jueves, 27 de septiembre de 2012

En la Copa de Andalucía de Duatlón

Por Luisma.

Un mes más tarde de la última crónica aquí estoy de nuevo, para que veáis que en verano algunos no hemos estado inactivos, ni mucho menos. Hemos entrenado en la bici, en la piscina y quemando zapatillas. El 16 de septiembre tocaba duatlón. Se celebraba el VI Duatlón Cross Villa de Los Palacios y este año era también la Copa de Andalucía de duatlón. O sea que iba a haber máquinas en mono de nylon.

Y allí, con nuestros monos también, estuvimos Ricardo y yo, dispuesto a darlo todo. No llegábamos esta vez con mucho tiempo, parece que le hemos perdido el respeto ya a los boxes y a los preparativos que tienen estas carreras. Bueno, íbamos a divertirnos, eso estaba claro. Y a sufrir también: 6kms de carrera, 25 kilometrazos de mtb y 3 kms más de carrera a pie. Y a las 9:30, media hora antes de la salida, ya hacía un calor curiosete. Esta vez calentamos bastante. Yo llevo ya más de un mes metiendo kms de cara al maratón de Valencia, por lo que este calentamiento más largo me vino muy bien (de hecho retrasaron la salida unos minutos y volvimos a calentar, lo nunca visto en nosotros).

Pasadas las diez, salida y ¡a correr! Ricardo y yo teníamos muy claro que no veníamos a quemarnos en media hora, así que planificamos los primeros 3 kms más cómodos y luego ya se vería. Los primeros metros del recorrido daban una vuelta al Parque de las Marismas en un sendero más o menos estrecho, por lo que fuimos muy pegados a otros duatletas y sin preocuparnos del ritmo, que fue de 04:40 en el km1. Antes de salir del parque Ricardo ya había dicho dos veces que estábamos corriendo muy bien. Esto quiere decir "con cabeza, reservando" pero a buen ritmillo. Bueno pues al salir del parque yo iba bastante fresco y decidí echarle menos cabeza y más gasolina. Los kms 2 y 3cayeron clavados a 04:27 y a partir de ahí apreté un poquito más. Vi que el máquina se quedaba unos metros pero me dijo lo de siempre, "coge tu ritmo". Sabía que estaría ahí, cerquita por detrás. Y le metí en torno a 04:10 durante un rato. Cerré el km4 en 04:18. Ricardo seguía cerca, yo estaba ya sudando como un perro y quedaban casi 2000 metros, así que bajé un poquito para hacer el km5 a 04:20. Enfilamos una recta ya paralela al parque, me puse a adelantar a unos cuatro o cinco que tenía delante y ya decidí bajar el ritmo para no entrar en la transición muy vacío. Recta de meta y me oigo unos zapatazos por detrás de mí y lo tuve claro sin necesidad de mirar, era el maqui.

Entramos juntos en boxes. Venga, el caso y a cambiarse las zapas de running por las de bici, que por cierto estrenaba en competi ese día. Fui bastante rápido, creo, porque salí de boxes como un minuto por delante de Ricardo (que no siempre ha sido el más rápido arreglándose, jeje). Empezaba la bici, 25.000 metrazos, una nueva vuelta al parque. Bufff, el pedaleo sigue siendo mi punto flaco y como esta prueba era muy larga, que me lo tomé con tranquilidad y tracé las curvas y las primeras rectas a ritmo lento. Saliendo por la puerta del parque me coge el Richar y me adelanta. "Pégate a rueda" me grita, pero el mamón va rapidísimo y a mi me coge a contrapié. Intento meter pedales, subo a plato grande y cojo ritmo, pero cuando miro, éste me lleva 150 metros mínimo. ¿Cómo me cojo a rueda? Y no es que la carrera a pie me haya pasado factura, tampoco he ido a morir corriendo. Es que me cuesta entrar en la bici, eso es todo. Ricardo, además de que últimamente entrena bastante en bici de carretera y en mtb también, ha pedaleado mucho en su juventud y está fuerte. Bueno, primeros kms de sufrimiento e incomodidad, no me encuentro. En el km5 o así me olvido ya del maqui, aunque aún se ve no muy lejos e intento sobreponerme al hecho de que me adelanta mucha gente. Imagino que la bici es el fuerte de todos éstos a los que he adelantado sin problemas corriendo y ahora ellos se empiezan a sentir cómodos. A mi sin embargo me hicieron falta unos 10kms para entrar bien, bien en faena sobre las dos ruedas. Qué le vamos a hacer, hay que entrenar más. Lo más destacable de estos primeros kms son los toboganes que nos tienen preparados en el recorrido. Se subía y se bajaba por lo menos 4 veces a una especie de muro de defensa que rodea Los Palacios por la zona sur. Las subidas, cortas y explosivas, pero a fuerza de meter riñones y cambiando rápido se subían sin problemas. Pero las bajadas... ¡qué miedo por Dios! Había una en que veías desaparecer al ciclista de delante como si se lo tragara la tierra. Eran paredes verticales llenas de piedras, arena... Para alguien sin técnica como yo, eran un infierno, porque cuando bajabas tenías que frenar en seco y girar a derecha o izquierda en 90 grados. Pero bueno... tocando frenos y haciendo malabarismos de pie en los pedales, salí vivo, que ya es mucho...

Tras estos 5-7 kms se enfilaban unas largas rectas que te separaban ya del pueblo y te metían en esa tierra llana de regadío de esta zona de Sevilla. Justo cuando más o menos voy entrando en calor y estoy empezando a disfrutar, me veo a un tío parado a la derecha cambiando rueda: sí, el maquinita. Resulta que había tenido un reventón y estaba cambiando la cámara. Le pregunté y me dijo "he reventao" aflojé el ritmo con intención de parar a ayudarle, pero luego pensé que me cogería en pocos kms, que él me da un repaso en bici. Y así fui toda la carrera, pensando que me adelantaría en cualquier momento.

En el ecuador, más o menos, nos meten por un pedazo de arenal en el que había que echar el pie a tierra. Y unos kms después me pegué a un grupito de puretillas que iban fenómenos y con ellos llegué a la meta volante de la aldea de Maribáñez. ¡Qué bueno! Yo nunca he entrenado en bici en grupo  y aquí se notó. Me pongo a tirar de este grupo de cinco, creo, que poniendo un buen ritmito. Entramos en las calles de la aldea y veo la meta volante al final de una larga recta (meta volante que no puntuaba ni nada, claro, eso solo para el primero). Cuando faltan unos 200m para llegar al cartel me adelanta uno de los puretas y pensé "si claro, ahora vas a pasar tú primero, un mojón" y metí un piñón más y lo vuelvo a adelantar. Me coloco en la bici para meter más velocidad, mirando al suelo y justo cuando voy a pasar bajo el cartel veo que el pureta de antes me adelanta a toda leche y pasa primero. No le hizo falta nada, en menos de 20m el tío me metió una bici de diferencia. Joe, qué novato fuí.

No especifico el ritmo de la bici por kms porque exceptuando zonas muy técnicas, el arenal y otros momentos, estuvo siempre en torno a 02:20- 02:40, sin muchas variaciones. En el tramo final ahí seguí, peleándome con este grupito hasta llegar de nuevo a las inmediaciones de Los Palacios. Todavía tendríamos que subir y lo peor, bajar, algunas de las cuestacas del principio para entrar al parque por detrás. Volví a llegar solo, el grupo me descolgó y yo ya pasaba de explotar, que quedaban esos 3 kms a pie de los duatlones que te dejan loco. Un tipo me gritó que ya quedaba poco, "¿cuánto es eso?" le pregunté. Y me dijo que como 1km. Joder, vaya sorpresón, Ricardo no había podido llegar a mi altura todavía. Pues ya no creo que lo hiciera.

Media vuelta al parque y al entrar de nuevo a boxes ahí estaba la sorpresa. El Richar, con el mono por la cintura y la mochila a la espalda, me esperaba ya to relajado. Chorreando de sudor y exhausto le miré y no tuve que preguntarle "he reventado dos veces, tío". Ostia colega, ¡qué mala suerte! Solo podía pensar en eso mientras me cambiaba de zapatillas y me quitaba el casco, pero luego me contaría que no fue todo mala suerte, que el nervios del maquinita se dejó un trozo de cámara por fuera de la cubierta y al llenarla la reventó. Reventó la cámara de repuesto mientras la montaba, juar, juar. De mecánico de bicis no te ganas la vida, pichita, eso fijo...

Bueno pues a correr de nuevo. Con un calor del copón, montones de duatletas entrando ya en meta, lleno de polvo hasta las orejas y tras más de hora y media de ir a tope... qué ganitas... Aquí lo tengo clarísimo, coger un ritmo constante y no cebarte con nada ni con nadie. (Bueno esto no tienes ni que pensarlo, aquí son tus piernas las que van en piloto automático y tú no tienes que decirles lo que tienen que hacer). De modo que a eso me puse y bueno, no estuvo mal. Adelanté a bastantes corredores e incluso en el último km y en recta de meta me pude fijar distintas "presas" para rebasarlas y los alcancé a todos.  Km1 a 04:57, km2 a 04:40 y el último km algo mejor, quizás hice 04:30 (no lo sé porque aún no sé configurar bien el garmin para duatlon/triatlon y lo tengo en autolap, por lo que me canta los kms naturales y no los de los tramos por separado). Además no paré el crono al entrar en meta, imaginaos como llegaría.

Así que contento por la carrera a pie y por aguantar ese recorrido tan largo de bici y sobrevivir a esas bajadas de la muerte. Sabor agridulce porque en la bici me falta muuucho recorrido aún y como decimos siempre, en estas carreras se saca ventaja o se hunde uno en el tramo ciclista, el más importante sin duda. Pero bueno, lo mío es el running, sigue siéndolo y creo que lo seguirá por mucho tiempo. Y mira, mejor, así lo normal es que siempre vaya mejorando en bici. Siempre que no reviente rueda dos veces, claro, jeje.

Desde luego objetivo cumplido porque disfruté como un enano. De hecho hay nuevas citas en el horizonte cercano. Dos carreras que se estrenan: este domingo I Triatlón Cross de La Puebla del Rio y a final de octubre el I Duatlón Cross de Sanlúcar la Mayor, donde tenemos a unos pocos socios. Apuntaros, ¿no?

Clasificación VI Duatlón Cross Villa de Los Palacios y Villafranca