Por Kiko
Estoy en Casa España, sentado en la terraza, tomándome
una cerveza con otros dos españoles. A unos 10 metros de donde estamos rompen
las olas con fuerza, nos llega de vez en cuando un frescor, como si fuera una
ducha de esas de agua muy muy fina, las salpicaduras del oleaje, que es muy
fuerte.
Al fondo,
entre la bruma del mar, se adivina la ciudad de Tiro, milenaria y citada en la
Biblia. De su antiguo esplendor, nada queda. De la antigua potencia dominante
del mediterráneo, nada queda. Mañana, si Dios no lo remedia, estaré allí
corriendo.
La que antaño dominara el mediterráneo y el comercio, la
que antaño fundara numerosísimas colonias en todas las orillas del que más
tarde los romanos llamarían Mare Nostrum, como Malaca, Gades, Cartago, la que
unos 200 años antes de Cristo pondría en jaque a la República Romana, con
Aníbal Barca al frente de los ejércitos cartagineses haciendo estragos durante
18 años en la península itálica, el que destruyera uno tras otro varios
ejércitos consulares romanos, el que tuviera en su poder varios anillos
consulares de otros tantos Cónsules Romanos, vencidos y muertos por sus
ejércitos, el origen de todo eso, hoy día no es más que una pequeña población
al Sur del Líbano, que apenas cuenta con un pequeño puerto pesquero, con unas
cuantas chalupas pesqueras, en las que algún anciano árabe con el rostro
cubierto de arrugas, que parecen hablar de infinidad de años de sufrimientos,
guerras y privaciones, se afana por remendar una vieja red de pesca.
Ayer mismo, nos enteramos que la Municipalidad de Tiro,
el Club de Atletismo Phaenician y el Mando italiano del Sector oeste, Brigada
de Infantería Alpini, han organizado la Carrera por la Paz, 10 km en Tiro.
Una oportunidad así no se presenta muchas veces, así que
sin dudarlo, me apunto, a pesar del dolor que tengo desde hace ya un tiempo en
las dos rodillas, que me empezaron a dar la lata hace ya un año.
Después de conducir como 20 min por la Costal Road, llegamos
a Tyro. Impresionante. Aun falta más de una hora para empezar y aquí ya hay un
ambientazo tremendo. Esto está lleno de gente de la organización, soldados
italianos, La Cruz Roja Libanesa,
soldados libaneses, policía libanesa, corredores de distintas
nacionalidades. Así a bote pronto, veo a
gente del batallón de Ghana, Nepal, India, Sri Lanka, Indonesia, Malasia,
Italia, Francia, nosotros los españoles, claro, veo algún Chino, veo gente que
parece occidental, pero no identifico con países, puede que Austria o algo así.
Ufff, esto es un lujazo que pocas veces más voy a ver, si es que lo veo alguna
vez.
Pienso que tengo que hacerme fotos con toda esta gente.
Para la crónica.
EQUIPO HINDÚ
EQUIPO NEPALÍ
EQUIPO MALAYO
EQUIPO GHANÉS
Sigue nublado, pero empieza a hacer algo de bochorno, y
no son más que las 08.00. Aun falta media hora. Con los nervios, casi no estoy
calentando. Y ahí veo a gente calentando, ufff, vaya máquinas, fibra pura.
Estos son los que vienen a ganar. Parecen libaneses, por la pinta. Me recuerdan
tremendamente a los míticos Hicham el Guerrouj o Said Aouita, muy oscuros de
piel, fibrosos, bajitos, poderosos.
Finalmente, tras hacerme alguna foto y concentrarme un
poco, consigo calentar un poco. Hay algo que echo de menos, otras camisetas
verdiblancas, con el escudo de Los Últimos a mi lado. Esta vez me toca correr
solo. Una pena, seguro que lo disfrutarían de lo lindo estos jartibles. (Mi
camiseta no se ve bien, pero como todos podeis imaginar es la del Club)
Al final, me veo en la línea de salida, y como siempre,
para no perder las buenas costumbres, voy ratoneando por los laterales hasta
colocarme en las primeras posiciones. Jejejejej, como me acuerdo de las
carreras en los distritos con esta gente. Siempre metiendo los codos para
adelantar puestos.
Gracias a la mano dura de los soldados libaneses, la
línea de salida se respeta escrupulosamente. A ver, cuando un tío con cara de
pocos amigos, uniforme de camuflaje desgastado y un fusil M-16 al hombro te berrea cosas incomprensibles, aun sin
entenderlo, te tiras pa´tras, SI o SI. Vamos, nos ha jodio.
Veo algo que me llama la atención. Veo a un soldado
italiano, con un uniforme muy característico. E.O.D
(ExplosiveOrdnanceDisposal). Desactivadores de explosivos. Se acerca a alguien
que tiene pinta de ser uno de los peces gordos de la organización. Ya sé para
que están aquí. Están informando seguramente que ya han revisado el recorrido
de la carrera para comprobar que no hay ningún IED (ImprovisedExplosiveDevice).
Seguramente habrán dejado varios equipos con perros a lo largo del recorrido,
para asegurarse que el IED no se coloca a ultima hora.
Esto me recuerda que no estamos en el Nervión, ni en el
Parque María Luisa. Por un momento, con el ambiente festivo lo había olvidado.
Estamos en el Líbano, donde los grupos palestinos, de vez en cuando intentan
hacer alguna acción que llame la atención, con el objetivo de desestabilizar y
de crear tensiones entre el Líbano e Israel, como si les hicieran falta excusas
para liarse a bombazos. Y esta carrera podía ser un objetivo rentable. Ahora
entiendo el despliegue desmesurado de policía y ejército que tenemos solo en la
salida. Y estamos solo en la salida, donde al menos un centenar de policías y
soldados están desperdigados.
¿Y cómo dan la salida? Venga, a ver quien lo adivina…..
Pues si, militar que parece de alta graduación, le pide el fusil a un soldado y
pega el “pistoletazo de salida”, jejejeje, menos mal que parece que aquí
estamos todos acostumbrados. Ea, como siempre, me veo lanzado en el primer kilómetro, y
ya en el segundo, mi cabeza se impone, y bajo el ritmo hasta los típicos 5,30
el km. La carrera no tiene mucho misterio. El recorrido es espantoso. La salida
está al lado mismo de las ruinas del Hipódromo romano y de la necrópolis fenicia,
pero ni siquiera se ven. Son 5 km de carretera llana de ida y otros 5 de
vuelta, con un par de toboganes suaves, sin ninguna historia ni dificultad.
Aquí esta gente no se puede permitir el lujo de cortar el
tráfico, ni de abarrotar las calles para animarnos. El ritmo de vida es el de
siempre, aun siendo domingo, parece que es día de trabajo, ya que todo parece
estar abierto. Como mucho alguna persona se gira extrañada a mirarnos. Toda la
carretera está jalonada de comercios, algunos ruinosos, donde se exhibe de
todo, desde carnes llenas de moscas a restos de coches que se venden
canibalizados. Aquí no se desperdicia nada.
No se me escapa el detalle de que en cada cruce hay al
menos 5 ó 6 soldados y un par de policías, todos con su fusil. Veo que los cargadores
son de plástico transparente, y llevan munición de guerra. No puedo evitar
sonreírme. Me acuerdo de las del IMD, donde algún voluntario corta el tráfico
con desgana. Aquí cerca de 7 tíos armados con cara de mala leche, son los que
lo hacen. Jejeje, cualquiera se salta las órdenes. Observo como en uno de esos
cruces un soldado BERREA literalmente con una mala ostia exagerada a través de
la ventana de un coche. Me parto la caja, si en España eso lo hace un poli,
jejeje, se le cae el pelo. Creo que prefiero vivir en España.
Como ya había previsto, observo a varios equipos de 3
hombres, con uniforme italiano a lo largo del recorrido. Algunos llevan un
perro. Bueno, confío en que habrán echo bien su trabajo y este todo limpio.
Seguramente estarán desde muy temprano en la madrugada revisando cada agujero
del recorrido.
Como digo, sin niguna historia. Recorrido llano, feo,
extremadamente feo, mantengo un ritmo bastante uniforme, en torno a los
5.30-5.40 el km. Tan solo adelanto a algún corredor y alguno me adelanta a mi
durante los 4 primeros km, pero luego nada. Todo muy uniforme. Observo a mi
derecha algunas casas literalmente en ruinas, con numerosísimos agujeros en las
paredes, a todas luces impactos de balas. Y vive gente. De hecho, algunas
mujeres y algunos niños salen al borde de la carretera. Y con una sonrisa nos
van animando. No creo que sepan ni lo que estamos haciendo.
Al llegar al km 4 empiezan a aparecer los que van en
cabeza al otro lado de la carretera. Entre los primeros son casi todos indios
(hindúes), los primeros libaneses van algo rezagados, al menos les sacan 20 seg
los primeros. Veo al primer español. Jejejeje, me vuelvo a partir la caja. No
puede negar que es español. Bajito, moreno, recio, fuerte. Español, no hay
duda. Pero va muy retrasado respecto a la cabeza. A partir de él, la serpiente
multicolor, hasta que llego al km 5, ufff, por fin, un avituallamiento, cojona,
que sed tengo. Solo agua, bueno, agarro una botellita, pego un trago, cortito y
se me ponen los pelos como escarpias. Me cago en to, es agua con gas. La madre
que los parió. Serán mamones. Me tengo que obligar a recordar que no estoy en
los distritos.
El camino de vuelta es más de lo mismo, con la diferencia
de que en el km 8, el tráfico vuelve a estar en todo su apogeo, el grueso de
los corredores ya ha pasado, y para los que quedamos, no se pueden permitir el
lujo de seguir cortando el tráfico. Pero bueno, los dos últimos km son a través
de una calle secundaria, donde no hay tráfico. Miro a mi derecha y alcanzo a
ver un poco el Arco Del Triunfo romano que hay a la entrada del Hipódromo.
El grupeto en el que he ido durante todo el recorrido se
rompe un poco, alguno de los que adelanté hace rato me pasa de nuevo, alguno de
los que me acompañaba se queda detrás. Ya no están las cosas para muchas
alegrías. A mi me sigue yendo más o menos igual. En un par de km he bajado el
ritmo un poco hasta los 5.50, e incluso 6.05 en el km 8. La verdad es que los
km 7 y 8 se me han atragantado. Pero los dos últimos vuelvo al ritmo de 5.35.
Tiempo en meta, 56,13. Bueno, he corrido mejores cronos
para 10 km. Pero, bueno, lo importante era estar aquí.
Últimos, nuestras fronteras se expanden.
Últimos, nuestras fronteras se expanden.