 10Kms: una hora veinte minutos.

4 minutos mas tarde llegó su cuñaoooooo, cansado pero muy contento por haber terminado mejor de lo que esperaba. Mientras estábamos estirando, surgió un pequeño percance: me cojo la pierna hacia detrás y al levantar el pie, la tierra que desprendió la suela del barro del polideportivo le saltó a un niño de unos 3 años que pasaba por allí y le entró en los ojos. El niño empezó a llorar y me costó darle mi coca-cola para que se callara. Nada mas que se la dí dejo de llorar (hijo puta el niño que me dejó sin refresco). En fin, para mi forma física, peaso de carrerita que me marqué, (aunque por segundos no batí al maquinita, jejeje). 

Ahora si que sí, señores, me voy el viernes a las 9:45 de la mañana a SAN SEBASTIAN, para el Domingo a las 11:00 correr, disfrutar, disfrutar, disfrutar y disfrutar en el infierno de carrera que me espera. ¿Como se puede disfrutar sufriendo?, pues si, se puede disfrutar, ¿verdad Luis, Ricardo, Fran …...?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Los entrenamientos dan resultado

Por Ricardo.


Pues si socios, entrenar da resultado. Esa es a la conclusión que he llegado después de la media maratón de Dos Hermanas, que corrimos el domingo. Aunque para ser sincero, la carrera se presentaba con dudas. No sabíamos que estrategia de carrera adoptar, ni que ritmos llevar.
A esta media maratón nos presentamos: un siempre constante y sufridor Juanma; un Fran Sicilia que siempre le duele algo, (aunque el domingo se portó bien y no se quejó de nada); un Luis medio lesionado, aunque como siempre tirando de raza y pundonor y un servidor (Ricardo).

Metiéndonos en carrera, decir que el ambiente fue buenísimo desde la salida, y con participantes de categoría como Penti. Se dio la salida y al final acordamos, que iríamos los primeros kms a 4.40 o 4.50, ya que eran los mas duros, de constantes subidas y bajadas. Y así fuimos hasta la salida de Montequinto, en escuadrón como buenos espartanos, auauauauauaua.
Una vez salimos de Montequinto, la carrera se estiró. Conseguimos imponer un muy buen ritmo y el escuadrón se mantuvo infranqueable hasta el km 12 aproximadamente. Luis empezó a descolgarse, por unos dolores que tenía en las plantas de los pies, y prefirió no forzar, para así evitar cualquier lesión que le impida viajar a san Sebastián, sabia decisión máquina.

Continuamos Juanma, Fran y yo juntos en carrera, y con unas sensaciones, por lo menos por mi parte, muy buenas. Así seguimos hasta el km15 más o menos, yo me sentía fuerte, y tenía una cosa metida en la cabeza: intentar bajar de 01:35 horas. Entonces vino la pregunta de Juanma, que cambió la carrera para mí. Deberíamos bajar un poco el ritmo, para intentar apretar al final en los últimos kms. Mi respuesta fue, "vamos a echarle huevos", a tope y a ver hasta donde llegamos. Y ahí cambio la carrera.

Juanma como buen sufridor, comenzó a hacer la goma. Fran y yo impusimos un ritmo, que cuando miraba el garmin, me quedaba un poco sorprendido, la verdad. Nos tiramos los siguientes 4 km aproximadamente a 4.20 ó 4.25. Fran se mantuvo conmigo hasta los 3 últimos km, donde comenzó a quedarse unos metros, no muchos. 

A partir del km 18, mi carrera ya estaba lanzada y como me veía muy bien, decidí jugármela para bajar de 01:32, cosa que creo que hubiera conseguido, de no ser por los problemas estomacales que me surgieron en los 2 últimos kms,  donde tuve que bajar considerablemente el ritmo.

Por fin llegamos a meta, con unos tiempazos.
Yo llegue con 01:34:17
Fran hizo: 01:34:50
Juanma: 01:36:47 creo.
Y Luis 01:39.
Mis felicitaciones a todos, tiempazos de verdad y como dijo Luis antes de ponernos el dorsal: La próxima crónica será la de un maratón, donde os digo "humildemente": que vamos a arrasar. 

Auauauauauauauauauauauauau.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Popular de Olivares

Por Arturo.

Llegaron las 9:30 del Domingo 30 de Octubre y nos presentamos David y yo, con nuestras mujeres y niños (que se merecen una medallita), dispuestos a conocer las calles de Olivares. Había un ambiente buenísimo, 1400 ti@s, la gente calentando por la carretera, por el pueblo, por el parque... Recogida de dorsales y bingo!!!!! Se habían quedado corto con las inscripciones y los nuestros tenían el primer número pintado a rotulador.

Al poco tiempo apareció Salva y conforme se acercaba la hora de la salida, nos dimos cuenta que solamente estaríamos los 3 en la carrerita. Hicimos un calentamiento algo light y para la línea de salida. David me sale con una frase que me dejó algo pillado: ¿vas a hacerla en 40 minutos? "Tú estás colgao", le dije, pero esa pregunta me gustó.

Empezó con 15 min. de retraso, ya que seguían retirando dorsales y había mogollón de gente como 12 metros delante de la línea de salida. Pistoletazo y a correr!!!  Salida muy buena, David y yo hicimos el primer kilómetro juntos a 4.37 y Salva supuestamente vendría detrás.  El compi me dijo que me largara, yo le dije que tranqui,  tiré un poco y se quedó algo retrasado, pero cerca por que nos veíamos.

Me planté en el 2 a 4.17 y el 3 a 4.21. Muy buen ritmo para mí aunque iba algo asustado por que no conocía el circuito y sabía que habría cuestas como que ya. Y llegó la primera, pero mí sorpresa no fue la cuesta, sino encontrarme delante a Salva!!! Pensé y le pregunté: ¿Cómo estás aquí, si tú estabas en la salida atrás y no te vimos adelantarnos? El tío se había metido entre la gente antes de empezar y había adelantado varios puestos, eso es trampa tío!!! Jajaja.

Kilómetro 4, le dije de tirar juntos un rato pero me dijo que estaba fundido. Avituallamiento, un poco de agua y a seguir. Estábamos en un vaivén de cuestas, para arriba y para abajo, Km 5 a 4.30, y empieza la segunda vuelta al pueblo. La carrera estaba siendo buena y con un ambiente de 10. Niños con los pijamas y en zapatillas en la calle, mayores sentados en sillas en la puerta de sus casas, en el polígono la gente que había en los bares, estaban fuera. Buena compañía que se agradece.

Comenzamos otra vez a bajar y me planto en el 6 a 4.15 y en el 7 a 4.16. Muy bien Arturo, me dije. Empiezo a preguntarme como llego a los 3 últimos kms, y la verdad es que iba de lujo y me acordé de la preguntita de David en la salida. Miré el tiempo y marcaba 30:40 seg. Me animé bastante, pero como uno sabe como empieza pero no como acaba, me pasó lo peor. Dolor en la planta del pie izquierdo que me hizo bajar en el 8 a 4.34. Eso no fué lo peor, ya que tuve que parar por que me molestaba hasta la zapatilla. Empezó a adelantarme el personal y tenía ganas de que uno fuese David o Salva, para intentar engancharme de nuevo. Al ver que no venían tiré con más pena que gloria, y aún así me fuí al 9 a 4.25. El dolor estaba ahí pero mis ganas también y acabé dándole un poco, Km 10 a 4.20.
Entró David al minuto y a rato Salva.


Bolsita con regalo, nos pusimos a comentar la carrera David, Salva y yo y David pequeño, con mono de correr al ver a los enanos prepararse para su carrera, se puso el dorsal del padre. Le separamos la valla y a calentar con los otros niños. Una carrera que me pareció muy bonita: por el ambiente, las subidas y bajadas, por que era otra más para la huchaca y nueva para los tres fenómenos que allí estábamos, pero con un final muy jodido.

Ese dolor me llevó al día siguiente al Hospital y aquí estoy con el pie escayolado, por tener roto el tercer tarso del izquierdo. Así que señor@s, estaré apartado un tiempecito, pero recordando aquella famosa frase de Terminator: "VOLVERE".