La noticia que estábamos esperando: por fin corríamos juntos los cuatro miembros de nuestro joven y pequeñito club.
La cita lo merecía, la Nocturna del Guadalquivir que, un año más, superaba el anterior récord de inscripciones, lanzando a las calles de Sevilla a más de 20.000 corredores dispuestos a echar un buen rato, que es de lo que se trataba.
De la carrera no voy a contar demasiado. A las 22:05 la salida popular, una verdadera ratonera que rozaba el ridículo (en mi vida había corrido ni caminado con las manos apoyadas en la espalda de el de delante para no chocarme con él). En el 1500, más o menos, empezó a despejarse un poco la cosa y ya se podía disfrutar, que no adelantar. Una gozada sentirse parte del enorme pelotón que recorría las calles de Sevilla en esa noche preotoñal. Mi imagen favorita: en la Barqueta o mejor bajando el túnel de Arjona ver cómo avanzaba el monstruoso cuarentamilpies multicolor.
Decididmos rodar los cuatro juntos a un ritmo lento, más que en un entrenamiento. Eso sería entre 06:30 (el primer km era la calle Tetuán un Domingo de Ramos) y 05:40. Tras el avituallamiento (caótico) en Ronda de Triana, Richar y yo, sin quererlo ni planearlo, nos comenzamos a separar de Jose y Fran... y allí que anduvimos por parejas, disfrutando del espectáculo 1 ó 2 kms más. Entonces ya en La Cartuja, miramos hacia atrás buscando a nuestros otros dos compis y no se veían en absoluto. Ahí tomamos una decisión que, ahora, me parece equivocada: dijimos "¿le metemos?" y comenzamos a correr más en serio. Los dos kms que quedaban hasta el estadio fueron un eslalon, adelantando a cientos de corredores.
Y para terminar, por supuesto, la llegada al Olimpo, perdón, al Olímpico... Y mira que es una llegada rara: túnel norte + una avenida cubierta de tres carriles! bajo el graderío + túnel sur + entrada triunfal al castigado tartán del Olímpico. Muy guapo, 400m que, sin querer ni darte cuenta, los haces a un ritmo de 03:15... fotito de nuestras acompañantes desde la grada y salga usted de nuevo que fuera le dan la camiseta, una bebida y sus cositas de recuerdo...
Muy divertido todo, pero yo quería referirme aquí a los DETALLES, que creo que es lo que realmente hicieron grande esta noche (por su presencia y por su ausencia).
Nos plantamos en La Cartuja casi dos horas antes y la verdad es que el ambientazo nos contagió rápidamente unas ganas enormes de disfrutar por formar parte de todo aquello.
No dejaré de lamentarme por el torpe DETALLE de dejarle todas las cámaras de fotos a nuestras mujeres, que las pobres ya lo intentaron desde la gradas, pero fue imposible. Por esta razón no tenemos ni una imagen de la puesta de largo del club al completo con nuestra equipación.
Qué gracioso el DETALLE de los nervios entrañables de nuestro último socio, mi cuñao Jose, que hacía su debut en carrera. Marcó toda la Isla de Cartuja como un perrillo, no lo he visto mear tantas veces seguidas en la vida.
Para no repetirlo más, aunque esta noche era inevitable, el DETALLE de la espera infernal de 40 min de pie, sin movernos y rodeados de sobacos, en la línea de salida.
También se me ha quedado grabado un pequeño DETALLE: la imagen de un piercing.
Bob Esponja, otro DETALLE que me viene a la cabeza.
Un pequeño DETALLE que observo en muchas carreras y que aquiíme chocó especialmente: las mejores avenidas de la ciudad estaban cortadas para nuestro disfrute exclusivo y sin embargo muchos corredores preferían salirse del pelotón y correr entre peatones, bicis y motos de policía por las aceras...
Un DETALLE tonto: MacDonalds regalando hamburguesas en la llegada ???!!!
Y habrá muchas otras pequeñas cosas que se me olvidan, pero quiero terminar con un DETALLE que no me perdono (y hablo en primera persona): el haberme despistado junto al Richar, meterle ritmo a los últimos kms y romper así con el plan de entrar los 4 Últimos del Aljarafe, juntos, abrazados, de la mano o como el momento y las ganas nos hubieran dicho. La entrada fue emocionante por parejas, sí, pero ese momento, que realmente no se va a repetir nunca más, nos lo perdimos tontamente.
Y nos lo perdimos por no insistir en los pequeños DETALLES (que realmente son lo que le ponen la sal a la vida).
La cita lo merecía, la Nocturna del Guadalquivir que, un año más, superaba el anterior récord de inscripciones, lanzando a las calles de Sevilla a más de 20.000 corredores dispuestos a echar un buen rato, que es de lo que se trataba.
De la carrera no voy a contar demasiado. A las 22:05 la salida popular, una verdadera ratonera que rozaba el ridículo (en mi vida había corrido ni caminado con las manos apoyadas en la espalda de el de delante para no chocarme con él). En el 1500, más o menos, empezó a despejarse un poco la cosa y ya se podía disfrutar, que no adelantar. Una gozada sentirse parte del enorme pelotón que recorría las calles de Sevilla en esa noche preotoñal. Mi imagen favorita: en la Barqueta o mejor bajando el túnel de Arjona ver cómo avanzaba el monstruoso cuarentamilpies multicolor.

Y para terminar, por supuesto, la llegada al Olimpo, perdón, al Olímpico... Y mira que es una llegada rara: túnel norte + una avenida cubierta de tres carriles! bajo el graderío + túnel sur + entrada triunfal al castigado tartán del Olímpico. Muy guapo, 400m que, sin querer ni darte cuenta, los haces a un ritmo de 03:15... fotito de nuestras acompañantes desde la grada y salga usted de nuevo que fuera le dan la camiseta, una bebida y sus cositas de recuerdo...
Nos plantamos en La Cartuja casi dos horas antes y la verdad es que el ambientazo nos contagió rápidamente unas ganas enormes de disfrutar por formar parte de todo aquello.
No dejaré de lamentarme por el torpe DETALLE de dejarle todas las cámaras de fotos a nuestras mujeres, que las pobres ya lo intentaron desde la gradas, pero fue imposible. Por esta razón no tenemos ni una imagen de la puesta de largo del club al completo con nuestra equipación.
Qué gracioso el DETALLE de los nervios entrañables de nuestro último socio, mi cuñao Jose, que hacía su debut en carrera. Marcó toda la Isla de Cartuja como un perrillo, no lo he visto mear tantas veces seguidas en la vida.
Para no repetirlo más, aunque esta noche era inevitable, el DETALLE de la espera infernal de 40 min de pie, sin movernos y rodeados de sobacos, en la línea de salida.
También se me ha quedado grabado un pequeño DETALLE: la imagen de un piercing.
Bob Esponja, otro DETALLE que me viene a la cabeza.
Un pequeño DETALLE que observo en muchas carreras y que aquiíme chocó especialmente: las mejores avenidas de la ciudad estaban cortadas para nuestro disfrute exclusivo y sin embargo muchos corredores preferían salirse del pelotón y correr entre peatones, bicis y motos de policía por las aceras...
Un DETALLE tonto: MacDonalds regalando hamburguesas en la llegada ???!!!
Y habrá muchas otras pequeñas cosas que se me olvidan, pero quiero terminar con un DETALLE que no me perdono (y hablo en primera persona): el haberme despistado junto al Richar, meterle ritmo a los últimos kms y romper así con el plan de entrar los 4 Últimos del Aljarafe, juntos, abrazados, de la mano o como el momento y las ganas nos hubieran dicho. La entrada fue emocionante por parejas, sí, pero ese momento, que realmente no se va a repetir nunca más, nos lo perdimos tontamente.
Y nos lo perdimos por no insistir en los pequeños DETALLES (que realmente son lo que le ponen la sal a la vida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario