jueves, 20 de enero de 2011

Carreras del IMD SEVILLA 2011

Ya se ha publicado el calendario de carreras Populares del Instituto Municipal de Deportes de Sevilla para 2011. Como las carreras son gratuitas, TODOS los socios del Club estaréis inscritos en todas, aunque en algún caso no podáis correr.
Pero lo ideal es que seamos los máximos posibles, así que id apuntado estas fechas en vuestras agendas. Todas son a las 09:30, excepto la nocturna claro.

28ª Carrera Popular y Escolar Macarena. 20 de febrero de 2011
25ª Carrera Popular y Escolar Este. 6 de marzo de 2011
23ª Carrera Popular y Escolar Nervión San Pablo. 20 de marzo de 2011
21ª Carrera Escolar Triana. 3 de abril de 2011
23ª Carrera Popular y Escolar Sur. 15 de mayo de 2011
22ª Carrera Nocturna del Guadalquivir. 30 de septiembre de 2011
6ª Carrera de Navidad. 18 de diciembre de 2011

miércoles, 12 de enero de 2011

XIX Ruta Carlos III - Ciudad del Sol

El domingo en que se acaba, por fin, todo el periodo navideño, está marcado en el calendario runner de la provincia de Sevilla con una carrera que parece que está diseñada para exprimirte todo lo que te has metido por el cuerpo en las comidas de Navidad. Son 25.600 metros que nos metimos en las piernas los tres Últimos de siempre: Fran, Ricardo y Luis.
El recorrido por la campiña es muy atractivo, salida en La Luisiana, pasando por El Campillo, Cañada Rosal y llegada a la Ciudad del Sol, Écija. Distintos corredores y conocidos nos habían advertido de la dureza de la carrera por culpa de tres elementos principales: frío, fuerte viento de cara y una temible cuesta abajo a 3 km de meta.

Pero como correr NO es de cobardes, allí que estábamos nosotros en la salida de La Luisiana, sin miedo ninguno a los elementos, bien pertrechados y equipados (aunque a algunos nos quede grande, es nuestra equipación y la queremos) y acompañados de nuestras estupendas e incansables seguidoras Mariló y Vanessa. A las 11:08 se dió la salida y nos pusimos a la tarea a la que habíamos venido, rodeados del ambiente estupendo que solo es posible cuando se reúnen 1200 atletas.

Quizás debido al respeto que nos causaba la carrera más larga a la que nos habíamos enfrentado nunca, esta vez parece que salíamos con ganas de rodar los tres juntos. El ambiente por las calles de La Luisiana y nuestro calentamiento natural de los primeros metros provocó que el primer KM lo hiciéramos a 05:15. Discreto, muy cómodo. En los KM2 y 3 ya corríamos por carretera y aún íbamos calentando, 05:10 y 05:11 respectivamente.
En el KM4 entrábamos y salíamos de la pequeña localidad de Campillo y los ánimos de la gente nos llevaron a subir un poco a 05:09. Y al salir del pueblo, de nuevo a la carretera, una recta enorme de 5 km nos esperaba. Íbamos hablando, relajados y con un ritmo muy cómodo, pero casi siempre adelantando a grupos corredores. Ese ritmo era de 05:07 en el KM5 y subimos un poco (por culpa de algún repecho) a 05:12 en el KM6.
En el KM7 recuperamos nuestra marcha a 05:09, sin embargo observamos algo que nos llamó la atención: un nutrido grupo de corredores acortaban distancia desde nuestra espalda hasta que llegaron a nuestra altura y nos adelantaron. Como eran tantos y la carretera era tan tranquila, al escuchar el sonido de sus zancadas y sus voces cada vez más cerca nos dió la sensación de que una marea humana nos iba a arrollar por la espalda. Sensaciones subjetivas aparte, la explicación debe estar en que muchos corredores (alguno caería más adelante, eso seguro) se tomaron 5-7 kms de calentamiento y ahora estaban metiendo su velocidad de crucero, más rápida que la nuestra.
Alguno de nosotros dijo que debíamos engancharnos al grupo y algo debimos seguirlos porque en el KM9 marcamos un 04:58. En el KM10 volvimos por encima del 5, pero esa bajada de cuatro minutos marcaba ya un cambio de tendencia en nuestro ritmo, que a partir de ahora iba a ir alegrándose hasta la meta. Se puede decir que nos tomamos esta primera mitad de carrera tranquila y luego fuimos a más hasta el final, como deber ser.
El paso por Cañada Rosal fue muy entretenido. Mucho ambiente en las calles de este pueblo que giraba el sentido de la carrera para enfilar ya camino de Écija. Hasta aquí habíamos corrido dirección norte y ahora lo haríamos dirección sur-este, por una interminable carretera de 12km donde ya no había más pueblos, ni espectadores, ni un mal cortijo, nada, vaya. Y sobretodo, algunos corredores nos advertían que ahora empezaba la verdadera carrera en compañía del enemigo number one de esta ruta: el viento de cara.
Al salir del pueblo pasamos el KM11 a 04:56 y ahí nos esperaba otra pequeña sorpresa: un repecho bastante irregular pero de más de 1500m, que parecía puesto ahí para seleccionar a los débiles. Nuestro ritmo se resintió un poco, 05:04 en el KM12 y 05:03 en el KM13. Pero lo que más se resintió en la subida fue mi pie izquierdo (Luis), porque tengo una distensión leve en la planta. El dolor empezó de forma suave pero se fue haciendo más agudo y a mi me dio por pensar que ya no se iba a acabar hasta que dejara de correr. Temí que podría no terminar la carrera y se lo dije a mis compañeros. Ricardo, como hace siempre, me animó con sus palabras y me ayudó a concentrarme en el ritmo y olvidar el pie. Y funcionó, conforme la carretera se hacía más recta, el dolor fue remitiendo, poco a poco.
Quizás para burlar un poco al viento (que hemos de decir que tampoco fue para tanto), en esa recta eterna se unió a nuestro grupo Sergio, un corredor desconocido que vive en Écija y que nos iba contando pormenores de la carrera. Le debió de convenir nuestro ritmo, que ahora era de 05:04 en el KM14 y 05:01 en el KM15 porque llegó y se quedó. Y a nosotros ir charlando con él nos iba distrayendo, así que hicimos grupeto.
Pero justo en ese momento Ricardo empezó a quedarse poco a poco. Tras el avituallamiento del 15 veíamos que estaba ahí cerca, por lo que Fran y yo pensamos que el mákina haría una de esas estrategias suyas de quedarse para luego pasarnos en el último km, así que lo dejamos estar. Y sin planearlo, quizás porque las piernas iban bien, quizás animados por la conversación con Sergio, empezamos a meterle más ritmo a cada km. En el KM16 bajamos ya de 5 para no volver, hicimos 04:57. La progresión fue lenta pero constante: 04:56 en el KM17, 04:53 en el KM18, 04:50 en el KM19, 04:48 en el KM20 y 04:49 en el KM21.
La carrera ya estaba hecha, habíamos completado la media maratón (por cierto, en un tiempo parecido a nuestra marca de esa distancia) y faltaba la temible cuesta abajo que nos dejaba a las puertas de Écija y tres kms finales por el pueblo. A mi personalmente las bajadas me encantan, así que de temible nada, seguro que le dábamos una alegría al cronómetro bajando rapiditos.
Y tanto que se la dimos. El cartel del KM22 estaba en el principo de la cuesta, pero ya se nota la velocidad porque marcamos ese km a un ritmo de 04:40. Ricardo seguía por detrás pero bastante cerca y yo me llevé a Fran conmigo para bajar a toda hostia, porque de lo que se trataba era de divertirse, ¿no? Me puse a tirar y a dejar que las piernas se volvieran locas. El Garmin dice que el ritmo óptimo fue de 03:40, pero yo mire como pude el reloj y marcamos 02:50 en algún momento. Como la bajada terminaba antes de que llegara el cartel del 23, el ritmo medio no era tan espectacular, "solo" 04:24.
Con el KM24 empezaban los casi tres kms por las calles de Écija. Nada más entrar jutnos en el pueblo Fran se fue adelantando y yo decidí no seguirlo, quería terminar en alto, pero faltaba bastante, así que no me cebé. Otro de los temores de todos los corredores en esta carrera era el adoquinado al llegar a Écija. Molestaba bastante, pero tampoco era la muerte. Lógica subida de ritmo hasta 04:58.
El KM25 nos regalaba un último pequeño repecho de 500m por el pueblo. Las calles de Écija estaban llenas de gente, los corredores de alrededor también intentaban apretar y en el corazón y los pulmones se quemaban las últimas gotas de gasolina con gusto y apretando los dientes. Este sufrimiento de los últimos metros es muy bonito si llegas en buen estado al final. Marcan la diferencia entre haber corrido con la estrategia equivocada o haber hecho una carrera inteligente. Yo suelo levantar un poquito el pie en el penúltimo 1000. Y hoy tampoco fue una diferencia, marque un discreto 05:07.
Gracias a ese ritmo menor, Fran se separó un poco de mí y yo pensé que el Richar se me echaba encima. Pasamos el cartel del 25 y ya solo quedaban 600 metros para exprimirse. Y eso hicimos los tres porque llegamos a meta en la misma posición en la que estábamos con un intervalo de apenas dos minutos (otra vez). Vanessa nos dijo que deberíamos entrar los tres juntos, de la mano o no, como hacen muchos corredores. Y pensándolo en frío no lo veo mal, con las diferencias tan pequeñas que hay entre nosotros, podríamos entendernos y planear una entrada bonita para la foto alguna vez... Todo se andará.

Tras la recuperación, un par de recompensas extras: el trofeo que ganamos los tres (y los otros 1000 que terminaron) que supone las primeras copas para las futuras vitrinas del club y el gustazo de darse un baño en la piscina climatizada y ducharse como dios manda con agua caliente (y a lo exhibicionista). Con solo estos dos detalles ya merece la pena repetir el año que viene. Pero bajo mi punto de vista, lo mejor de esta Ruta Carlos III - Ciudad del Sol es el recorrido, exigente y estepario, por el que te hacen correr el segundo domingo del año.

Clasificación XIX Ruta Carlos III - Ciudad del Sol