lunes, 29 de noviembre de 2010

XXVI Media Maratón de Córdoba

La distancia de la media maratón es preciosa. Es suficientemente larga como para exprimirte y necesitar un esfuerzo que no está al alcance de todo el mundo, pero tampoco te exige demasiado entrenamiento para poder terminarla ni terminas hecho un guiñapo cuando la corres. Es muy bonita, yo creo que a todos en el club nos gusta correr esos 21.097 metros.

Pero en esta ocasión no se trataba solo de una hora y cuarenta y pico minutos corriendo. Esta vez había por delante un fin de semana estupendo con nuestras parejas, la ciudad de Córdoba que no es poco y una organización exquisita que nos hizo sentir corredores de una buena maratón. La pena es que solo hemos corrido la media Fran y yo (Luis) porque Jose sigue pensando que no está preparado para la distancia y Ricardo se descolgó de esta aventura por una amigdalitis muy gorda que lo tenía fastidiado desde el miércoles. En todo caso nos acordamos de él 200 veces al día y cada vez que hacíamos algo pensábamos cómo reaccionaría el Mákina del Cerro. Y te llamamos un montón, eh tio?, y te mandamos mogollón de fotos por el móvil, no te podrás quejar...

Para empezar a hablar de la media de Córdoba hay que hacerlo desde el sábado. A las 14:00 estábamos Fran y yo en la feria del corredor, recogiendo nuestros dorsales, chips y regalos y recorriéndonos todos los stands. No sé si será normal en las medias maratones, pero la verdad es que la feria mola, estás un buen rato hablando con gente y conociendo, escuchando y viendo cosas relacionadas con este deporte. Nos hicimos fotos en el podio, con los trofeos en la mano y no compramos nada pero pedimos cita en un stand y nos hicimos un pedazo de estudio biomecánico de nuestra pisada a cero euritos. Después de andar por toda Córdoba durante un día de perros, donde no dejó de llover ni dos minutos, nos fuimos a la cena de la pasta, que también había. Creo que solo yo me comí mi plato y más por vocación que por gusto. Las niñas lo miraban con bastante cara de asco y sin hambre (eran las 21h) y Fran también pasó un poco de los carbohidratos.

Por fin llegó el domingo con un día radiante y un frío que pelaba. En la línea de salida apenas se alcanzaban los 5 graditos y eso, unido a que era el primer día de verdadero frío de la temporada (al contrario que la carrera de Coria, que fue el primer día de calor del año) nos afectó mucho más de lo que pensábamos, al menos en el previo a la carrera. Calentamos poco, como siempre, pero esta vez nos daba igual poner a tono las piernas, lo que queríamos era entrar en calor de grados centígrados. Al coria se le ocurrió la buena idea (sin que sirva de precendente) de que si nos metíamos entre el pelotón de corredores que ya esperaban en la salida, esquivaríamos el viento frío. Y tuvo razón, allí metidos notabas por lo menos 5 grados más. Qué alivio.

En esas estábamos cuando sonó el disparo. Salida aglomerada, mucho más de lo que parecía. Los élite se fueron pitando y allí nos quedamos los otros 3000, empujándonos y casi todos riéndonos con la bulla. Las curvas, demasiadas, del primer km hicieron que la carrera tardara un rato en descongestionarse. De hecho los primeros 300m los hicimos a 06:30! y no llegamos a los 05:00 de ritmo hasta bien pasado el primer km. Total que para nosotros la carrera empezó aproximadamente en el 1500, donde ya pudimos poner nuestra marchita a 04:45 más o menos.

Del km 2 al 5 corrimos por la parte más bonita del recorrido, al menos para mi gusto. Lógicamente íbamos muy cómodos, hablando entre nosotros y con algunos otros corredores y manteniendo nuestro ritmo todo el rato. El km5 estaba a la altura de la torre de la Calahorra y después venía el primer avituallamiento. Como últimamente le hemos cogido manía a eso de beber (que listos somos nosotros, hacemos lo contrario de lo que todos recomiendan) pues apenas bebimos un sorbo y venga, a tirar.

Km6, hemos vuelto a cruzar el río. En la Ronda de los Mártires seguíamos fieles a nuestro ritmo y pactamos mantenerlo hasta el final, hasta el km 20. Luego el que estuviera fuerte que corriera más en el último 1000. Si conseguíamos hacer esto, mantener el ritmo de 04:40 - 04:50 hasta el 20, íbamos a hacer un tiempito curioso. (Qué iluso se puede ser en el km5, cuando uno está fuerte).

Km7 a la altura del Estadio Nuevo Arcángel y seguimos a 04:41, finos. Sin problemas. En el km8 hemos enfilado una recta muy larga y muy pesada. Ya vamos muy calladitos, concentrados, notando los metros en las piernas, pero bien. En estos momentos de la media es cuanto empiezas a pensar que queda todavía un mundo y tú ya llevas un buen rato corriendo. Ay, esa cabeza...

Km9 sigue la recta eterna. Sin darnos cuenta ahora tocamos mucho más el 04:50 que el 04:40. Las piernas van bien, pero yo empiezo a notar un dolor en el lado que no es flato por el esfuerzo, sino una cosa que va a cambiar mi carrera hasta el final: CANSANCIO.

Justo en el cartel del km10 hay que bajar a un túnel. Ahí está el control intermedio y justo después el primer repecho de la carrera. Nada, parece solo el desnivel de salir del túnel, pero no, tras el túnel está la larga avenida Carlos III que pica hacia arriba y donde se encuentra el segundo avituallamiento. Fran no bebe, yo sí y cuando salgo de la trampa de los tapones y las botellas-proyectiles, el coriano se ha separado de mí al menos 100m. Será sobre el km11 cuando me doy cuenta que estoy cansadísimo, pero no por los metros que llevo recorridos hoy, sino por la genial idea de correr dos medias en 7 días, hacer turismo el día anterior y darme una paliza de entrenamientos durante esta semana. Pero ¿quién es nuestro entrenador que nos aconseja esa planificación? Ah, que no tenemos!!! Se me olvidaba... (fin de la ironía). Nada, sin excusas y sin rollos, estaba cansado y tuve que bajar el ritmo. No hay más. Fran hizo bien y se fue, no apretó nada, simplemente mantuvo el mismo ritmo y yo lo bajé.

Km12 entramos en la Avenida de las Ollerías una calle larga que va a picar hacia arriba durante más de 1,5km. Tengo a Fran muy cerca, lo veo siempre a 200m máximo, pero yo decido seguir bajando el ritmo, para descansar un poco. Aún hago adelantamientos a 04:20 pero por lo general comienzo a correr por encima de 5 minutos el km.

Km13 cruzamos la avenida de América para enfilar la del Brillante, que también pica en subida, de hecho vas viendo la sierra al fondo todo el tiempo. Pasamos por un sito muy agradable, uno de los barrios pijos de Córdoba y ya no veo al Fran. Noto que me adelantan bastantes corredores y me doy cuenta que mi descanso quizás dure ya hasta la meta. Ojalá tenga fuerzas para meter otra marcha, pero creo que va a ser que no. Ritmos de entre 05:15 y 05:45.

Km15 se termina la subida de la av del Brillante y se vuelve en dirección al centro. Otro avituallamiento. Saco una gominola y cojo agua para que baje… pero entonces me doy cuenta que también hay naranjas de zumo, por lo que cojo un cuarto de naranja y me la voy comiendo. ¡Qué rica está! Luego me como la gominola también… Y en ese momento me llega una ayuda en forma de espectadores. Un tipo nos dice que ya todo lo que queda es de bajada o recto hasta meta… ojalá. Y una cuarentona pija con perrito, a la que se le ha debido de subir el café, me grita algo con mucho arte. Entonces llega otra ayuda en forma de glucosa, esta vez. Y me voy sintiendo mejor. Y sonrío… y con la tontería he pasado el km16 sin enterarme… ¡Resurreción! Hay que apretar.

Km17 llevo unos minutos apretando y la media del Garmin también va bajando. Se había puesto por encima de 5, pero ahora va bajando segundito a segundito. Noto que puedo mantener el 04:45 sin mucho problema y me digo a mí mismo “así hasta el final”.

Km18 hago algún 05:10 y 05:15, pero por lo general sigo por debajo de 5. Voy bien y tengo ganas. Ahora soy yo el que adelanta, otra vez.

Km19 veo el estadio. Mi ritmo sigue contento pero decido que quiero terminar en alto así que me voy a tomar 500m sin bajar de 04:55. Mejor.

Km20 una recta en dirección al estadio, ya con mucha gente, el sol te da de cara. Siento que todo se acaba, lo malo y lo bueno también, así que decido disfrutar del momento. Hay un último avituallamiento ¿ahora para qué? No bebo. Pero me da la impresión de que podría comerme el mundo... por lo menos me comería Córdoba entera... Qué divertido es terminar así.

Paro mi relato ahora para referirme a Fran. Él ha hecho su carrera viento en popa a toda vela hasta este momento, cuando le ha dado un pinchazo en el gemelo. Tiene que caminar unos metros y llega hasta la fachada posterior del estadio a duras penas, donde se pone a correr otra vez para entrar en las pistas como se debe. Luego le duró el pinchazo varias horas, por no ir al fisio de carrera, que había un montón...

Km21 en la entrada de las pistas. Solo hay una recta sobre el tartán. Vane y Mariló, unas gradas llenas y una charanga de música en directo te llevan en volandas en esos bonitos últimos 97 metros. El que esté leyendo esto y no corra quizás no lo entienda, pero vosotros, Últimos del Aljarafe, os podéis imaginar la gozada de este momento: se acaba la batalla de más de 1 hora y cuarenta minutos donde has luchado contra el frío, el cansancio y sobretodo, contra tí mismo. Y has ganado. Da igual el tiempo, compañero, estás aquí y has ganado.

Ricardo tenía “entre ceja y ceja” como dice él, esta carrera. Estaba deseando correrla y disfrutar también del ambiente y los extras de este desplazamiento a Córdoba. Su máquina se plantó y no pudo venir físicamente. Pero como él mismo nos dijo en un mensaje, su cabeza y sus piernas sí que estuvieron con nosotros ese domingo. Y a nosotros así nos lo pareció, sentíamos que casi podíamos verlo alejarse, en una arrancada de las suyas… Además, para hacerlo más palpable, por la mañana decidí llevarme su chip y correr con él. Imagino que así intentamos sentirnos un poco más cerca, los tres mosqueteros del Aljarafe. Imagino que, simplemente, echábamos de menos a nuestro amigo.
Lo que es seguro es que así, los tres juntos, sacaríamos mejores resultados de esta batalla. Una más. Y no será la última.

Clasificación Media Maratón Córdoba 2010


lunes, 22 de noviembre de 2010

IV Media Maratón de Camas

Pues sí, una media en el pueblo... Habíamos leído algo, pero no tuvimos noticia de la Media Maratón Villarrana-Camas (que así se llama, como si Villarrana estuviera fuera de Camas...) hasta un par de semanas antes de disputarse. Y como los 3 mosqueteros del Aljarafe no le tenemos miedo a nada, no tenemos ninguna media maratón cercana (vaya, el domingo que viene corremos la de Córdoba) y nos gusta más un dorsal que un cubo lleno botellines, o casi, pues allí que nos plantamos a las 9h en la puerta del Pabellón Pepe Flores.
Como uno es del pueblo y ha visto ya muchas cosas, pues yo no me esperaba grandes alardes en la organización de la carrera. Pero me sorprendí, la verdad. Para empezar sistema de cronometraje con doble microchip en zapatilla y dorsal. Guapo... Y como contrapunto, no hay speaker y el cutrísimo disparo de salida: el poli con mejores pulmones dió un silbatazo y ea... todos a correr.
Nosotros teníamos una estrategia de carrera muy entretenida: los primeros 5000 trotaríamos los tres juntos a unos 5 min/km. Del 5 al 10000 tiraría Fran, imponiendo un ritmo más fuerte. Del 10 al 15000 tiraría yo, que es la distancia en que obtengo mis mejores rendimientos y del 15 al 20000 el Richar, que termina mejor. Luego el último km ya cada uno que hiciera lo que pudiera.
Aunque Fran pensara que salimos muy rápidos, los primeros 5000 los hicimos entre 04:20 y 05:50... con algún pico de 04:12 y una media de 04:55 bastante cómoda. Yo pensaba que los tres íbamos bien y eso que, como siempre, apenas calentamos. Pero por lo visto el coriano no iba tan fino y cuando llegó el momento en que él cogía el mando del grupo nos dijo que nones, que tiráramos nosotros. Entonces nuestra táctica se deshizo a las primeras de cambio (para la próxima estrategia de equipo, que Fran coja el mando más tarde, que él va entrando en calor poco a poco, pero acaba bien). Entonces Ricardo y yo nos fuimos turnando en cabeza, intentando meter alegría al trío con ritmos de entre 04:50 y 04:20 min/km. Logramos bajar la media a unos 04:40 muy ricos y muy sostenidos, aunque todo eso se acabó sobre el km 9,5.
Unos segundos antes me encontré a mi padre en el recorrido, con lo que nos entretuvimos un poco y justo ahí llegó la primera cuestecita que nos tenía reservada el recorrido. Además era el km de tierra que nos prometían y para más inri a Fran se le desabrocha una zapatilla y casi se queda descalzo en el fango. Total, que bajamos bastante el ritmo, esperé a Fran a que llegara de atarse los cordones y mientras, el Richar ya había encendido la mákina y se fue solo.
Ahí fuimos los tres por separado, Ricardo delante y Fran y yo bastante cerca por detrás. Entre estos kms 10 al 14 Fran y yo comenzamos a cambiarnos los papeles, él cada vez se iba metiendo más en carrera y yo iba bajando poco a poco. Aún así los dos íbamos bastante bien hasta que llegó la cuestecita de Balcón de Sevilla, km14 y sobretodo las del barrio de La Extremeña, km15. Sorpresa, sorpresa, por lo visto la organización no lo tenía previsto pero la Guardia Civil le impidió cortar una rotonda y tuvieron que meternos por ese barrio infernal. Tres calles de nada, pero con un desnivel de narices. Ahí yo terminé de dar lo que tenía. Y Fran también pasó de apretar. Tocaba sorevivir los 6 kms que nos quedaban. Por lo menos eran llanos...
Pasamos por el centro del pueblo y me volví a encontrar con mi familia al completo para luego, tras pasar por la esquina de casa, afrontar los 2000 últimos metros con mi hermano y el Enano en bici apoyándonos. La verdad es que sus ánimos nos sirvieron a Fran y a mí, sobretodo a él, que conforme acababa la carrera iba más fuerte (y eso que era su primera media). Estos 2 km a una media de 05:05 hicieron que el mákina se escapara definitivamente y nos metiera 2 minutos en meta. Fran se separó de mi en los últimos 800m pero, gracias a los ánimos de mi colega Enano y a un tipo que intentó adelantarme en los últimos 100m, terminé esprintando y cogí a Fran en la misma línea de meta.
Un buen día, divertido, rodeado de la familia que se volcó y la verdad, un gusto correr por las calles donde he crecido y más formando grupito entre los tres. Me quedo con la sensación agriduclce, una vez más, de que no sé reservar al principio y acabo peor que empiezo. Con la buena sensación del coriano que termina bastante bien (pero que ya podrías echar una mano antes, mamona). Y con la confirmación de que Ricardo tiene un plus en sus piernas, pequeño pero evidente, que nos puede venir bien para ir mejorando a los 3 (aunque hay que implicarse, eh makina, que siempre te piras a las primeras de cambio...). Nuestro cuarto miembro, Jose A, faltó a la cita oootra vez, pero estos días le he sacado la promesa de que viene a la Media de Los Palacios. Buena noticia.
Pasamos de la caldereta y nos fuimos a nuestra bola... todo el día ya en Camas, que era lo que tocaba. Aunque desde que cruzamos la meta ya sólo podíamos pensar en una cosa: CÓRDOBA.

Clasificación IV Media Maratón Camas

lunes, 15 de noviembre de 2010

Aprender a beber

Le estoy cogiendo tirría a los avituallamientos. Últimamente en las carreras casi no bebo por no pararme, abrir la botella, beber el primer buchito, escupir, beber otro buchito, tragar, dar tres zancadas más y beber otro buchito, mirar hacia adónde tiro la botella, tirar la botella y... seguir en mi carrera.
Todo esto me desconcentra demasiado y me saca del ritmo de una forma brutal. Lo hemos hablado entre nosotros y a todos nos pasa los mismo.
Así que TENEMOS QUE APRENDER A BEBER, en carrera claro... He aquí un video que nos puede ayudar (eso sí, tiene que ser una carrera donde pongan vasos y no botellas). Una muestra más de la cantidad de recursos, algunos tan chorras como éste, que hay en internet para los runners.

martes, 9 de noviembre de 2010

XXVIII Carrera de fondo del Aljarafe

Con este nombre deberíamos organizar nosotros esta carrera. Pero no, los Últimos nos llamamos así porque sentimos que acabamos de llegar a esto del running. La organiza el Grupo Empresa Renault y desde hace 28 años, casi nada. Así que éstos de últimos en llegar no tienen nada.
Es todo muy artesanal: la inscripción, el pago en la línea de salida, la recogida del dorsal, el cronometraje!!! (flipante, una tía apuntando dorsales como loca en la llegada)... Pero hay que decir que está bien organizada. Creo que hasta ahora no había visto un mejor operativo de tráfico y eso que pasa por cuatro pueblos.

Fran, Ricardo y Luis corrimos esta carrera, Jose volvió a poner alguna excusa sobre falta de entrenamiento y además tenía compromisos familiares, una vez más (perrete... hay que ir dando el callo...) Sin embargo quiso estar con nosotros no solo moralmente y a las 9 de la mañana allí estaba él, en la plaza de España de Gines, con sus mallas largas y su cortaviento verde limón. Desde luego calentó más que nosotros tres... No pudo quedarse para la salida y se volvió corriendo a su casa que estaba más o menos en el km3 del recorrido. Te podrías haber venido con el pelotón, pero bueno, se agradece tu presencia.
Por delante teníamos 15km de asfalto puro y calles del centro de Castilleja, Valencina y Gines. Salimos habiendo puesto en común una pequeña estrategia (hoy el mákina no traía muchas ganas de marca personal) que rompí yo mismo cuando empecé a tirar solo en el km2 aprovechando la bajada de Castilleja. Me gusta apretar en las bajadas, me gusta bajar fuerte. No tiene mucho mérito, lo sé, luego las subidas me bajan los humos bien bajados... pero a mí las bajadas me gusta hacerlas a un ritmo alegre. Tampoco nada del otro mundo, entre 04:40 y 04:00 min/km.
En el centro del pueblo la bajada se tornó en subida. Salí solo de Castilleja, miraba hacia atrás y veía a estos dos, que iban juntos, pero me extrañaba que no me hubieran cogido ya. Los esperé cuando el terreno empezaba a picar y me adelantó hasta el apuntador, pero nada, no venían.
En el Km 6, primer avituallamiento y llegamos a Castilleja de Guzmán en la misma situación. Por lo visto en otros años se bajaba hasta el centro del pueblo y luego había que hacer esa subida, bastante chunga por cierto. Pero este año nos han ahorrado ese km y pico. En vez de eso giramos a la izquierda y enfilamos la carretera de Valencina.
Últimamente me está pasando que comienzo las carreras sin ganas de terminarlas, con malas sensaciones, perezón... Me pasó en Olivares y en ésta también. Se me va pasando a los 3-5 kms de empezar. Aquí se me quitó esa sensación en un momento muy concreto: yo no soy de ese tipo de simbolismos horteras, pero la carrera pasaba justo delante de donde estaba la casita donde nació mi madre. La casa ya no existe, pero yo sitúo el lugar perfectamente porque ella me lo señalaba mil veces cuando pasábamos por ahí en coche. Entonces giré la cabeza a ese sitio y me toque la visera de la gorra a modo de saludo. De pronto me sentí mejor. Apreté un poquito incluso, aunque la carretera picara de subida conforme entraba en Valencina. Y de pronto, llega el maki por detrás...
Anunciaban el km7. Cuando llega a mi altura me dice, "vamonos Luis" y lo veo pasar a una velocidad no muy grande, pero mayor a la que yo llevaba. Yo le dije que sí, como hago siempre y pasé de él. Volvía a tener ganas de correr y busqué la compañía de Fran, así que frené un poquito y el coriano llegó a mi altura cuando entrábamos en el pueblo de mi madre. Lo raro es que de pronto llegamos con facilidad a la altura del Richar, que se estaba lamentando porque pensaba que la carrera no entraba por el pueblo. Él quería meter velocidad de crucero y enfilar ya la recta que llega a Gines, no contaba con que había dos kms de callejeo. Por listo... El Richar se quedó atrás porque seguía enfadado consigo mismo y Fran y yo tiramos sin mucho problema.
Ahora, acompañado por mis compis la cosa era distinta, estaba distraído, hablábamos con otros corredores, nos preguntábamos... correr en compañía es mejor, la verdad.
Acordamos apretar un poquito más al salir de Valencina, en la recta del carril bici que llega hasta Gines. Eso es en el km9. La carrera enfilaba su último tercio y los tres íbamos bien (Ricardo seguía rayado y con gases, pero bueno, problemas menores) así que nos pusimos a correr durante 2,5km a una velocidad entre 03:56 y 04:40. Fran y yo volvimos a dejar atrás al makina y así llegamos a las calles de Gines, en el km 12.
Ahí la carrera nos tenía reservado el regalito final: 1,5km de subida hasta la meta. El Fran sube bastante bien, el tio, así que aunque intentó tirar de mi, me quedé en los primeros metros de la primera cuesta. Y luego, cuando pasábamos por el centro del pueblo, también me pasó Ricardo. No quedaba nada, apenas 1000 metros, pero yo pasé de apretar en las cuestas. Paso de las cuestas... qué pereza. A unos 400m de meta entrábamos en el Club Social del Grupo Renault y tras un par de curvas, ahí estaba la meta. En menos de un minuto de intervalo entramos los tres.
Yo creo que terminamos bien y corrimos con buenas sensaciones (rayadas aparte). Me queda la sensación de que si estamos a gusto, podemos apretar en cualquier momento de las carreras y los tres podemos apoyarnos, relevarnos y hacer de liebres de los otros si nos ponemos de acuerdo.
La carrera dura, muy bonita por eso de entrar y salir de distintos pueblos y ambientada. Un clásico de la provincia que sirve para darnos cuenta lo cerca que estamos unos de otros los distintos pueblos del Aljarafe. Seguramente repetiremos.

Clasificación

lunes, 8 de noviembre de 2010

XIII Carrera Popular Villa de Olivares

Aunque lleváramos corriendo desde septiembre, en Olivares nos encontrábamos otra vez con una carrera popular de las típicas: salida a las 10 de la mañana, 10 km y ambiente fresquito. Ahora sí que ha empezado la temporada 2010/2011 después de las nocturnas, la media y las carreras de verano.

Cada uno de nosotros iba con una sensación diferente: Fran para probarse un poquito tras haber comenzado a entrenar más en serio desde la última semana; Ricardo, el makinilla, iba para demostrar por qué le llamo así, tenía ganas de hacerse un test en esta distancia y se convirtió en el protagonista del día. Y yo venía tras una semana sin entrenar, con la cabeza en mil sitios y para estrenarme como "periodista deportivo".
La carrera que merece la pena contar es la del Richar. Él, que se pica hasta consigo mismo, había marcado en el calendario este día. Un 10.000 más o menos exacto es difícil de encontrar, por eso quiso ver hasta dónde podía llegar. Con un tiempazo de 44:27 se demostró a sí mismo y a todos nosotros que se puede mantener un ritmo de 04:20 durante 10km. Teniendo en cuenta que el circutio de Olivares tenía una primera mitad en bajada, seguro que el maki voló en algún momento por debajo de 03:30. Además, se permitió el lujo de entrar al sprint, un buen sprintazo de más de 500m provocado, por qué si no, por un pique con otro corredor.

Fran y yo corrimos juntos toda la carrera. Yo tiré durante la primera vuelta del circuito y él hizo lo propio en la segunda. Bajamos rápidos en los primeros 2000, fuimos recogiendo bastantes corredores (una carrera muy loca desde el primer metro) y terminamos a un ritmo más bien discreto. El culpable de este final fui yo: el viento, la última pendiente y sobre todo la chorla (que acusó más que las piernas la falta de entrenamiento de la última semana) hizo que me vaciara más de lo que debiera. Terminé peor de lo previsto, pero sin dramatismos.

Fran y yo siempre nos reímos un poco y nos metemos con él porque se pica muy fácil, pero en esta carrera hay que reconocerle los méritos al Richar, la Mákina del Cerro. No hay nada más que decirte que felicidades, tú querías pelearte hoy contra el cronómetro y has ganado. Esa también es una forma de divertirse. Que es lo que importa. A mí no me interesan esas peleas, creo que a Fran y a Jose tampoco, pero si tú encuentras ahí algo bonito, adelante. También es puta madre que tengas ese espíritu competitivo y esas ganas por comerte el asfalto. Y el club, tu club, estamos orgullosos de eso. Lo importante es que no dejemos de divertirnos o que no nos vengamos abajo cuando el que gane sea el crono. Hasta ahora nunca nos hemos lesionado o retirado de una carrera, todo ha ido en progresión ascendente, pero cuando eso pase tenemos que relativizar y sobreponernos. Y saber que todo esto es una diversión, un juego para niños grandes que encontramos (gracias a Dios) un día del invierno pasado.
El cuarto miembro del club, José Antonio, no pudo asistir por motivos familiares a esta carrrerita. Pero tuvimos a un posible futuro miembro. El Parri, traído de la mano de Ricardo. Él mismo se vino hasta nosotros para conocernos... Y ahí está la foto para inmortalizar el momento. Cuando quieras venirte, las puertas del club están abiertas.

Clasificación XIII Carrera Popular de Olivares