Mención especial por tanto para el recorrido de esta carrera que merece un lugar destacado en la agenda. Desde luego, si eres corredor popular en Sevilla y no participas en ninguna carrera en Alcalá, ni eres corredor, ni eres na...
Nuestra carrera: pues bastante maja también, eso creo. La salida es desde el recinto ferial, igual que la Nocturna. Y los 2 primeros kms también: una avenida de asfalto y un par de calles empedradas hasta llegar al Puente del Dragón. A mí la subida de la calle Orellana me mosqueó un poco, porque notaba ciertas molestias en los isquios nada tranquilizadoras. Cruzamos el cuerpo de la Bestia, o sea el puente, y una nueva subidita por asfalto hasta llegar a una rotonda que nos regalaría ya el albero alcalareño durante casi todo el recorrido. La segunda subida tampoco me gustó nada, las molestias ya eran dolor y el músculo más delicado de todos, la chorla, empezó a resentirse. (Por suerte todo era producto de un calentamiento insuficiente e ineficaz, lo que nos pasa siempre, vaya).
LLegamos al punto más alto en el km3, con un ritmo de 04:57 y ese era, más o menos, el momento que habíamos pactado para empezar a apretar. El Richar, que nunca falla, ya había empezado a echar más carbón a la caldera, por lo que Fran y yo nos quedamos un poco rezagados. Pero cuando giramos a la derecha y cogimos el albero, pensé que lo mismo que habíamos subido había que bajarlo. Fran me dijo que tenía las piernas durillas, así que tiré yo solo en busca del makinilla de Umbrete. Bajando eso ya era otra cosa, efectivamente la falta de calentamiento y las dos primeras subidas me habían pasado factura momentáneamente, pero ahora me sentía ligero otra vez. En 200 metros llegué fácil a la altura del Richar y como no me fiaba de mi potencia subiendo (y hacía bien) le dije que tiraba hacia adelante ahora que venían bajadas y que él me siguiera de cerca.
En el km4, a 04:30, entré en un estado de inspiración que me duró un buen rato. Eso me pasaría factura al final, yo lo sabía, pero yo me puse a adelantar a corredores de todas las tallas y calibres. Si ellos esquivaban un charco, yo me metía en el fango para pasarlos, me sujetaba a los árboles para trazar curvas... de loco. No miré casi nada atrás, como está mandado, pero lo poco que lo hice casi siempre veia al Richar a unos 200-400m. "Está bien, ahí cerca, llegará".

Una nueva cuesta arriba nos dejaba en el Camino de la Retama, ya en el barrio de la Nocla. Allí estaba el único avituallamiento y allí llegó el Richar a mi altura por primera vez. Bebiendo aflojamos un poquito, un respiro de nada, 04:59.
Volvemos al asfalto de la Av de Dos Hermanas y le digo a Ricardo que yo tiro en las bajadas y él en las subidas. Él me dice que tire yo, así que vuelvo a pirarme. Nos metemos en el Parque Oromana y ahí, de pronto, parece que estamos en un camino de la sierra, ¡que puntazo de recorrido! Sigo adelantando inspiradísimo y de golpe viene la pendiente que me sacó de mi estado de gracia. Nada, no eran ni 300m, pero ahí sí que noto mi falta de entrenamiento de fuerza, porque tengo que bajar el ritmo mucho más de lo normal. Lógico, rondamos ya el km 7 y llevo 4 subiendo, bajando y adelantando a lo loco. Aún así Ricardo no llega aún a mi altura. Bajamos una vez más hasta el Guadaira, cruzamos un puentecito peatonal y ahí está el polideportivo y las calles de la ciudad. Parece que falta poco, pero aún falta.
En el km8 mi ritmo es mucho más normalito, de 04:56 y Ricardo llega de nuevo, dándome esos ánimos que él ya sabe que necesito a estas alturas. No estoy mal, confío en que lleguemos juntos a meta, pero el recorrido nos tiene reservada una última cuesta, de cemento, que nos enlaza ya con la avenida que llega hasta la feria y que también pica hacia arriba. Ahí ya pincho, sin excusas y sin complejos, y dejo que éste se separe un poco. Siempre lo tengo a tiro, eso es bueno. Pero he corrido muy alegre desde el km3, debí de guardar un poquito.
Llegamos al recinto ferial en el km9, pero claro, aún quedaban 1700m, así que nos desvían por el Parque de San Francisco para volver al albero y a la contemplación de las tranquilas aguas del Guadaira. Como he bajado mi ritmo, me adelantan corredores que yo había pasado antes (a mi eso no me afecta mucho y más pensando que nunca llegué a 05:00, siempre estuve por debajo).
El Km10 está marcado en un último desnivel que nos mete ya en el asfalto de la feria y con la meta al fondo. Ese desnivel es el que me separa definitivamente de Ricardo, pero no hay problema, ya se ve la meta. Había leído por ahí que había dos arcos, por lo que no esprinté hasta que ya tenía el marcador al alcance de la mano. No importa.
Nuestro compi Fran entra justo dos minutos después. Un tiempazo teniendo en cuenta que lleva varios meses sin entrenar y es prácticamente su primera carrera desde la Nocturna de Alcalá de junio (otra vez Alcalá).
Así que todos contentos. Cervezas, garbanzada y la impresión de haber echado un día estupendo. Otro más.
Clasificación Carrera Popular el Naranjo 2010