Por Juanma.
Como parece que la crónica de la Nocturna se va a quedar desierta y yo ahora mismo tampoco tengo mucho tiempo
paso a escribir una breve crónica meramente informativa, del tipo de las que
puede aparecer en el Marca sobre un Racing de Santander – Mallorca, para que al
menos quede constancia en el blog de que estuvimos allí, y de paso así tenemos
una modalidad literaria distinta ;-).
Carrera disputada sobre algo menos de 12Km en Sevilla, respetando el
circuito que viene siendo habitual en los últimos años, pero esta vez en
sentido inverso. Lo que también va siendo habitual en los últimos años es la
masiva asistencia de corredores de toda índole, más de 23.000. Por parte del
club asistimos Sonia, Ana, Belén, Arturo, David, Luis, Fran, José Antonio, Iván
y un servidor; pero si viéramos una clasificación, que no creo que exista
puesto que no picaron los tiempos, aparecerían los nombres de todos los socios
del club, puesto que todos estábamos inscritos y todos los dorsales de los que
no corrísteis encontraron novia.
Unos quince minutos antes del pistoletazo, nos dirigimos hacia la recta
de salida y avanzamos unos metros entre la marabunta, pero sin apreturas, ni
siquiera alcancé a ver el arco. Después de los primeros quinientos metros
algunos de los miembros del club empezamos a desperdigarnos. Yo aguanté sin
perder de vista a Luis, Fran (que hizo un amago de correr con una peluca) Ana y
Belén, que fueron las únicas en atreverse a darle el toque simpático a la equipación
del club (unas antenas, y una varita o algo parecido…). Estuvimos corriendo un
buen tiempo junto los que a mi parecer llevaban el atuendo más original de la
noche, dos locos vestidos de bueyes que tiraban de un carro Rociero.
Al llegar a Ronda de Triana mi amigo Pedro, que me acompañaba a una
carrera por segunda vez, ya corrió en Villalba, me pedía que tiráramos un poco
más, que quería intentar correr, ya que hasta entonces lo que se podía hacer
era trotar. Más que correr hicimos el
intento ya que no conseguimos bajar de 5:10 en toda la carrera y eso que en
algunos tramos, corrimos (lo intentamos) por el carril bici.
Ya en meta me fue imposible poder volver a encontrar a nadie más del
club. A ver si para el año que viene le ponemos algo de imaginación y nos
curramos algún disfraz simpático que le de el toque de humor a nuestra
participación a lo que se ha convertido más que en una carrera en una
manifestación del atletismo popular.
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